Supaidaman, nos echamos unas risas con el Spiderman japonés

Spiderman

Ya os dijimos hace un tiempo que, además de películas, de vez en cuando os haríamos la reseña de alguna serie tokustasu clásica, intentando no caer en lo más obvio (aunque no descartamos un buen análisis del primer Ultraman algún día); pues hoy os traemos otra de esas series japonesas clásicas, pero algo bizarras: Supaidaman o el Spiderman japonés, una serie tokusatsu sobre Spiderman aprobada por Marvel y por el mismísimo Stan Lee en los ‘70. En un principio era una serie hecha para que Marvel tuviera una entrada en el mercado japonés, cuando no había Internet, ni tanta globalización, incluso cuando las comunicaciones eran más difíciles por el tema del idioma, así que las relaciones entre Marvel y Toei fueron un poco confusas, pero al final se pusieron de acuerdo, Marvel accedió a empezar con un personaje y Toei haría una serie tokustasu de las suyas con mucho potencial para crear merchandising, eventos, etc. Una vez hecho y presentado, el propio Stan Lee dio su visto bueno, sin enterarse mucho por culpa del idioma, pero contento porque el personaje al final seguía con los instintos que él le había inculcado. La serie fue todo un éxito en Japón, aunque en esa época no se pudo exportar debido al acuerdo  entre empresas y a los derechos de autor; más tarde, gracias a la globalización, ha llegado a todos los rincones del mundo, pero nunca de una forma completamente legal.

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Spiderman y Leopardon

La serie empieza con un científico que ve caer y estrellarse un OVNI, siguiendo su estela acaba encontrándolo, pero antes de descubrir nada es asesinado por alguien que no quiere que su investigación continúe; por casualidad, su hijo motorista también lo había seguido y ve morir a su padre a la vez que escapa hasta una cueva antes de que le hagan lo mismo a él; en la cueva se encuentra con el tripulante de la nave, el último superviviente del planeta Spider, que le traspasa sus poderes arácnidos para que luche contra el Profesor Muerte y su Ejército de la cruz de hierro y vengue a los suyos a la vez que a la muerte de su padre. Así que el nuevo Spiderman usará sus nuevos poderes de superfuerza, kung fu mortal, rápida recuperación, lanzar cuerdas y redes y pegarse a las paredes para enfrentarse a los soldados de la Cruz de hierro, pero también a su nuevo robot gigante (el Leopardón) que pilotará para luchar contra los Machine Beams o los diferentes monstruos que crea el Profesor Muerte para conquistar el planeta.

Como veréis, sobre todo por las fotos y los videos que os compartimos, se trata de una serie tokusatsu en toda regla, poco que ver con el héroe que creó Marvel; con sus monstruos de látex y sus robots gigantes, sus luchas contra un gran número de masillas, sus golpes de kung fu, etc. y es más, la mayoría de elementos de esta serie son copiados de los más grandes, así el personaje en su vida normal es muy parecido a Takeshi de Kamen Rider, la concesión de poderes al héroe por parte de un extraterrestre nos recuerda mucho al inicio de Ultraman y el coche GP7 + el robot Leopardón son los típicos de las Series Super Sentai (aunque fue el Marveller/Leopardón el primer robot que se transformaba, en este caso en una nave).

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Los malotes

En cuanto al desarrollo de la serie, debemos decir que el piloto tiene su gracia y consigue atraparte por completo, con una buena historia, presentación de todo los personajes y un desarrollo casi de película. A partir de entonces se vuelve un poco monótono, a cada episodio los malos crean un Machine Beam diferente, Spiderman acaba descubriendo sus planes gracias a su brazalete electrónico, que le avisa siempre que la Cruz de hierro está haciendo maldades, se enfrenta con todos los masillas a ritmo del opening de la serie, y acaba con el Machine Beam agigantado, con lo que tiene que llamar al Leopardón y hacer una lucha de gigantes que concluye en un par de ataques. Cuando parecía que la serie no podía aportar mucho más y aun no habíamos llegado ni a la mitad de los episodios, da un poco de vuelta e introduce muchos niños en los episodios, tramas que tienen que ver con ellos (bastante infantiles) y se vuelve más dramática, con temas de padres desaparecidos, niños pobres, acosadores, etc. pero no por eso se vuelve una serie para niños ya que, aunque las tramas puedan ser infantiles, siempre acaba muriendo alguien relacionado con los niños (familia, amigos, etc., nunca un niño), así que si querían llegar a una audiencia más infantil, no se si lo hicieron muy bien, en pantalla no lo parece, pero si lo piensas un poco, es muy duro. Ya en los últimos capítulos se vuelve incluso más interesante, cuando llegan enemigos relevantes, la trama ya se dedica a acabar con Spiderman o a actos malvados más concretos y lógicos, problemas entre los integrantes de la Cruz de hierro, etc. acabando con un último episodio de traca en el que Spiderman acaba con todos los malos en un gran acto heroico (en un escenario que los fans del tokusatsu de Giga conocerán perfectamente).

Os comentábamos que es una serie bizarra, pero para los japoneses no lo fue, sino que fue una serie tokusatsu más, con un personaje nuevo (que algunos ya conocían, pero la mayoría no, pensad que allí hace tiempo, el manga eclipsaba cualquier comic de otros países) y con los típicos monstruos, robots, etc. de los cuales pudieron comprar todos los juguetes y merchandising que quisieron (nunca del protagonista, que sí tenía derechos de autor). Para el resto del mundo, y sobre todo, viéndolo ahora, sí que resulta un poco extraño, el ver un personaje popularmente conocido por todos y del cual te haces la idea mental sólo con pensar en su nombre, tenerlo enfrente con una imagen mucho más cutre (abrochándose el traje con cremallera, por daros un ejemplo), luchando contra unos masillas con pico de pájaro y espadas de látex, usando las artes marciales para enfrentarse a sus enemigos (esos enemigos que fuera del circuito tokusatsu se ven tan de risa), unos jefes villanos tan de manual, y pilotando su robot gigante… pues la verdad es que es un concepto bastante bizarro (en realidad sólo es la forma japonesa de ver las cosas), pero en seguida te acostumbras a ello y disfrutas de la serie como un niño.

En definitiva, una serie para disfrutar por parte de cualquier aficionado al cine asiático y más concretamente al tokusatsu, pero para los que no lo sean, una auténtica curiosidad o bizarrada, que se puede ver en versión corta (si sólo os interesa verlo, con la película recopilatoria que se hizo, ya es suficiente) o en sus 42 episodios para poder disfrutar de todos sus monstruos, las distintas historias (aunque son muy parecidas todas), etc. con amigos y cervezas para reír de su nivel de cutrerío o con niños que seguro que lo pasan de muerte.

  • Lo mejor de la serie:

Los últimos episodios realmente siguen la historia y consiguen ser relevantes.

  • Lo peor de la serie:

Algunos episodios en los que no sería necesario ni que apareciera monstruo, que parece que esté allí sólo para cumplir.

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