Crónicas del Festival de Sitges 2020: III

Festival Sitges 2020

Siguiendo con nuestra crónica de lo sucedido en el Festival de Cinema de Sitges de este año, y ya una vez pasado el primer fin de semana en el que ya nos hemos habituado a las nuevas restricciones, etc. entre semana la cosa decae un poco, ya que este año, por diversos motivos, no hemos podido disfrutar de vacaciones para pasar todo el festival viendo películas y tenemos la oportunidad sólo de ver una película diaria.

Possessor

El lunes vimos la que, por lo menos hasta mitad de semana, fue la mejor película de este año: Possessor de Brandon Cronenberg, que si ya nos gustaban los trabajos de su padre y él mismo nos convenció con su primera película, ahora se reafirma como un gran director y nos ofrece una película sublime, más en su forma que en su contenido, pero también con una historia original e interesante, de esas que te deja con el culo torcido.

Seguimos después para hacer una sesión doble, y acabar este día de medio fiesta en el que no hemos podido hacer mucho. Sólo por pasar un rato más en Sitges y ver alguna película más de las que nos habíamos programado, nos metemos en la sesión de The owners, un home invasion en parte con cierta gracia no por la historia ni por cómo la cuenta, sino tan sólo por sus personajes de la Inglaterra más actual y kinki; pero como película deja bastante que desear, una más…

Ya para miércoles, vamos con una de las asiáticas más esperadas de la emana, y no hay para menos, porque Impetigore del famoso director indonesio Joko Anwar, quizás no es una película de mucho terror, y mucho menos de sangre o sustos, pero es una gran y original historia en un ambiente rural muy logrado y que consigue como mínimo mantenerte con tensión todo el metraje. Ya haremos una buena reseña de ella, pero os avanzamos que tiene una dirección magnífica.

Impetigore

Jueves nos atrevemos con algo de terror retro, nada más y nada menos que una de las primeras películas de terror hechas en Rusia: VIY, que nos narra la simple historia de un monje intentando velar el cadáver de una bruja durante tres noches para que descanse en paz, pero cada noche tendrá una visita cada vez más espectral; como curiosidad un 10 y como diversión otro 10, así que ha sido una de esas sesiones imprescindibles del festival; y es que cada vez nos estamos aficionando más a la sección Seven chances.

Y ya viernes, seguimos con pocas sesiones, pero algo más selectivas, empezando por Citizen K, o el documental que os contaría todo sobre nuestro gran amigo Takeshi Kitano; y la verdad es que sí que nos cuenta bien toda su vida y sus pensamientos, y aunque el documental en sí se vea un poco desapasionado, Kitano es lo suficientemente interesante como para volver algo así en atractivo.

Para acabar la semana, y ya intentando ver casi lo único que nos atraía de ese horario, entramos sin saber mucho a ver Superdeep, otra película rusa de un virus que aparece en un laboratorio subterráneo en Siberia; la idea está muy bien y bastante actual, pero la película se ve entre cutre y desganada, con muchos fallos; luego nos enteramos que el problema es que la postproducción no estaba terminada, así se entiende, pero como en la sala Tramuntana no hay presentaciones…

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