Ya hemos visto algunas películas bélicas de Corea, pero creo que esta vez ha sido la mayor producción épica que se ha hecho en este país (que no la mejor); y es que Roaring currents (The admiral) narra una pequeña historia de guerra naval, pero con unos aires de grandeza que están por encima de todo, sobre todo debido a su actor principal Choi Min-sik, que en un principio era el reclamo principal para verla, como casi todo lo que hace últimamente. La película esta basada en una batalla real, muy al estilo de las termópilas, pero en el mar.
La historia está basada en la invasión de Corea por parte de Japón en la era del Joseon, más concretamente en un intento de invasión de la capital en la que los coreanos se confían bastante y no creen que los japoneses sean capaces de una cosa así. En este contexto, hay un almirante naval que lleva un tiempo resistiendo ataques, y aunque sus fuerzas están muy mermadas, desobedece las órdenes de sus superiores de abandonar su puesto y unirse a la armada para defender la capital; él cree que si las flotas japonesas pueden atravesar ese puesto, no habrá nadie que las detenga. Por su lado, los japoneses contratan a un feroz pirata para liderar este ataque. Así, entre que son pocos, la destrucción de algunos de sus barcos, la intimidación de los piratas japoneses, la poca confianza en un almirante que parece loco… los soldados coreanos pierden toda esperanza y rehúsan dirigirse a una batalla muy desigual; pero gracias al conocimiento de una zona en la que hay un remolino muy intenso y cambiante que va moviendo la dirección de las aguas, gracias a su gran experiencia en estrategia naval y gracias a saber como motivar a sus hombres llevándolos hasta el máximo de sus posibilidades, el almirante se enfrentará a las tropas japonesas.
El principio de la película podemos decir que es muy coreano de la vieja escuela, todo bastante lento y aburrido, sin hacernos pensar que habrá ni un mínimo de acción en toda la película; se pasa la primera hora tan sólo presentando la situación y personajes y haciéndonos ver lo tozudo y loco que esta el almirante y lo malvados que son los japoneses. Así que no dejamos muchas esperanzas para la segunda mitad, aunque es entonces cuando empezará la batalla y tendremos junta toda la dosis de acción, estrategia y sentimiento épico que debe tener una película bélica como ésta; quizás no será tan grande como debería ser por el dinero que se ha invertido, pero al menos acabamos con el aburrimiento y con el pensar que se trata tan solo de una película más.
Técnicamente, la película no tiene ningún defecto, aparte de algún efecto digital que se les va un poco de las manos, podríamos decir que para ser una película coreana tiene una dirección artística y técnica impecable; pero como ya sabéis, eso no lo es todo en ninguna película y la narración de la historia y el ritmo no son nada adecuados, pasando una hora completa a un ritmo lento y sin ningún cambio, a un intento de crear un ritmo trepidante y excesivo, cosa que tampoco consigue ya que, aunque esté toda compuesta de escenas de acción y estrategia, el ritmo general sigue siendo lento y no logra remontar hasta casi el final de la batalla. Tampoco se consigue crear toda la épica que se busca, cuando suponemos que era lo más buscado en la película y cuando en vez de ser una épica heroica y con fuerza, se consigue sólo un gran drama, algo épico, pero más basado en los sentimientos humanos que en otra cosa.
El director es Kim Han-min, quien ya dirigió la similar War of the arrows, otra película con la que tuvimos casi las mismas sensaciones, y es que no varía mucho el estilo y la narración. Aquí se ha basado sobretodo en la figura de Choi Min-sik (Oldboy, I saw the devil) que soporta todo el peso de la película y que con una interpretación excelente, la habría subido de nivel, pero no sabemos si es que ya tiene una edad o que este papel no es lo suyo, pero no hemos acabado de encontrarle tan bien como otra veces, creando un personaje algo plano, con todas las características que se supone que debería tener, pero sin ir más allá de lo especificado. El resto de los actores no tienen ninguna importancia en la película, casi todos sobreactúan y tienen papeles sin ningún tipo de personalidad, sobretodo los japoneses.
En definitiva, suponemos que a los amantes de la estrategia y el cine bélico de época, les encantará, ya que es una película muy bien realizada y con una sola batalla, pero muy bien pensada; para los que busquen emociones más fuertes o algo distinto de lo habitual, no os emocionéis y tomárosla con calma.
- Lo mejor de la película:
El barco tortuga.
- Lo peor de la película:
En algunos momentos se llega a hace repetitiva y pesada.
https://www.youtube.com/watch?v=N2MqGo98R_M