Labyrinth, lo peor del cine de terror juvenil

Labyrinth

Como estábamos de racha y la última vez no nos decepcionó, nos hemos atrevido con una nueva película de terror desde Corea del Sur, esta vez algo más perdidos al elegirla (o, mejor dicho, fe una elección de una novedad al azar). Se trata de Labyrinth y, aunque pueda parecer un título muy sugerente, o de una película con mucho juego, simplemente es una película de terror juvenil que, aunque tenga algunos elementos muy locales, tampoco aporta mucho al género o al mundo del cine en general. Nos enteramos más tarde que es la adaptación del videojuego White Day: A Labyrinth Named School, aunque ni idea de éste (me parece que es tan malo como la película).

Labyrinth
Personajes muy típicos

Es la historia de un instituto que fue construido sobre un campo con contenido espiritual taoísta, y que está regentado por una chamán que controla los poderes ocultos que allí se almacenan con trampas espirituales. En un momento dado, en ese instituto se cruzan distintos personajes algo raros, como un chico nuevo que sin saberlo tiene poderes chamánicos, la hija de la directora, que intenta seguir los pasos de su madre sin conseguirlo, una niña friki, un grupo de matones malotes, la chica guapa de clase, etc. todos ellos coincidirán por casualidad una noche dentro del instituto cuando éste ya está cerrado con distintos propósitos, pero alguien romperá sin querer algunos de los sellos espirituales y todos ellos acabarán siendo acechados por los espíritus que rondan el instituto, más concretamente por uno de una chica que murió allí y que era la hija de otra chamán taoísta del pueblo. Cuando se enteren y vean que algunos de ellos caen en sucesos paranormales, los chicos intentarán escapar del instituto, pero no será nafa fácil cuando se tengan que enfrentar con las fuerzas sobrenaturales de los espíritus que claman venganza.

Contado así, parece una buena película de terror asiático, con todos los elementos necesarios que, quizás ya están un poco vistos, pero que siguen atrayendo a gran parte del público por seguir una fórmula que no suele fallar. Pero la realidad no es esta, ni mucho menos, al final se trata de una película juvenil con muchos déficits si la comparamos con cualquier película de terror, quizás más orientada a que se luzcan algunos chicos y chicas guap@s que a hacer una película que pueda gustar a algún tipo de público.

Labyrinth
Una fotografía y música de pena

La verdad es que tiene un inicio bastante original, presentándonos a todos los personajes un poco al estilo comic, dejando un poco de suspense con el lugar misterioso, la conexión entre los distintos personajes y lo que pueda pasar en los siguientes minutos; con este principio nosotros nos hemos enganchado, ya se nota que será una película más bien ligera y sin un contenido especial, pero nos deja con ganas de más, sobre todo teniendo en cuenta que el guion girará sobre la magia taoísta y los espíritus de una forma que parece que vaya a ser muy local, adaptando el folklore coreano. Pero a medida que avanza la película, nos damos cuenta de que no será así y de que todo empieza a desmoronarse e incluso coger la dirección de una comedia juvenil, mucho más de k-dorama que de otra cosa, dejando de lado todo lo que en un principio nos había interesado. Mucho peor cuando empiezan los sucesos sobrenaturales, usando unos CGI lo más baratos posible, cosa que no nos suele importar mucho si el contexto es divertido o de Serie B o incluso si es cutre, pero original; lo que pasa es que aquí los malos efectos especiales son sólo para intentar enseñar cosas que no nos sorprenden en absoluto, que no tienen mucho sentido o que ya hemos visto otras mil veces. Incluso intentamos darle una última oportunidad a la película y acabarla por lo que pueda pasar, pero en vez de un climax final, con algo disparatado, brutal, original o al menos una buena subida de nivel; pero en vez de esto, nos encontramos que se aprovecha toda la última hora de película para contar los sucesos pasados que motivaron a estos espíritus (algo que ya sabíamos sin que nos lo contaran igualmente) y en una escena onírica sin ningún tipo de gracia ni sentido. Así que empezamos con ganas y voluntad, pero vamos decepcionándonos cada vez más a medida que avanza la película.

En definitiva, una película que no hay por dónde cogerla, y no nos referimos sólo a que sea cutre (sin llegar a esa cutrez divertida que nos encanta), sino que no tiene ningún tipo de gracia ni encanto que haga que la queramos seguir viendo; si la empezáis, no os damos más de media hora de visualización…

  • Lo mejor de la película:

Al principio parece que va a ser otra cosa.

  • Lo peor de la película:

Toda ella es malísima.

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