Este año, gracias al Festival Nits de Cinema Oriental, hemos tenido una buena sesión doble de películas de uno de los más grandes del splatter japonés: Yoshihiro Nishimura. Entre ellas, hemos visto su ópera prima llamada Anatomia Extinction, en realidad un mediometraje algo experimental que, no sólo definiría un poco su estilo futuro, sino que también le serviría como denuncia social en clave de película cyberpunk. Quizás se nos ha quedado algo corta y vaya algo falta de presupuesto, pero igualmente tiene algunos puntazos muy buenos que nos han hecho valorarla como es debido. 

Ésta fue en teoría la precursora de Tokyo Gore Police, pero, tal y como nos comentó el mismo Nishimura, no es que quisieran hacer una secuela, es que cuando le propusieron hacer una película extrema nueva, le gustó la idea de centrarse en el mismo universo y en una figura que habría salido de esta historia si hubieran pasado unos años más, al productor le convenció la idea y decidieron hacer algo diferente, pero relacionado. 

La historia nos sitúa en un futuro cercano, en Japón, dónde el problema de la superpoblación está dificultando la vida de la mayoría de las personas, tanto por culpa de los problemas sociales, la falta de trabajo, el no poder disfrutar de tiempo a solas, etc. Como por cómo está afectando a la Tierra y a todo el medio ambiente. En este Japón, nos centramos en un salaryman que vive agobiado en esta sociedad, pero más que esto, presiente que algo malo le está a punto de suceder, hasta que se topa con una especie de mutante que lo infecta. Desde entonces, le asaltarán mil pensamientos homicidas, pensando en matar a gente sólo para liberar a la sociedad de tanta población. Después de intentar escapar de todos los mutantes y de sus propios pensamientos, poco a poco, él también irá mutando y acabará como muchos otros, asesinando sin motivo, perseguido por la policía y ¿mejorando la sociedad? 

En realidad, se trata de una película bastante independiente de un director muy motivado y con algunas ideas innovadoras, que pasó un poco desapercibida en su momento, pero que ahora la podemos ver como algo bastante interesante. Con un presupuesto muy bajo, pero una buena habilidad para los maquillajes y efectos especiales, queda una película bastante resultona, incluso hoy en día. 

Se nota muchísimo la influencia de Shinya Tsukamoto y más concretamente de la película Testuo en los inicios de Yoshihiro Nishimura, al crear una película muy representativa del cyberpunk japonés de los ‘90, con mutaciones (en este caso más orgánicas que mecánicas), algo de protesta contra el sistema y contra la misma sociedad, y sobre todo una estética muy dura, casi difícil de ver, con tonos muy oscuros, casi sin diálogo y con algo de gore que la hace una película no apta para las mentes algo sensibles. 

A parte de todo esto, que la sitúa dentro de su época y género, también se ven en ella los inicios del splatter que más tarde definiría toda la obra de Nishimura, con gore del bueno, pero de ese gore que no es tan brutal y disgusting, sino que se deja ver sin problemas y que mezcla algo de humor con la ultra violencia, no tanto como en el futuro splatter de los ‘00, pero sí que nos sirve como inicio del género, pasando de una visión más oscura y aterradora a otra llena de acción, color y humor. 

Que decir de Yoshihiro Nishimura (Tokyo gore police, Helldriver), uno de los máximos representantes del género splatter japonés, que ha sabido llegar a unos extremos que no ha hecho ningún otro director, pero intentando introducir algo de denuncia social y humor referencial en sus películas. 

En definitiva, para los fans del cyberpunk japonés más puro (al estilo Testuo), una película que entra sin problemas dentro del mismo género y se ayuda mucho de un maestro como Tsukamoto; para los fans del splatter japonés más cómico y extravagante, quizás pueda ser una película un poco seria y dura. 

• Lo mejor de la película: 

Esos puntazos de locura de un personaje que parece un salaryman muy triste. 

• Lo peor de la película: 

Quizás demasiado oscura y agobiante, pero esto en realidad es positivo…