Seguimos con la segunda película que ha protagonizado Don Lee este año, llamada The gangster, the cop and the devil que, aunque siga siendo un thriller de acción, no tiene mucho que ver con Unstoppable (que os reseñábamos hace unos días). Aquí no sólo nos encontraremos con un protagonista completamente distinto, sino que tendremos un guión bastante más trabajado y una cinematografía de lujo, además de ser una película, en general, mucho más violenta; a nosotros nos ha resultado una película bastante completa en general.
El argumento no es demasiado complicado, pero tiene su gancho; el nexo es un asesino en serie que mata a sus víctimas al azar; a través de él vemos a un policía que va siguiendo sus pistas y que lo tiene más o menos calado (aunque sus jefes y compañeros no se crean sus teorías); al mismo tiempo se nos muestra una organización mafiosa muy importante de la ciudad, a la que también el mismo policía va acechando, aunque tengan al cuerpo pagado y en teoría no se les pueda hacer nada; el capo de esta mafia es un tipo no sólo muy poderoso, sino también muy fuerte, capaz de defenderse a sí mismo, así que un día decide ir sólo a casa para despejarse, con la mala suerte que se topa con el asesino en serie que, sin saber con quién se está metiendo, lo intenta atacar de escondidas; el capo se puede defender bien y acaba haciéndole huir y quedando tan sólo con algunas heridas en su cuerpo. Es entonces cuando el policía se entera de lo que ha pasado y de que el capo utilizará todos sus recursos para ir a buscar al asesino y hacérselo pagar; el policía le propone al capo una alianza en la que él le dirá todo lo que sabe sobre el asesino y el otro le ayudará a buscarlo con sus hombres y contactos. Los dos lo tendrán complicado por esa relación imposible, pero cada uno irá rompiendo sus normas para conseguir sus objetivos a la vez que oculte pruebas al otro, hasta que al final se lleguen a poner de acuerdo y trabajar juntos.
Se trata de una película de pura acción, y desde el minuto 1 tendremos la sensación de que no sólo no parará, sino que irá en aumento en cada una de sus secuencias. Aquí el tema principal no será la investigación del asesino, sino que se decantará mucho más por la relación entre los dos protagonistas, con caracteres e ideologías tan distintas; pero sobretodo en ofrecernos una historia brutal y una acción por todo lo alto.
Aunque acabe siendo una película más bien comercial, no creemos que esto sea nada malo, más bien al contrario, se ha invertido un presupuesto suficiente y se ha contado con un gran equipo para conseguir que la película sea redonda en cuanto a fotografía, música y dirección de la acción; aunque el director sea bastante novato, debemos admitir que ha hecho un muy buen trabajo, dándole un toque incluso de calidad artística en una película que se podría haber quedado en una simple cinta de acción o de investigación; comprobamos sin ninguna duda que se trata de una de las grandes que se han rodado este año en Corea.
La película en general tiene un ambiente bastante oscuro, centrándose en escenas nocturnas y en personajes escondidos y escurridizos, muy en el estilo coreano que hemos visto en los grandes thrillers de los últimos años; pero no por eso va a ser un plomo, sino que juega muy bien con darle un buen ritmo en todo momento, introducir algo de humor (muy superficial, sin que esto cambie la intención del autor)y meter algún giro de guión también bastante light (no de esos que te dejan pasmado). Así el director se asegura de cumplir con el feeling que quería transmitir desde el principio y no caer en trampas para gustar más al público general.
Por supuesto, los dos protagonistas de la historia llevan la carga principal, ya que en realidad se trata de una historia de convicciones y de objetivos encontrados, muy basada en la relación de los opuestos; así que tenemos por un lado al gran Don Lee (Train to Busan, Outlaws) que aquí sigue con su papel típico de dar hostias a diestro y siniestro, pero lo hace de una manera brutal, con la concesión que se le ha hecho de ofrecerle un personaje completamente malvado y con rienda suelta para ser todo lo violento que pueda; y en contraposición tenemos a Kim Mu-Yeol (War of the arrows, Illang: The wolf brigade) que también hace un papel bastante correcto y que no es el típico “poli bueno” como cabría suponer, sino que en realidad es todo lo cabrón y agresivo que puede.
En definitiva, que con esta podremos disfrutar de una película cinematográficamente muy bien hecha, pero no por eso falta de acción y violencia; aquí se ha desatado todo el potencial de Don Lee como villano de acción y toda la violencia inherente a los thrillers de mafias coreanos. Si os va este tipo de cine, seguro que disfrutaréis como nunca.
- Lo mejor de la película:
No sólo es pura acción, la historia es un componente muy importante.
- Lo peor de la película:
Que no se explote más al tercer elemento de la historia (el asesino).