Hoy vamos con otra película india completamente distinta del cine de Bollywood al que estamos acostumbrados, de hecho, no es Bollywood, sino Kollywood (hecha en el sureste de la India), dónde las películas son menos comerciales, pero justo ésta, además, tiene un componente añadido y es que es completamente distinto a todo lo que se había hecho en India hasta el momento. Aalavandhan es una especie de thriller psicodélico con un concepto algo difícil de asimilar, un argumento algo confuso y disperso, pero con un puntazo bizarro que nos ha encantado.

Es la historia de un comando anti-terrorista (en realidad este es un dato innecesario, ya que sólo nos sirve para hacer una buena primera escena de acción, después nos olvidamos de ello) con una prometida que se ha quedado embarazada y con la que se va a casar; ya tienen el beneplácito de todos los familiares, sólo falta el hermano de él, un tipo que lleva desde su infancia en un manicomio por haber matado a su madrastra. Al enterarse de la noticia, el hermano se pone hecho una furia y la carga contra la novia, argumentando que todas las mujeres son el demonio (debido a su mala experiencia con su madrastra, que realmente era malvada). Para poder impedir el matrimonio, se escapa del manicomio y empieza a buscar a la pareja para matar también a la novia de su hermano, conociendo a algún tipo raro por el camino y tomando algunas drogas que le ofrecen y que le dificultan el asimilar los cambios en la sociedad desde que estaba libre hace tantos años. Al final acaba encontrando a su hermano y, a parte de recordar toda su infancia, los persigue hasta la saciedad para poder matarla a ella; el protagonista la defenderá con todas sus fuerzas, y al final deberán enfrentarse los dos hermanos cara a cara.

Para que os hagáis una idea general, la película es de inicios de ’00, pero con una producción bastante floja (buena para su región, pero muy mala comparada con los blockbusters de Bollywood), con una primera mitad algo confusa y dominada por las drogas que se toma el villano, y una segunda parte basada en la acción. Por supuesto, tiene algún número musical, pero no de esos muy movidos con chicos y chicas guapos, sino algo más oscuro y bizarro.

Nos ha encantado la primera parte, después de pasarse la vida drogado en el manicomio para mantenerlo a raya, el villano empieza a probar las drogas de diseño de la calle, y el director se las apaña para que el público acabe poniéndose en su piel, así que acabamos experimentando de segunda mano un viaje psicodélico alucinógeno por todo lo alto, sin llegar a distinguir lo que es real de lo que no, con algunas escenas realmente divertidas y bizarras, otras incluso hechas por animación y todo completamente delirante para el espectador.

La acción de la segunda parte, no se nos ocurre nada más que compararla con las grandes películas de acción indias actuales, y la verdad es que no tiene ni punto de comparación, debido al presupuesto que se maneja, los efectos especiales de la época y que todo se ha ido acrecentando exponencialmente hasta llegar  ala exageración que tenemos ahora; pero esta película ya apuntaba maneras, con algunas escenas quizás un poco más normales dentro del cine de acción, y otras bastante exageradas o imposibles, sentando unas bases para un cine venidero que cada vez iría a más.

Nos ha cantado un poco efectos especiales de imagen super falsos que, en algunas ocasiones vienen completamente justificadas por ser el momento lisérgico; pero que en otras vemos una superposición del personaje muy forzada incluso cuando no está pasando nada y el escenario es completamente normal; pero supongo que se justifica por la época (en esa región concreta de la India, porque en otros países, en el 2000 los efectos especiales ya eran muy desarrollados).

Y lo que más nos ha gustado ha sido la interpretación de su protagonista Kamal Haasan (Vikram, Vishwaroopam) haciendo el papel de los dos hermanos, por un lado, pareciendo un fofisano bastante inocente y simplón (para nada el perfil de un comando) y por el otro se le ve mucho más chachas y con un papelazo de loco increíble, perfectamente convincente.

En definitiva, no esperéis una buena película de acción, o una exageración típica de la India, ni un musical alegre y divertido; esta es una auténtica película bizarra, simple pero llena de locuras, muy afectada por las drogas (seguramente también por las que tomó el director) y que gustará a los que busquen algo diferente, aunque sea un poco cutre.

• Lo mejor de la película:

Los momentos de drogas/locura son únicos.

• Lo peor de la película:

Un protagonista tan bobo.