De nuevo, vamos poco al cine, pero esta ocasión no la podíamos desaprovechar y ya hemos podido ver uno de los grandes estrenos de este año en pantalla grande. Se trata de Godzilla Minus One, la nueva película de Godzilla que celebra los 70 años de la franquicia y que significa un reencuentro con el rey del kaiju japonés después del reinicio de la saga en la era Reiwa con Shin Godzilla. Esta película no continua la historia de la mencionada Shin Godilla, sino que actúa como reboot de la franquicia, situándonos de nuevo en las primeras apariciones del monstruo en Japón, lo que nos traslada de nuevo a la era de la Segunda Guerra Mundial y el lanzamiento de la bomba atómica. Todo el mundo está diciendo que se trata de la mejor película de la saga; para nosotros no es así, ni mucho menos, aunque tampoco estamos diciendo que sea una mala película, pero os contamos todo más adelante.
La acción empieza en los últimos años de la Segunda Guerra Mundial con un piloto kamikaze cobarde que se detiene en una isla de reparación de aviones argumentando una avería, pero en realidad para no acabar de cumplir la misión; justo en esa isla y en ese momento aparece un monstruo que mata a casi todos los soldados excepto a nuestro protagonista y a alguno más. Una vez finalizada la guerra, el protagonista vuelve a una Tokyo asolada, con la mayoría de sus conocidos muertos y con la vergüenza de no haber cumplido su misión y no haber honrado a su país, y tampoco de no haber salvado a nadie del monstruo; en Tokyo acaba conociendo a una chica sin casa, con un bebé que no es suyo, y por su bondad, los acoge en su casa indefinidamente, cuidando de ellos, encontrando un trabajo de destructor de las minas de la costa y rehaciendo su vida felizmente. Pero no todo es tan feliz, ya que después de intoxicarse radioactivamente por la bomba atómica, Godzilla vuelve a Tokyo más grande, más fuerte y más destructivo que nunca, acabando con media ciudad e incluso con la chica; así que nuestro protagonista junto con su nueva tripulación, acceden a emplear un plan de un científico que cree que podrá acabar con el monstruo, pero él tiene otros planes y es que debe acabar su guerra como kamikaze destruyendo a Godzilla para cerrar viejas heridas.
Cuando os comentamos que para nosotros ésta nunca será la mejor película de la saga, no es por mala, reconocemos que es una película genial tanto a nivel de dirección como a nivel de historia, no le vemos casi ningún defecto con el que criticarla; el problema es que no se trata de un tokustatsu, sino de un drama postguerra con un monstruo de fondo que le da un añadido a la película. Aquí lo más importante es la historia de los sentimientos de nuestro protagonista y toda la trama de la mujer y la niña que le ayudan a ser mejor persona y a evolucionar como no había imaginado; y para demostrarlo, en realidad sólo tenemos tres escenas con la aparición de Godzilla y, exceptuando la escena inicial de la película (que es clave), hasta la mitad del metraje, ni siquiera tenemos noticias o nadie habla del kaiju.
Es verdad que las escenas de monstruo y destrucción son brutales, a nivel de efectos especiales es de lo mejor que hay ahora en el cine; pero el tokusatsu nunca ha tratado sobre esto, sino que es un género de monstruos de latex dándose palos y destruyendo maquetas; que empezó un poco como género de terror o concienciación, pasando a puro entretenimiento, luego algo más infantil y actualmente siendo acción sin más; pero en todos casos, nuca ha tratado de ofrecer buenas historias o hacer películas perfectas, sino que siempre ha sido una fuente de diversión y locura japonesa. Quitando esto, es verdad que la película tiene mucha acción, que no se hace aburrida en ningún momento (y eso que la trama es de lo más dramática) y que la dirección, fotografía, música… todo está muy bien buscado.
También encontraremos muchas referencias a la película clásica, tanto en la música, el sonido de los rugidos del monstruo, el primer ataque a Tokyo… todo para recordarnos que se trata de la misma historia que ya vimos hace años, sólo que actualizada y centrándonos en unos personajes diferentes con sus propios demonios y su propia historia. Y, al igual que en la primera entrega, ésta también tiene su gran componente reivindicativo, en este caso no en contra de USA y de sus métodos bárbaros para acabar con las guerras y convertirse en soberanos del mundo, sino mucho más allá, en contra de los estragos de la guerra en general y como afectan a los civiles, y lo hacen en el momento más oportuno, cuando no dejamos de oir noticias nuevas sobre guerras y éstas invaden los medios mundiales. También aprovecha para reivindicar el espíritu de Japón y como este pueblo sabe renacer desde la miseria más grande, superándose en cada momento y adaptándose a todo lo que surja, cómo debería ser cualquier pueblo del mundo.
En definitiva, una película con una gran historia, un buen mensaje, con una dirección impecable y unas escenas de acción inolvidables; pero que para nosotros no tiene en cuenta el espíritu original del tokusatsu, sino que se trata más bien de un drama bélico con un monstruo de fondo.
- Lo mejor de la película:
Por supuesto, toda la última escena de la película, debería haber sido todo al mismo estilo.
- Lo peor de la película:
Seguimos pensando que los monstruos de latex son mucho más auténticos que los digitales.