
Gracias a los estrenos de Netflix, nos hemos animado a ver una película que para nada teníamos en el radar, ya que en realidad se trata de una especie de película infantil japonesa. Cells at work es el live action de una serie manga/anime del mismo nombre que, incluso estando destinada al público infantil y representando (para la gente de mi generación) una especie de Érase una vez el cuerpo humano, tiene muchos rasgos que la hacen interesante y bastante cañera, así que os la recomendamos igualmente. Suponemos que el manga/anime ha sido un gran éxito, porque la película cuenta con un buen presupuesto y confianza depositada en ella.
¿De qué trata la película? Es un dramón lacrimógeno sobre una colegiala japonesa a la que le diagnostican leucemia y acaba venciendo a la enfermedad.

¿Qué sucede en realidad? Este drama tiene muy poco peso en tiempo de pantalla, lo importante sucede dentro del cuerpo de la chica, dónde glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas nacen, aprenden y viven en una especie de mundo interior, son representados por actores y básicamente seguimos la vida de dos de ellos, desde que nacen: una glóbulo rojo bastante despistada y un glóbulo blanco con mucho ímpetu y ganas de derrotar a todos los enemigos del cuerpo; los dos están destinados a encontrarse y ayudarse el uno al otro durante toda su existencia. Vemos cómo estos personajes acaban su aprendizaje y empiezan su trabajo habitual, con sus alegrías y problemas típicos, sus consecuencias de lo que pasa en el mundo exterior, y con una gran batalla cuando aparece la leucemia, que deberán combatir uniéndose con otros agentes del cuerpo y con la ayuda exterior (quimioterapia, trasplante de médula…).
Para empezar, os diremos que es una película muy japonesa, sobre todo en su ritmo, con una primera parte muy dinámica, llena de acción y de humor e incluso explosiva en algunos momentos, pero más o menos a mitad de película estalla el drama tanto fuera como dentro del cuerpo y el ritmo decae para convertirse en una película lentísima y muy triste (incluso contando con escenas de acción), nos ha recordado incluso a algunas películas más splatter en las que se produce una bajona tan grande que no parece la misma película; pero en realidad es cuestión de saberlo y acostumbrarse, y en esta en concreto, la primera mitad, de manera muy sutil, ya nos va preparando para este gran drama.

Pero no os preocupéis por eso, ya que tenemos una primera parte que estamos seguros de que os sorprenderá y os encantará, incluso estando destinada a un público infantil (también lo están la mayoría de los tokustasus y, precisamente por eso los disfrutamos tanto, porque no tienen inhibiciones ni significados ocultos). Y es que es una mezcla brutal de géneros:
- Educativo: enseñándonos cuál es el papel de cada tipo de célula de nuestro cuerpo y todo lo que hace y para qué sirven
- Humor: no sólo por la representación antropomórfica de todo lo que hay en nuestro cuerpo, sino también por el carácter de sus protagonistas y algunas situaciones divertidas; pero en general, durante la primera mitad de la película todo respira sentido del humor, aunque sea un humor sano e inocente, nos ha divertido mucho.
- Acción: cuando aparecen las enfermedades y otras amenazas para el cuerpo, no hay más remedio que luchar contra ellas, y as escenas de lucha son excelentes, incluso convirtiéndose en tokusatsu en la mayoría de ocasiones.
- Drama: por supuesto, no sólo por el tema principal de la película, sino también por las relaciones de la chica con su padre, las relaciones entre células y, sobre todo y lo más importante, por un final bien happy en el mundo real, pero trágico hasta más no poder en el mundo interior.
Y todo eso con ese saber hacer del cine japonés: con una originalidad desmedida, un sentido del humor que hace reír a cualquiera, todo lleno de colores y movimiento exagerado, unas actuaciones algo locas, pero muy apropiadas, etc.
Todo esto orquestrado por Hideki Takeuchi (Thermae Romae, Fly me to Saitama), con lo que ya os hacéis una idea de la locura que puede representar esta película, y con algunos actores de renombre como Shota Sometani o Riisa Naka, con unos papeles cortos, pero intensos, y Satoh Takeru (Rurouni Kenshin) como protagonista.
En definitiva, una película original, loca y arriesgada que ha resultado toda una explosión de humor y de acción, quizás un poco infantil para algunos, quizás demasiado dramática al final, pero estamos seguro de que todo el mundo que la vea disfrutará con ella, o al menos pasará un rato bien divertido.
- Lo mejor de la película:
Tiene algunas escenas indescriptibles.
Unos protagonistas perfectos.
- Lo peor de la película:
No haber aprovechado más el personaje de Riisa Naka.