Una vez terminado el Festival de Cinema de Sitges y, a día de hoy aún con la resaca de sueño de la última maratón nocturna que nos pegamos, hoy queremos haceros un breve resumen de lo vivido allí, antes de empezar con las reseñas extensas de las películas asiáticas que os haremos a partir de la próxima semana. Antes que nada, remarcar que, como en los últimos años y por situación familiar, ya no nos es posible pasar la semana en Sitges, así que ya no vemos tantas películas y ya no vemos todo lo que queremos, sino todo lo que podemos; incluso así, con las dobles sesiones de cada película, más o menos hemos podido ver muchas de las películas que nos interesaban; pero, de todos modos, nuestra visión estará sesgada al haber visto solo una pequeña parte de todo el cine asiático ofrecido.

En primer lugar, como siempre, destacar que lo mejor del festival es, sin duda, reencontrarse con amigos o conocidos, algunos de ellos a los que sólo vemos una vez al año, o incluso ver las mismas caras de siempre y saber que estás otra vez en ese lugar y momento especiales que se repite anualmente; aunque también es verdad que, cada vez pasamos menos tiempo fuera de los cines y que cada vez las caras conocidas son menos, se nota un progresivo cambio de generación en el público, con lo que sabemos que tampoco faltará mucho para agotar nuestro tiempo allí… También es de muy agradecer el saber que, aunque no conozcamos a la mayoría de la gente con la que nos vamos cruzando, sí que sabemos que se trata de gente con una afición en común que, sea como sea, seguro que podríamos compartir algunos momentos con todos ellos y estaría bien.
A parte de eso, tenemos algunos eventos especiales de los que disfrutamos siempre que podemos, entre ellos presentaciones de libros y varios, en los que se cuentan cosas muy interesantes; grabaciones de podcasts en directo, muy disfrutables en general, la zombie walk, de la que hace unos años que huimos por haberse convertido más en un carnaval de Halloween que en una zombie walk tal y como se concibió (además tanta gente junta, nos hace esquivar todo el centro del pueblo). Y lo que destacamos muy por encima de todo desde la pasada edición, es el gran crecimiento de sesiones y zonas para niños y familias, cosa que no hemos podido comprobar, pero que seguramente aprovecharemos bien dentro de unos pocos años.
Y ya hablando específicamente de las películas que vimos, empezando por el cine asiático que es lo nuestro y que, como ya hemos comentado, ya analizaremos más detenidamente en breve.

Así como hay algunos años en los que pensamos que no ha habido ninguna película a destacar y que ha sido un mal año, u otros (en más contadas ocasiones) en los que tenemos muchos peliculones en la misma edición, creemos que este ha sido un año bien equilibrado, con un poco de cada género y con películas malas y buenas. Destacaríamos algunos títulos, en canto a decepciones diríamos que Blazing fists de Takashi Miike, un director que nos encanta, fue como mínimo aburrida (algo de lo que nunca nos quejamos con este director), pero es verdad que tiene películas muy suyas y otras de encargo sin ninguna personalidad; también Hi five, que tenía un trailer movido y con muy buena pinta, al final fue demasiado infantil y tonta, tampoco nos divirtió nada; y finalmente The old woman with the knife intentaba coger todos los elementos del cine coreano, pero falla bastante en unirlos todos, nos perdimos Useful ghost para ver ésta, pero por suerte nos han contado que tampoco era gran cosa. Y como gratas sorpresas The furious es una película de artes marciales, como mínimo con un ritmazo de flipar; No other choice, nos decepcionó un poco al esperar otra gran obra del maestro Park Chan Wook y ser algo más convencional, pero admitimos que es una buena película; y la sorpresa del festival fue sin duda Taroman, divertidísima y recuperando el tokusatsu más clásico. También destacaríamos la inclusión de películas de filmografías más minoritarias, que no pudimos ver, pero se agradece igualmente.
En cuanto a cine no asiático, y para no enrollarnos demasiado con este tema, aquí sí que vimos algunos peliculones, sin sorpresas porque ya sabíamos lo que nos encontraríamos, pero igualmente fue un gran disfrute, películas como Frankenstein de Guillermo del Toro que nos apasionó, Gaua de Paul Urkijo, muy en su línea, sin ser su mejor obra, sigue siendo muy personal y fantástica, y, sobre todo, y es algo dónde nunca dejaremos de asistir, el maratón + freak con tres películas para partirte de risa, Deathstalker todo un despiporre y un retorno a los ‘80, Deathgasm con más de lo mismo de su primera parte, pero muy bien y Creeps super divertida.
En definitiva, para hacer una conclusión general de esta edición del Festival de Sitges, este año ha estado por encima de los últimos años, en los que no teníamos ningún peliculón destacado, nos hemos aburrido en algunos momentos (pero es normal, tiene que haber un poco de todo y vas sin saber nada de lo que vas a ver) pero hemos disfrutado muchísimo con otras películas, y ha sido una proporción más o menos de mitad y mitad, así que muy bien.





