Hoy os queremos reseñar otra película que podréis encontrar fácilmente en Netflix, y es que también hay buen cine asiático al alcance de todos sin tener que buscar demasiado. Se trata de otro thriller coreano llamado Psychokinesis, pero esta vez muy relacionado con el cine de superhéroes y sobre todo con un fuerte componente de crítica social, y es que nos encanta cuando los directores coreanos denuncian la desigualdad de clases, que es el gran y único problema del mundo, no como en Hollywood que se estancan en sus problemas del primer mundo. La película está bastante bien, apta para todos los públicos y con una dirección más que correcta, pero ante todo más amena de lo que en realidad representa si pensamos un poco.
Es la historia de un buen hombre de clase humilde que trabaja como vigilante en un banco y se apaña en su vida como puede; cierto día, por casualidad, un meteorito se estrella en la tierra, sus partículas se mezclan con las aguas subterráneas y van a parar a un manantial de dónde acaba bebiendo nuestro protagonista, quien en poco tiempo se dará cuenta que ha conseguido unos poderes telequineticos gracias a esto, que le permiten mover cualquier cosa con su mente. Al mismo tiempo, su exmujer y su hija, que tienen un restaurante en una zona pobre de la ciudad, son acechadas junto a otros comerciantes por una gran empresa que quiere construir un centro comercial en esa zona; la exmujer acaba muriendo y nuestro protagonista se encuentra de nuevo con su hija, intentando ayudarla aunque sin saber cómo. En un encuentro con los mafiosos que están atacando a los comerciantes, nuestro protagonista suelta sus poderes y los hecha de allí, es entonces cuando todos se dan cuenta de lo mucho que puede ayudarlos y empiezan a confiar en él como su héroe salvador, mientras él hará lo que sea para recuperar el amor de su hija.
Por supuesto la historia tiene mucho más, pero sería difícil resumir todo lo que va pasando en este corto espacio; se van juntando distintos personajes, conflictos morales, lucha de clases, etc. con la trama del superhéroe sólo como adorno para que la película llegue a un público mayor de una forma más entretenida, pero sin dejar de denunciar los mayores problemas que asolan al país, y casi al mundo entero.
El concepto es genial, transformando a una persona de lo más corriente posible en un superhéroe aclamado, sin dejar de ser un antihéroe de manual con el que cualquiera de nosotros se podría identificar, con sus problemas personales y sus dudas ante todo lo que hace; e incluso dándole la misma importancia a esta trama como a la de las relaciones familiares, como a la de la lucha contra los opresores; así el director consigue una clara complicidad con el espectador, que se puede meter en el papel sin ningún tipo de problema y llegar a sentir lo mismo que el protagonista. Y lo hace justo en el momento álgido del cine de superhéroes (véase Marvel), lleno de acción, colores y tíos y tías guapísimos, que tanto gusta al principio, pero con el que es muy fácil acabar cansándose de tanta fantasía y tanta exageración.
Como película también está muy conseguida, con una buena narración que nos va llevando de una historia a otra y nos va cambiando de personajes y puntos de vista muy ágilmente y haciendo que no dejemos de pensar en ningún momento qué estará pensando o haciendo el protagonista. El ritmo en general es muy adecuado, empezando como una película de situaciones corrientes, sin nada especial, pero divertida y amena, pasando de refilón por el drama y en poco tiempo aumentando el ritmo gradualmente y creando situaciones cada vez más intensas para que el espectador no se quede con la boca abierta, pero sí que vaya ganando interés poco a poco (sin dejar nunca de lado el humor), hasta llegar a un final lleno de acción, fantasía y poder; para que no nos olvidemos que los coreanos son unos grandes expertos en esto, no sólo en dramas y conflictos; pasando así de situaciones algo ridículas a otras espectaculares casi sin que nos demos cuenta.
El director de la película no es otro que Yeon Sang-ho (Train to Busan, The King of pigs) alguien de quien estábamos acostumbrados a un cine algo más radical, pero siempre con ese componente de denuncia social; aquí ha hecho un poco de cambio de género, pero no en su estilo. Y por supuesto muy bien ayudado por Ryu Seung-ryong (Kingdom, War of the arrows) en el papel protagonista, todo un actor de altura que va perfecto para este papel.
En definitiva, una película que parece simple y distraída a primera vista, pero que en realidad esconde mucho más, y no sólo eso, sino que lleva una narración y una evolución perfecta para ir entrando poco a poco en nuestras mentes. Una muy buena alternativa al cine de superhéroes actual en la que por fin nos podemos sentir identificados con el héroe.
- Lo mejor de la película:
Un actor protagonista excelente, capaz de pasar del humor a la tragedia como si nada.
- Lo peor de la película:
Que haya pasado un poco desapercibida por estar en Netflix.
