Esta semana sí que nos ponemos con las últimas novedades de cine asiático, que después de un tiempo, ya iba tocando… Empezamos por una de las más esperadas y que más ha dado que hablar recientemente, aunque no sea exactamente una película extrema o de Katanas y Colegialas. Se trata de Decision to leave, la última obra de Park Chan-wook, uno de los más grandes (por no decir el mejor) directores de Corea del Sur. En realidad, la película es una especie de thriller romántico con mucho drama, así que no llega a ser una de las que más nos gustan a nosotros; pero creemos importante comentarla porque se trata de un buen elemento a tener en cuenta dentro del cine coreano.
La trama se centra en un inspector de policía ejemplar, muy metódico y que sigue siempre las reglas en todo, solucionando así la mayoría de casos que se le presentan. Todo empieza con un nuevo caso, el de un hombre muerto por caída de precipicio; en un principio nada especial, pero empieza a sospechar cuando conoce a su mujer, una inmigrante china que se casó con la víctima justo después de entrar en el país y que tiene un pasado un poco confuso. La investigación le sugiere que la mujer no lo asesinó, sino que fue un simple suicidio, pero de tanto investigar, el inspector acaba implicándose emocionalmente con la sospechosa, después de investigar toda su vida, de días de vigilancia a escondidas, etc. acaba desarrollando una obsesión algo enfermiza con ella (casi olvidándose de su mujer); ella también le corresponde, incluso le ayuda en su vida personal y profesional, con lo que llegan a una relación algo complicada, en la que están muy bien juntos, pero no acaban de definirse como pareja, ni de engañar a su mujer sexualmente. La relación y la investigación van avanzando descubriendo algunas cosas inesperadas que irán cambiando la percepción que tenemos sobre los dos.
La película, en realidad, se desarrolla en dos partes muy diferenciadas; la primera de ellas es lo que os hemos contado (con un desenlace que os dejamos descubrir a vosotros), y la segunda es una auténtica sorpresa para el espectador, cuando parecía que se podía dar por finalizada la película, nos ofrece una historia adicional para rematar el romance.
Puede parecer un thriller policiaco, con una gran importancia de las investigaciones y de los resultados que van obteniendo, pero nada más lejos de la realidad, todo el proceso de investigación está allí, pero como un elemento de fondo más, sólo para dar un poco de vida a la historia, la importancia real de la película no está ni siquiera en las vidas de sus protagonistas, ni en su historia de amor; aquí todo lo que en realidad nos importa y nos atrapa son los sentimientos del protagonista (el policía) y cómo van evolucionando, sus ideas y aspiraciones en la vida van cambiando, a medida que conoce a esa mujer y ella le descubre cosas sobre sí mismo.
Sí que es verdad que el director juega a tocar un poco todos los géneros en la misma película: desde el thriller, hasta el romance, el drama, la venganza, incluso un poco de acción y de humor (muy contenido), así nos da una lección de todo lo que es capaz cinematográficamente, pero también de que, lo que de verdad le gusta y le importa es jugar con los sentimientos del espectador.
Y lo que de verdad nos ha atraído de la película, o lo que de verdad hace grande a un director como este, es toda su ejecución, con un tiempo no lineal, pero tampoco con saltos de tiempo demasiado bruscos ni flashbacks muy marcados, simplemente aprenderemos a saber cuándo nos está contando algo del pasado o del futuro; pero sobre todo con unas escenas en las que coloca al protagonista de la escena dónde querría o debería estar, no dónde está en realidad, jugando así con hacernos saber sus sentimientos y sus obsesiones sin tener que decirlo abiertamente. También juega muy bien con sus personajes, un protagonista muy simple y sencillo, una persona con la que nos podremos identificar sin problemas, caído en la rutina y en busca de algo que le haga abrir los ojos; unos eventos que ponen su vida al revés, pero en realidad no demasiado drásticas, tan sólo un poco de sentimientos reales. A nivel de guion y de ritmo, todo muy contenido para crear más un ambiente que una película.
Así, su director Park Chan-wook (Oldboy, The handmaiden) nos demuestra una vez más su valía como director; aunque no sea de nuestras favoritas del director (a nosotros nos va algo un poco más extremo), reconocemos que es un ejercicio cinematográfico muy bueno y para abstraerse sin problemas.
En definitiva, una genial película a todos los niveles cinematográficos; los fans del director se pueden ir olvidando de las sorpresas, grandes giros de guion y extremismos varios; no estamos delante de una película extrema, pero sí delante de algo nuevo para descubrir y tomarnos con calma y filosofía.
- Lo mejor de la película:
La forma de presentarnos las situaciones y la historia en dos partes.
- Lo peor de la película:
Alguna subtrama sin importancia que, al contrario de aportar, juega en contra.