Time to hunt, el nuevo thriller coreano más visual

Time to hunt

Esta semana nos hemos decidido por ver dos producciones coreanas que tenéis disponibles en Netflix, para que podáis verlas junto con nosotros y si queréis comentarnos que os han parecido. La primera de ellas es directamente una producción de Netflix de este mismo año, titulada a Time to hunt y de la cual no ha habido muchas noticias, pero luego sí que hemos tenido un estreno como es debido, así que seguro que los que estéis suscritos a esta plataforma ya la habéis podido ver anunciada, pues bien, ahora os comentamos si os va a gustar o no. Se trata de un thriller (o más bien de las llamadas Heist – un golpe criminal) con la gracia de que está situada en una Corea actual distópica.

Time to hunt
Un psicópata en toda regla

La historia es bien sencilla, en una Corea del Sur arrasada por sus problemas económicos, en la que sus deudas internacionales la han dejado como un país tercermundista, la mayoría de sus negocios cerrados y casi toda su población viviendo en la miseria, lo que deriva en miles de atracos, asesinatos, manifestaciones constantes, etc. Tres antiguos colegas se reencuentran tras la salida de la cárcel de uno de ellos; el exconvicto tiene el sueño de ir a vivir a Taiwan (para él, todo un paraíso), pero el dinero de golpe que dieron hace tiempo y que lo llevó a la cárcel se ha terminado debido a la inflación, la imposibilidad de cambiar divisa, etc. así que, en una de sus visitas a un casino clandestino (uno de los únicos negocios que siguen triunfando, junto con las discotecas, la prostitución, etc.) decide que no debe ser difícil organizar un atraco a ese local, regentado por la mafia, con lo que la policía no les seguirá y los sistemas de seguridad no serán muy avanzados. Después de llevar a cabo el golpe y llevarse el dinero, la mafia se da cuenta de que también se han llevado los discos de las cámaras de seguridad y para proteger a sus clientes VIPs contratan a un asesino para que coja a los chicos y recupere los discos duros; pero ese asesino resultará ser todo un psicópata que se obsesionará con dar caza y muerte a los amigos.

Contada así, podría parecer otra película de robos, muy similar a miles de otras que hayamos visto, pero no; pensad que aquí todo el tema del reencuentro, la planificación y el robo en sí duran poco más de media hora de las más de dos horas de duración de la película; el grueso principal está en la persecución, pero no en modo acción, sino algo más en modo suspense, psicópatas, un poco de terror… muy enfocado sobre todo a los sentimientos y motivaciones de todos sus protagonistas, mucho más introspectiva de lo que podría parecer en un primer vistazo. Todo esto agravado por la ambientación en una distopía, que acrecenta no sólo las motivaciones de la gente que no tiene nada, ni siquiera esperanzas, sino también todos los paisajes, localizaciones, etc. en una ciudad en decadencia, medio desierta.

Time to hunt
Una fotografía brutal

La gracia principal de la película no es su acción, aunque no está falta de ella, sobre todo en su tramo inicial y final; no una acción frenética ni perfectamente estudiada para destacar, pero sí lo suficiente como para dar un poco de caña al espectador. El atractivo principal de esta película se basa en su imagen, música, etc. diríamos que es una película muy de contemplación, para ver lo que sienten los chicos y con mucha tranquilidad en sus escenas (a veces más que tranquilidad, incluso aburrimiento) y con una gran belleza en todo momento, esa belleza procedente de la decadencia, pero que le da al autor carta libre para inventar los escenarios que quiera e incluso para jugar como quiere con los colores, espacios, etc. incluso con una muy buena música.

El director es Yoon Sung-hyun (Bleak night) un joven director que ya ha obtenido algunos premios en su país y que aprovecha también la cinta no sólo para hacer una introspección de lo que deben ser algunos de sus sentimientos, sino también para crear un poco de denuncia social y protesta contra el capitalismo y la soberanía de las grandes naciones. Quizás, para ser un thriller coreano, se aleja bastante de la concepción que tenemos de este género en este país, que casi siempre se ha adaptado a dos estereotipos muy marcados, así que representa un poco de transgresión a la hora de dirigir, también.

En definitiva, los que busquéis el típico thriller lleno de acción o con una trama psicológica que os deje pensando, olvidaros de esta película; se trata más bien de una película de personajes, muy contemplativa, con una dirección fotográfica muy marcada y, sí, también con acción, pero no de la que marca el género.

  • Lo mejor de la película:

La fotografía y la música son sublimes.

  • Lo peor de la película:

Algunas escenas se nos hacen demasiado largas sin aportar nada.

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