Esta semana vamos a reseñar algunas novedades de cine de Hong Kong, más concretamente las que pudimos ver este año en el Festival Nits de Cinema Oriental, que nos ha demostrado que el cine de acción honkongués no está muerto del todo y, aunque sean pocas, todavía podemos ver alguna película del género y alguna de ella con mucho acierto (aunque la mayoría con parte de la producción china, aunque con un equipo completamente de Hong Kong). La primera de ellas es Endgame, una especia de thriller de humor que pone a unos personajes bastante típicos del cine de mafias o asesinos clásico en unas situaciones inesperadas. La película es ene realidad un remake de la japonesa Key of life, pero como tampoco hemos visto la original, no haremos ninguna comparación al respecto.
Todo empieza con un asesino a sueldo que trabaja para la mafia; un tipo con estilo y completamente anónimo que hace su trabajo perfectamente; del otro lado está un actor patético que no consigue ni un trabajo y se encuentra al borde del suicidio. Ambos coinciden en unos baños públicos en los que el asesino resbala con un jabón y acaba en coma en el hospital; el actor aprovecha la confusión para robarle la identidad, así como el coche, la casa, el dinero… sin saber exactamente lo que está haciendo, pero dedicándose a disfrutar de la vida de un rico. Mientras éste se empieza a mete en líos, viendo a las mafias y aceptando algún trabajo sin saber muy bien de qué tratan, el verdadero asesino empieza una nueva vida de amnésico con los medios del pobre actor, ayudado por una chica compasiva que hace lo que puede para que esté bien. Cuando el asesino recupere la memoria e intente recuperar su vida, no sólo se dará cuenta de lo que está pasando, sino que se destaparán algunos trapicheos de su trabajo y los dos juntos deberán lidiar con la mafia.
La película tiene un muy buen guion, además de otras cosas que comentaremos más adelante y que la hacen muy apetecible, pero su atractivo se basa sobre todo en usar a una estrella de primera fila como Andy Lau en el papel de asesino, que quizás no tiene un papel tan importante (no diríamos que es el protagonista, su compañero tiene mucha más importancia), pero hace lo que mejor se le da: de asesino de lujo, un tío guapo, con clase, impecable en todos los sentidos, etc. cosa que, incluso a su edad, le queda genial y le da mucho caché a la película.
Y no podemos hablar de Andy Lau sin tener en cuenta a la verdadera estrella de la película: Xiao Yang; un actor que realmente está empezando y que tiene toda una carrera por delante, pero que apunta muy buenas maneras, al que vimos el año pasado en la ganadora de este mismo festival Sheep without sheeperd, y que tanto entonces como aquí tiene un papel que puede parecer cómico, pero que es mucho más profundo y complicado, y que en verdad nos ha gustado muchísimo, mucho más destacado y con muchos más matices que el de Lau (que parece que esté solo para llamar al público a ver la película).
Además de por sus actores y por un guion bastante brillante, lleno de giros argumentales y de sorpresas, que sin duda os cautivará, la película destaca también por su ritmo; un ritmo más típico de película de acción que no cómica, con una escena inicial y una introducción a la historia, en general, muy vistosa y que nos ha recordado sin duda a muchas otras películas de los ’90, un desarrollo más tranquilo, mucho más cómico y más basado en el guion y en entramar la historia para que después todo esté tan liado que nos parezca imposible un buen final, pero con un final lleno de acción, dejando de lado la vertiente cómica y reflejando el puro thriller de gangsters de los ’90, lleno de disparos, con varios bandos metidos en el asunto de alguna manera, todo muy visual.
Y que decir de su humor, no es un humor absurdo, pero tampoco inteligente, es un humor basado en situaciones algo peliagudas que les pasan a dos personajes contrarios, así que tira más de humor clásico y algo contenido y un poco del propio actor que interpreta al fracasado, que tiene su propia gracia.
En definitiva, una película no sólo divertida, si no también llena de acción, con algunos personajes y situaciones muy del cine de Hong Kong de los ’90 y con un actorazo que lo borda (además de Andy Lau), disfrutable a todos los niveles sin llegar a ser un peliculón.
- Lo mejor de la película:
Su protagonista Xiao Yang es buenísimo.
- Lo peor de la película:
En verdad no hay nada espectacularmente bueno, pero tampoco nada malo.