Seguimos con las crónicas de las películas que hemos visto este año en el Festival de Cinema de Sitges, que terminó justo la semana pasada.

Empezamos por aclarar que este año no hemos visto ningún peliculón, es decir, sí que ha habido películas muy buenas, pero creemos que ninguna de esas que se vaya a recordar con el paso del tiempo, que dentro de un par de años no hablaremos de ninguna de ellas; así cómo otros años (al menos el lo asiático) siempre había por lo menos una película que te dejaba asombrado y que pensabas: una de esas películas que pasará a la historia del cine asiático; recordamos muy bien peliculones como The assassin, Train to Busan, The wailing.. por nombrar algunas recientes o Oldboy, Ichi the killer, Crows, Ong bak… algunas más viejas. Pues, aunque este año creemos que hay una presencia importantísima de cine asiático, tanto por cantidad de películas, como por las secciones en las que se encuentran, no hemos visto nada sumamente especial.

Y así empezamos con la segunda crónica:

• There’s something in the barn (no asiática): una película sobre gnomos de jardín asesinos, algo muy original y divertido, con bastante caña y bien de sangre y sin demasiadas complicaciones; a nosotros se nos hizo super divertida, aunque tampoco tiene mucho.
• The roundup: No way out: Tercera entrega de esta saga protagonizada por Ma Dong Seok y que tiene como característica principal un actor repartiendo a todo el mundo con la mano abierta, como si fuera el nuevo Bud Spencer Coreano. En esta entrega tampoco se nos muestra nada nuevo, un guion simple y muy parecido a las dos anteriores, quizás un poco más de leña, pero la verdad es que es justo lo que íbamos a ver, no necesitábamos ninguna sorpresa aquí. Completamente disfrutable y sin necesidad de haber visto las anteriores entregas.
• Vincent deber morir (no asiática): Una película francesa que vimos para rellenar un hueco que teníamos entre dos películas que nos interesaban y, la verdad, es que no se si por no esperar nada de ella o porque era realmente buena, nos dejó con un buenísimo sabor de boca. Un guion muy original, una estética y forma de filmar muy actual, sin ser comercial, pero tampoco con ese aire independiente pedante que no nos gusta y un final de traca.
• Late night with the devil (no asiática): Una película que nos encantó, no solemos ser fans de las películas de terror actuales, por no dar auténtico terror (como las de los ’80) y ser un poco para todos los públicos; pero ésta, aunque también sea para todos los públicos, es realmente original, recreando un programa a tiempo real con todo lo que pasa delante y detrás de las cámaras, y con su ambientación en los ’70 nos ha convencido mucho a nivel estético y nos ha sorprendido realmente a nivel narrativo.
• The kill: Película india de acción que vimos en una maratón junto con The raid (por enésima vez), no os contaremos nada de la Indonesia, pero sí que el maratón estaba muy bien logrado, ya que la india no tiene nada que ver con el típico blockbuster de Bollywood, más bien bebe del cine indonesio de acción (películas como Headshot o The night comes for us), con un argumento realmente ridículo (sólo como excusa de la película) y toda ella pura acción, llena de esa peleas a cuchillo, llenas de sangre y bastante impactantes.
• Cuando acecha la maldad (no asiática): La que ha sido ganadora del festival, una película argentina de posesiones en un entorno rural, la verdad es que, aunque no sea demasiado original toda la ambientación es muy buena y tiene algunas escenas e imágenes muy impactantes. También es una película de la que no esperábamos nada y por eso nos acabó gustando (las expectativas hacen mucho), tendremos que volver a verla a ver si mejora o empeora con un segundo visionado y así decidir si realmente es buena o no.
• Os reviento (no asiática): Película española de acción que se anuncia como que ha causado estragos. La verdad es que tanto la dirección, como los actores dejan mucho que desear; las escenas de acción no están del todo mal, pero comparándolas con cualquiera película decente de este género son flojillas. Sin embargo, se nos ha hecho bastante divertida pro la caña que tiene y porque no se toma en serio a sí misma, es como una película hecha con los amiguetes que ha acabado triunfando. Buena para tomar unas cervezas y reír un rato.
• Trigger: Ya nos temíamos algo así cuando íbamos a ver una película indonesia de acción, de mercenarios y exsoldados, todo muy típico del cine de los ‘70 y ’80, pero con un pase en Sitges, pensábamos que podría llegar a ser una evolución del género o algo especial. Pues no, una película mala, mala, cogiendo lo peor de las películas de los ’80, pero sin esa magia o esa gracia que nos hace ver este tipo de cine ahora (o quizás es que nos faltaban tres cervezas más para reírnos con ella y disfrutarla bien.
• The primevals (no asiática): Pensábamos que sería una película emulando a las películas de aventuras de los ’90 de esas que a veces se pasan con el exceso de nostalgia y quedan un poco repelentes, pero la sorpresa vino en la presentación cuando nos contaron que realmente era una película de los ’90 que no se pudo finalizar hasta ahora. Una genial película para los amantes del género de aventuras: con toda la magia necesaria, los personajes, la historia retorcida, esos efectos especiales clásicos en stop motion, y un montón de sorpresas.
• Smugglers: Otra de las mejores películas asiáticas que hemos visto este año, ambientada en la Corea de los años ’70 y con unos personajes basados en la realidad del momento. Aunque sea coreana, no tenemos guiones complicados ni retorcidos, tan sólo una buena historia, unos grandes personajes (y aquí sí que se reivindica bien la fuerza femenina, cómo hay que hacerlo correctamente), una ambientación muy buena (no solemos ver películas ambientadas en los ’70), escenas de acción brutales y un aire en general que nos recuerda a las antiguas películas japonesas (incluso taiwanesas) de la época. Muy acertada en todos los sentidos.
• Kubi: La nueva película de Takeshi Kitano está muy bien dirigida y tiene un nivel de narración correcto, un ritmo desigual pero que no cansa y el típico humor del director (ya sabéis a que me refiero); todo esto en una película de samuráis de época no puede fallar mucho; el único problema es que se recrea demasiado en la trama más política y le da demasiadas vueltas a la misma cosa en vez de ir al grano, así se convierte en una película de la que todo el mundo esperaba mucho (una gran sorpresa o muy divertida) y que se queda en una más. De todos modos no decimos que sea mala, sólo que no ha cumplido con las expectativas del público.