Pues un año entero esperando, y ya hemos pasado el primer día del Festival de Cine de Sitges, quizás (no, seguro) el día más intenso que tendremos en toda la semana.
Como siempre, empezamos con los reencuentros de esos amigos festivaleros, muchos de los cuales sólo vemos de año en año, y algunos otros mucho más habituales, pero con muchas ganas de pasar un rato con cada uno de ellos y de comentar las jugadas del festival y de la vida en general.
Antes que nada, queremos romper una lanza a favor de la organización del festival (y es que cuando hacen las cosas bien, también hay que decirlo, no sólo criticarlos), porque en cuanto a tratos con la prensa, acreditaciones, horarios, etc. este año se ha mejorado muchísimo, haciéndonos la vida más fácil y ofreciéndonos muchas más posibilidades de ver las películas que necesitamos ver para nuestro trabajo.
Empezamos el día muy pronto por la mañana, y aunque todo el mundo se ha ido a ver la película que inaugura el festival (La bruja), nosotros, por primera vez pensamos en empezar con algo más alternativo y algo más suave y nos metemos en el Casino Prado a ver una mini maratón de dos películas cortas y simples: Haruko’s paranormal laboratory y The maidroid; la primera divertida y surrealista, con una historia simple y unos personajes más que curiosos, nos ha hecho reír un rato y de eso era de lo que se trataba; la segunda, todavía más simple y plana, pero muy sexy, una película coreana, pero con una japonesita desnuda y sexy como protagonista indiscutible, tonta pero algo divertida también.
Y pasamos a cosas más serias, porque nos adentramos en el mundo de Attack on titan con su primer live action (aunque nos ahorraremos los comentarios hasta mañana que podamos ver la segunda y última parte), sólo decir que dejando de lado algunos fallos digitales, es una gran película, aunque no dirigida a los fans de la serie.
Seguimos por la tarde con más sexo, The treacherous se anuncia como la película del rey coreano loco que manda a buscar a todas las mujeres del país para satisfacer sus deseos; y la verdad es que no tiene mucho más que eso, una larga película sobre sexo y lujuria de todo tipo y sobre un rey más loco de lo que podáis llegar a imaginar; sólo añadidle muchas conspiraciones y tramas palaciegas y ya tenéis la película hecha.
Cómo os hemos dicho, éste ha sido el día más intenso, y antes de la maratón final, aun nos da tiempo de ver la nueva de Takeshi Kitano, Ryuzo and his seven henchmen, una comedia sobre yakuzas de la tercera edad, mezclando el humor más japonés y costumbrista de Kitano, con humor simple para toda la familia y con algunos aspectos de la sobriedad de la yakuza y la tristeza de hacerse viejo y olvidado.
Acabamos el día por todo lo alto, con nuestra querida y esperada Japan madness, una maratón que nos llevará hasta las 7 de la mañana y que ya os comentaremos con más calma, porque es muy Katanas y colegialas. Quizás ya no queden películas tan bizarras y salvajes como las primeras Japan Madness, llenas de splatter, pero sigue conservando toda su locura. Empezando con un corto musical sobre estudiantes de instituto que se dedican al sumo, muy divertido. Con Assassination classroom, el live action muy bien realizado, másxima diversión y muy loco, además de (creemos) conservando el espíritu inicial del manga. Con la sorpresa de la visita de Yoshihiro Nishimura a mitad de maratón, recién llegado del aeropuerto presentando su película, no sabemos sin con jet lag o un poco bebido, pero sin traductor y demostrando su máxima locura. The ninja war of Torakage, que deja de lado el splatter más puro para ofrecernos una película divertida y amena con un humor muy absurdo para partirse, que también incorpora algunos de los puntos más característicos y gores de Nishimura. Y Ninja hunter, una película un poco cansina y que acaba hasta aburriendo un poco, pero con unas buenas luchas de ninjas y bastante extrema.
