Ya tenemos con nosotros la segunda entrega de la colección Trash-o-rama, esa serie de DVDs asiáticos ultrabizarros editados en España sólo para coleccionistas. Si en la primera entrega teníamos un poco de CATIII, terror clásico made in Hong Kong, esta segunda se va completamente al extremo opuesto, es decir dos pinkus japoneses la mar de raros y demenciales, en los que podremos admirar sobretodo la fascinación por los tentáculos en la pornografía japonesa; la primera se titual Alien violator. The supergirl chronicles y la segunda Alien Urotsukidoji. The tale of Asteria y en las dos podemos presenciar erotismo del más bizarro que podamos imaginar, además de reírnos un rato.
La primera de las películas: Alien violator. The supergirl chronicles es una extraña mezcla entre exploiter de la película Alien con unos personajes muy dispares: Supergirl, Miss infinity (o una amazona espacial) y un eliminador kerberos (al más puro estilo Masamune Shirow) quizás con los disfraces que tenía el director a mano en ese momento. Pues empieza igual que Alien, con una nave que se detiene a causa de una anomalía inesperada y una belleza en bragas que sale de la cápsula de hibernación, pero en seguida se encuentra con otra chica disfrazada de Supergirl y juntas deberán enfrentarse con el alien que ataca la nave en busca de poderse reproducir. Primero se enfrentará con una y después con otra, y las chicas lucharan con él para intentar matarle mientras él se las beneficia tranquilamente con sus tentáculos. Y no hay mucho más guión que esto, pero tampoco podemos esperar mucho más en algo más de media hora… ah, si, atentos a la sorpresa final después de los créditos que acabará de desencajar la poca trama que había.
Sin duda un pinku en toda regla, con dos japonesas sexys y cosplayeadas, cada una siendo violada por separado y con unas escenas de lo más subidas de tono (eso sí, con sus píxeles pertinentes para no enseñar las partes más íntimas, es lo que tienen los japoneses). No esperéis una buena actuación, ni unos escenarios (de ningún tipo), ni siquiera un monstruo decente; tan sólo algo de acción de la más baja de todas y muchos planos al detalle de los cuerpos de las chicas. Y todo ello no mostrado como algo divertido y fiestero, sino que acompañado de unas músicas y efectos de sonido bastante tristes, como buscando un drama, a lo que si le añadimos que no se pronuncia ni una palabra en todo el rato, pues nos queda algo más bien raro, con un aspecto de película seria e incluso con pretensiones de ser bien valorada, quizás hasta un poco como de autor, pero que en realidad sólo busca el sexo.
En fin, toda una experiencia digna de ser vivida, una de esas cintas que sólo se podrían haber encontrado en una esquina de las calles más oscuras de Japón, vendida ilegalmente para que nadie pudiera encontrarla.
La segunda película: Alien Urotsukidoji: The tale of Asteria es incluso más bizarra que la primera, y encima debemos deciros que no tiene nada que ver ni con Alien, ni con Urotsukidoji (bueno, con esta última algo sí), sino que es como una aventura espacio-sexual. Aquí el guión cobra algo más de importancia, aunque sea completamente ilógico si lo veis entero; una bella guerrera espacial (Asteria) y un viejo verde se dirigen a rescatar a la princesa Bianca del imperio Geonga para que éstos no puedan conquistar el universo entero; pero los malvados villanos espaciales tienen alguna arma secreta en forma de monstruos tentaculares.
Esta película empieza con una bonita escena de acción, en la que tres personajes (entre ellos una guapísima japonesa embutida en látex rojo) se enfrentan a un ejército de patéticos matones; pero a los 15 minutos ya podemos ver de que se trata en realidad, ya que tenemos una largísima escena de sexo tentacular, sin que se vea ninguna parte íntima de la chica y con unos tentáculos muy falsos, pero muy divertida si no fuera por su larga duración; unos pocos minutos de trama y acaba con otra larga escena de sexo tentacular con la otra protagonista, que por cierto cambia de látex rojo a bikini espacial de golpe y sin que nos enteremos. Así, entre las dos escenas nos ocupan casi la totalidad de la cinta, pero eso es lo que veníamos a ver, no? Tentáculos penetrando a japonesas sexys.
En esta ocasión sí que tenemos algo más divertido, con unos personajes ridículos, unos intentos de escenas de batalla y algunos efectos especiales hecho con Paintbrush, lo que quizás nos hace disfrutar algo más.
En definitiva, supongo que es la típica pink eiga como las que se han hecho miles, basada en tentáculos viscosos y chicas ligeras de ropa pero sin enseñar nada; una ocasión genial para disfrutar de este subgénero.
Y no nos dejamos lo mejor de la cinta, los Como se hizo… en los que además de ver como se les intenta enseñar a dar patadas a actrices de AV, vemos toda la parafernalia usada tanto para crear un alien, como para mover tal cantidad de tentáculos, entre hilos (que ni siquiera se borran del montaje final), las chicas aguantando los tentáculos a su alrededor o unos cuantos currantes moviéndolos a mano e intentando no entrar en el plano; divertidísimo.
