Hoy nos atrevemos con todo un nuevo clásico del cine de Hong Kong, y es que ya era hora de repasar ésta película imprescindible para todo buen fan del cine asiático; a partir de ahora intentaremos ir recuperando películas de los ’80 que hayan marcado un antes y un después, además de reseñaros las novedades. Y la película en cuestión es Mr. Vampire, que tuvo un grandísimo éxito en su época y marcó a toda una generación de secuelas (4 oficiales y un porrón extra-oficiales o vulgarmente dicho copias o exploitation).
Ni de coña fue la primera película en mezclar convenientemente terror, humor y artes marciales, ya que la Shaw Brothers lo había hecho anteriormente con películas como Black magic o La leyenda de los 7 vampiros de oro; tampoco fue la primera en mostrar a los vampiros chinos, que ya habíamos visto en Encounters on the spooky kind o Kung fu zombie, pero sí que fue la primera película de presupuesto importante y dispuesta a llegar a todos los públicos que desarrollaba estos conceptos y lo hacía en una de las mejores épocas de la Golden harvest, por lo que triunfó y se convirtió rápidamente en un referente para el futuro de este subgénero.
La historia trata sobre un monje taoísta y sus dos discípulos que se dedican a dar la paz a los muertos que no han querido irse al más allá; así, convertidos en vampiros, son adiestrados y llevados fuera de la vista de los humanos. Un día, un hombre rico les pide su ayuda para ver qué pasó con su difunto tío, que murió y le dejó su herencia, pero desde entonces sólo tiene mala suerte; así que el monje desentierra al fallecido y comprueba que la ceremonia del funeral se había hecho mal y por eso el muerto no podía descansar. Pensando que lo tiene atrapado, el vampiro escapa y mata a su descendiente, buscando más tarde a su hija también. El monje y sus ayudantes no pueden hacer más que proteger a la hija e intentar matar al descendiente (que ahora también se ha convertido en vampiro), pero tienen otros problemas cuando a uno de los ayudantes le hiere un vampiro y está a puno de transformarse y el otro es hechizado por una mujer fantasma. El monje tendrá que atacar los dos frentes enfrontándose con un vampiro tan fuerte como no había visto antes.
Aunque el argumento os pueda parecer el de una película de terror convencional, lo que tenéis que hacer ahora es imaginaros lo que acabamos de contar, pero con el toque cómico de los dos ayudantes y del primo de la chica, que son tres patanes que no paran de liarla y convierten cualquier situación (por impensable que sea) en una completa parodia; añadid también que todos los enfrentamientos contra los vampiros (y otros de más) se hacen usando las artes marciales, y ya tenéis un combo imposible de ignorar, capaz de divertir a cualquiera.
Lo mejor que hizo esta película en su tiempo fue el crear una criatura nueva, que era el vampiro chino. No sabemos si era algo que ya existía en la cultura popular, pero esto fue una gran ocasión para enseñarlo al resto del mundo y poner unas reglas como sucede en todas las criaturas del fantástico de terror. Entonces nos tenemos que alejar completamente de la imagen de vampiro romántico europeo que todos conocemos y pensar en algo completamente distinto, aquí el vampiro es un no-muerto en toda regla, con evidentes signos de putrefacción (en el estado que corresponda, desde la piel pálida, hasta la cara toda deformada), con los ropajes tradicionales de entierro y los brazos extendidos (con el rigor post-mortem en todo el cuerpo, en general), moviéndose a saltos con los pies juntos y con una fuerza sobrehumana, pero también cómo combatirlos, y es que sólo se pueden derrotar con magia taoísta, no te ven si aguantas la respiración y lo más fácil es paralizarlos con conjuros en sellos o sangre de un sacerdote. ¿Y para qué son entonces las artes marciales? Para darle más vida a la película, pero con una sociedad en la que se supone que todos saben pelear, pues es la forma más fácil de defenderse y de intentar hacer algo si no tienes magia.
A parte de toda la mitología que se ha creado a partir de esta película y de las miles de replicas y adaptaciones que se han hecho de ella (la mayoría con desastrosos resultados); también hay que considerar que es una gran película de por sí, con un buen presupuesto invertido, que se nota sobre todo en maquillajes y acción, aunque ahora lo veamos un poco anticuado y con una gran dirección por parte de Ricky Lau (conocido básicamente por dirigir esta saga) que sabe mezclar perfectamente la acción, el humor y el terror con sus contrapuntos serios en todas las escenas para crear un producto apto para todos los públicos y que no ha perdido interés con el paso del tiempo, digno de convertirse en uno de los referentes del cine de Hong Kong; siempre con la producción de Sammo Hung, que por esos tiempos ya sabía de sobras el tipo de cine que quería el público y había aprendido mucho de su etapa con Jackie Chan y con la dirección de acción por Yuen Wah (El regreso de los supercamorristas, The iceman cometh).
En definitiva, una obra imprescindible con la que podréis, sobretodo, pasar un rato divertido, pero que no por eso deja de ser una buena película y tener unas artes marciales de primer nivel; no apta para los detractores del humor chino más fácil y tonto.
- Lo mejor de la película:
No sólo su concepto como novedad, sino la importancia que tuvo en todo el mundo.
- Lo peor de la película:
La escena del tío disfrazado de gorila saliendo de una cueva, a qué vino eso?
https://www.youtube.com/watch?v=aqFCTofqh1o