A touch of sin, realismo extremo de la sociedad china

A touch of sin

Esta semana vamos a ponernos un poco serios, no demasiado y tampoco penséis que os vamos a hablar de películas muy dramáticas o que no tengan nada que ver con lo que estamos acostumbrados, pero queríamos recuperar un par de grandes películas de un muy buen director de China y hemos encontrado el momento para hacerlo. La primera de ellas es A touch of sin, toda una declaración de principios y una denuncia social de un momento muy concreto de la historia de China, pero en ningún momento os hablamos de una película demasiado cultural o reivindicativa, sino que estamos delante de una obra cruda y violenta como la que más, mucho más sabiendo que su director se basó en algunas historias reales para sacar la inspiración. La película se compone de cuatro historias más o menos ligadas entre ellas, con la relación de que todas hablan de lo mismo y con algunos cruces casuales entre sus protagonistas. 

A touch of sin
Unas buenas historias

La primera historia es la de un extrabajador de una mina de carbón, con la llegada del capitalismo y las nuevas formas de negocio, la mina ya no funciona y sus dueños se han enriquecido mucho con su venta, mientras que los trabajadores han conseguido una miseria; este trabajador en concreto va persiguiendo a todos los responsables para que le den lo que considera que merece, pero al ser solo un individuo sin poder, nadie le hace caso, hasta que coge una escopeta y se dirige a matar a todos los jefazos que le han dejado así. 

La segunda historia trata sobre un tipo que tuvo que irse de su ciudad para ganarse la vida, dejando a una familia atrás, no encontró nada y descubrió que la única manera de poder mandar algo a su familia era atracando a la gente con dinero, incluso matándola cuando era necesario; después de tener una charla reveladora con su familia no cambia nada y sigue con su estilo de vida porque sabe que es lo único que puede hacer. 

La tercera historia es la de una mujer liada con un hombre casado que no para de prometerle que dejará a su esposa por ella, pero se ve envuelto en un accidente de tren y muere dejándola sola; ella trabaja en un burdel como recepcionista, no le gusta mucho, pero al menos gana un dinero, hasta que un tipo rico la confunde con una prostituta y la empieza a acosar para que se acueste con él; ella acabará harta y actuará en consecuencia. 

Y la última historia es la de un joven que se cambia de ciudad y busca un trabajo de lo que sea; como el trabajo en una fábrica está mal pagado, acepta uno como ayudante en un burdel de lujo, pero allí se enamora de una de las chicas, juntos pasan muy buenos momentos, pero al final él no puede resistir ver algunos de los tratos de los clientes hacia ella. 

A touch of sin
Mucha violencia explícita

La película representa el momento que vivió la mayoría de la población de China en cuando el país dejó atrás el comunismo y aceptó el capitalismo; en teoría tenía que ser un buen cambio para todos, todos saldrían ganando, pero como buenos capitalistas, hubo una minoría que se benefició muchísimo convirtiéndose en la nueva clase rica (a través de sobornos, tratos sucios, etc.) y una gran mayoría que quedó en una pobreza quizás peor de lo que tenía hasta entonces. El director se pone del lado de este segundo grupo de gente, empatizando completamente con ellos y mostrando al resto del mundo no sólo lo que pasó en el país, sino los sentimientos de la gente que se vio afectada. 

Por supuesto es una película seria, sobria y con una narración bien pausada, nada de ritmos de cine de acción ni los suspenses de un thriller; pero no por eso deja de ser cruda y violenta, tanto por las emociones y sensaciones que desprende, como por las puras historias que nos cuenta y unos finales exageradamente violentos, para que asimilemos mejor el sufrimiento de toda esta gente. 

También debemos considerar que tiene una fotografía de excelente calidad, apoyada por parajes inhóspitos, ciudades en decadencia, etc. Contrapuestas con algunos lugares de auténtico lujo, creando una buena contraposición y un ambiente muy realista y bastante deprimente, situando al espectador en cada uno de los escenarios que vemos sin ningún problema. 

Todo está aderezado con algunos momentos reales de ese momento para hacerlo más realista, siempre para el público chino, claro, nosotros no nos enteramos ni de la mitad; pero también con algunas escenas y algunos toques de la China clásica comunista (hasta la música es toda tradicional) para ensalzar aún más el contraste, incluso con una escena final representando el deseo por volver a los viejos tiempos. 

Y todo esto orquestado por un director como Jia Zhangke (Naturaleza muerta, Ash is the purest white) muy metido en el costumbrismo de su país y en las historias realistas, pero aquí nos demuestra que puede ser bastante extremo también (dentro de su estilo). 

En definitiva, una película pausada y con un toque realista, pero con unas historias bastante crudas y unos finales muy extremos, como su nombre indica, con unos retazos de violencia inesperados; no es la típica película de Katanas y Colegialas, pero consideramos que es una muy buena película y que tiene suficiente fuerza como para ser recomendada aquí. 

  • Lo mejor de la película: 

La última historia, quizás la más tranquila, pero nos ha encantado. 

  • Lo peor de la película: 

La segunda historia un poco floja, sobre todo en la definición de personajes. 

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