La verdad es que la colección Trash-o-rama últimamente no nos da más que alegrías, y en estos momentos que ya estamos esperando para recibir la nueva entrega, nos decidimos a comentaros la anterior, como siempre cine asiático completamente bizarro en una triple sesión de exorcismos; sí, lo habéis oído bien, ya nos estamos acostumbrando a las triples sesiones con película X incluida, ahora ya no podremos pasar sólo con dos películas. En esta ocasión se trata de tres explotations de El exorcista, cada cuál más divertido, la versión plagiada turca, la versión japonesa porno y otra de Hong Kong, quizás algo más alejada de la original, pero la más divertida de las tres. Como siempre, acompañado de unos extras de altura entre los que destacan un microdocumental sobre la época del cine turco cuando todavía no existían los derechos de autor ni los copyrights y una buena retahíla de trailers de películas cutres relacionadas con exorcismos o posesiones.

 

La primera de las películas que podemos ver es Seytan, el exorcista turco, con un guión idéntico al de la película original; para quien no lo recuerde, lo repasamos rápidamente: una niña es poseída por el diablo y su madre, después de acudir a los médicos sin ningún resultado, ni siquiera saber lo qué le puede pasar, da con un escritor que escribió un libro sobre el demonio; éste ve a la niña y recurre a un sacerdote para que le practique un exorcismo que saque al demonio del cuerpo de la niña. Después de una gran lucha y muchas demostraciones de poder del demonio usando el cuerpo de la niña para ello, consiguen su objetivo, pero pagando un precio muy alto por ello.

 

La película es un plagio exacto de su original, en la que todo es casi idéntico, sólo que a lo cutre, con un presupuesto muy reducido, unos actores patéticos y suponemos que poco tiempo para hacerla o ganas de acabarla rápidamente y empezar con otra. Así que nos encontramos con una película que más que terror, hace gracia de lo mal hecha que está, sin cuidar ni planos, ni fotografía, ni diálogos…

Por supuesto, con unos efectos especiales muy manuales, y lo decimos así porque casi se ven las personas que mueven la cama, los armarios… pero intentando reproducir sin éxito exactamente los mismos que en su versión americana. Incluso repitiendo la canción principal de la banda sonora original hasta la saciedad, que incluso llegamos a aborrecerla.

Y cómo diferencia, desechando todas las referencias cristianas de la película (que son muchas) y cambiándolas por islámicas; con lo que se pierde mucho del sentido o de las escenas míticas (como la de la masturbación con el crucifijo).

 

Resulta una película interesante a la hora de ver una copia de este estilo, pero menos divertida de lo que penábamos inicialmente.

La segunda película es Exorsister (Chô-yôma densetsu Uratsuki-dôji: Makai gakuen-hen), la versión porno japonesa de las posesiones, dónde toda una legión de demonios decide aterrizar a la tierra y asustar a los humanos, para eso, eligen a uno de ellos que se encargará de poseerlos, pero a éste demonio le encantan las colegialas japonesas y el sexo, por lo que empieza a poseer una llevándosela a la cama. Sus padres llaman a un negocio de exorcismos y así una monja guerrera consigue salvarla, pero el demonio no se parará aquí y seguirá poseyendo a jóvenes colegialas hasta que la monja pueda acabar con él.

 

Cuando decimos que es una película X, no exageramos, lo es con todas sus características, aunque lo más importante esté pixelado, pero así son los japoneses y ya lo sabemos; con una parte de trama muy corta y poco representativa y unas escenas de sexo largas y tórridas.

Pero no sólo eso, sino que tenemos sexo con tentáculos, colegialas lesbianas, una monja vestida de cuero, montando en moto y durísima… en una versión dónde no importan mucho los exorcismos, pero sí las posesiones y el realizarlas a través del sexo.

La película está dirigida por Takao Nakano (Big tits zombie) toda una personalidad dentro del mundo de las V-movies porno japonesas, con títulos como Shogun’s secret harem o Sexual parasyte.

 

Una película para disfrute del sexo masculino, con sus partes divertidas, sus originales y cutres monstruos, su heroína espectacular y todo el bizarrismo que queráis.

 

Y la tercera de las versiones es Exorcismo infernal (To hell with the devil), la historia de un músico fracasado que hace un pacto con el diablo para conseguir todos los deseos que necesite a cambio de su alma inmortal; pero el diablo no juega limpio y a los deseos del músico de conseguir una vida plena y feliz al lado de la chica que le gusta, siempre le da algo que se ajusta a su deseo, pero que le fastidiará la vida; así espera que el hombre desista de todo y se entregue al infierno. Pero en la historia también entra un cura muerto y vuelto desde el cielo, que lo protegerá para salvar las almas de todos los humanos de la tierra. Así se acabará dando una gran lucha entre el cura y el diablo.

 

Ésta sería la versión de posesiones que se hizo en Hong Kong en los años ’80 adaptando una moda al típico estilo de cine local de esa época, con un humor muy físico y muy absurdo, lleno de las bromas más estúpidas que existen y los chistes más banales que hay, con miles de golpes, heridas, etc.

También se trata de la película que copiaron en hollywood como Al diablo con el diablo y protagonizaron Brendan Fraser y Elizabeth Hurley, pero que ni de coña hacía tanta gracia cómo ésta.

 

Una película que llega a mezclar muchos estilos e influencias, incluso con una parte dramática (siempre con humor), un número musical y una lucha final al estilo Space Invaders muy divertida, unos demonios de risa (lo más ridículos que se imaginaron) y sobretodo un protagonista fracasado en cualquier situación, con un interpretación muy buena de Ricky Hui (Mr. Vampire, Los tesoros del mar de la China).

Y la mayor sorpresa de todas ha sido ver que está dirigida por el mismísimo John Woo (A better tomorrow, Hard boiled), en una de sus primeras películas y en una época en que este tipo de cine estaba de moda en Hong Kong y todos los directores hacían comedia.

 

Al final, una comedia completamente absurda y bizarra al más puro estilo de Hong Kong, genial para quien le guste este tipo de cine; para nosotros, lo mejor de este programa triple.