Este mes, nuestra colección favorita Trash-o-Rama nos trae otra de esas maravillas para los fans del cine japonés más cutre, gamberro y extremo; ni más ni menos que Big boobs buster, en teoría un live action de un manga del que ni tenemos idea, ni siquiera hemos encontrado información en internet (así de peculiar es). Pues Trash-o-Rama, como siempre, es nuestro peculiar descubridor de rarezas que incluso nos ha editado una segunda parte incluso mucho más loca e inédita que la primera.

La primera parte: Big boobs buster, nos cuenta la historia de una colegiala japonesa con los pechos pequeños (aunque le dicen que es más plana que una tabla de planchar) que intenta crear una relación estable de novios con su pareja y éste le dice que no por no tener unos buenos pechos. Ella, enfadada y con ganas de venganza, pero también de recuperar a su pareja, empieza a disfrazarse con un bañador de profesora de aerobic de los ’80 y con la cara tapada se convierte en una especie de super villana que ataca a todas las chicas del instituto con mayor tamaño de busto para hacerse un molde de sus pechos. Por supuesto, llega a ser perseguida por la policía e incluso tiene problemas con una de ellas que lleva una especie de armadura-sujetador y le da más guerra, pero todo termina cuando una atleta más fuerte que ella la chantajea para que entrene y corra una carrera en su lugar, así que nuestra protagonista se dejará de tonterías y, avivada por la adrenalina del deporte, se volverá deportista.
La segunda parte se llama Big boobs buster 2: Adventure summer y es incluso más loca que la primera; en ella, dos chicas de pechos pequeños se enteran de la desaparición de algunas chicas del instituto y lo relaciona con una estudiante nueva; persiguiéndola, ellas también desaparecen con un poder detelleante y aparecen en una isla recóndita. Allí encontrarán a las chicas desaparecidas, pero con una gran diferencia, les ha crecido el pecho de forma descomunal y, gracias a su nueva apariencia, cada una está haciendo lo que más quería en la vida: cantante, actriz o líder de una secta. Investigando un poco más, encuentran un científico loco que está produciendo estos aumentos mamarios, según dice él, para favorecer a la humanidad en su totalidad; pero a ellas no las puede cambiar, así que se enfrentan a él para destruir todo su plan.

La primera entrega es una pasada, la típica película japonesa ochentera de colegialas, que empieza tranquila y con esos caracteres tan recatados, pero que poco a poco se va desmelenando y cada vez van apareciendo más locuras que nos hacen partirnos de risa; una de esas películas (o mangas) muy japonesas, creada en un período políticamente incorrecto y sin ningún tipo de censura por algún mangaka pervertido. Por supuesto es una película directa a video, de bajo presupuesto, así que ya os hacéis una idea de su calidad, pero tampoco abusa de efectos especiales ni nada demasiado extravagante, así que tampoco se nota mucho, simplemente parece una película viejuna de los ’80 con la tecnología de la época.
En cuanto a la segunda entrega, es una auténtica locura; además de un guion completamente ido de madre, aquí tenemos las típicas escenas metidas porque sí, sin ninguna relación con la trama principal (como la única y corta aparición de Big boobs buster vestida a lo tokusatsu) pero que nos hacen partirnos de risa; además, en esta sí que tenemos muchos efectos especiales de pacotilla, actuaciones de actores demenciales, tonterías y humor absurdo por doquier, etc. en general una auténtica ida de olla desde el principio hasta el final, no hay ni una sola escena que tenga algo de sentido.
Con estas tramas, aunque sea obvio, no podemos dejar de contaros el carácter sexy de las películas, con poca carne a la vista (bueno, tetas por todos lados), pero sí con esas escenas sexys largas y con las chicas poniendo caras de placer: un pinku en toda regla.
En definitiva, una película japonesa de humor absurdo, de esas tontísimas, cutres y muy gamberras, humor con algo de sexo y unos efectos especiales de partirse de risa. Uno de esos productos tan japoneses y tan de los ’80 con los que es imposible non disfrutar como un enano, puro trash para una colección como ésta.
- Lo mejor de la película:
Ese humor para puros viejos pervertidos.
- Lo peor de la película:
Ya lo hemos dicho, es puro trash, no apto para todos los púbicos.





