Versus: Unparelleled violence, más brutalidad en una segunda parte sin mucho sentido

Versus: Unparalleled violence

Hoy tenemos la reseña de otra de las películas que más esperábamos en el reciente Festival Nits de Cinema Oriental, por ser una de las más extremas que podríamos ver en esta edición; nos referimos nada más y nada menos que a Versus: Unparalleled violence, la segunda parte del ya nuevo clásico del cine de acción japonés: Versus, en el que una pareja de altura como Ryuhei Kitamura y Yudai Yamaguchi dirigían a uno de los actores de acción que más brutal nos ha parecido en los últimos años: Tak Sakaguchi; la película se convirtió en todo un ejemplo que sirvió más adelante para muchos directores de acción japoneses, para aprender cómo hacer cine de acción y sangre sin contemplaciones. Pues esta continuación es en realidad un mediometraje, más destinado a satisfacer a los fans de la original con algo más de lo mismo, que realmente con esperanza de ofrecernos algo nuevo.

Versus: Unparalleled violence
Personajes cañón

La historia no tiene demasiado, empieza con un grupo de personajes (los supervivientes de la primera entrega) que supuestamente después de los sucesos del bosque, se ven en un edificio dónde descubren que algún tipo de organización secreta los estaba controlando y sigue haciéndolo. Un tiempo más tarde, cada uno de ellos lleva una vida normal, con trabajos normales (salaryman, mecánico, actor) y sin recordar nada de su aventura, hasta que al escuchar una melodía se vuelven a activar, matan a todo el que se encuentran delante y se dirigen todos a un bosque. Allí se verán impulsado a luchar unos contra otros, básicamente para satisfacer los caprichos de una gente que los está observando y que quieren que no quede ni uno de ellos con vida.

Como su primera parte, sólo la primera escena ya merece la pena, sin introducirnos de ninguna manera, tenemos unas luchas a katana brutales, alguna muerte y un poco de confusión para que no sea la típica película lineal. Esta confusión reinará durante toda la película, os diríamos que se hace difícil seguirla sin haber visto antes la primera parte, pero nosotros que ya la habíamos visto, tampoco nos enteramos de la mitad, o es que no hay mucho de qué enterarse, ya que el guion casi que brilla por su ausencia. Así como en Versus teníamos una gran película de acción y ya para el final se descubría un poco el sentido de todas esas muertes, que podía ser más o menos creíble y original, pero al menos había la intención de llegar hasta algún punto; en esta segunda parte también tenemos un metraje repleto de acción, quizás incluso más comprensible que en la primera, pero que no acaba de llegar a ninguna conclusión, todo se queda en estúpidas muertes, sí que es verdad que vemos a la malvada organización, pero tampoco sabemos qué hacen o pretenden.

Versus: Unparalleled violence
Sakaguchi en su estilo

Aunque no tenga mucho más que eso, la acción es espectacular, muy en el estilo de las películas con Tak Sakaguchi, es decir, pocas artes marciales bien coreografiadas y con estilo implacable y más pelea callejera, igualmente bien preparada, pero con una pinta final mucho más cafre; además con una buena evolución, ya empieza a saco, pero van añadiendo armas y más combatientes hasta acabar con todo lo que se mueve.

La poca más de una hora de duración pasa en un santiamén, además de tener un ritmo aceleradísimo, como si tuvieran que meterlo todo en poco tiempo o como si quisieran que los actores no pararan ni un momento y que el espectador no desvíe la mirada de la pantalla para nada, en los poquísimos momentos en los que no están peleando, son sólo para contar el mínimo de historia que tiene la película, así que no hay ni un segundo de aburrimiento.

Aunque se mantengan gran parte de los actores de la primera parte, cambiamos al director, aunque en esta ocasión dirige Hideo Sakaki, un actor amiguete del grupo de Tak Sakaguchi y Ryuhei Kitamura, que ya había participado en la primera parte y que sabe muy bien lo que se espera de estas películas; igual que Tak, emprenden su aventura como directores con películas de bajo presupuesto, pero muy orientadas al fandom.

En definitiva, una película brutal llena de acción y peleas cada cual más bestia que la anterior; aunque no tenga mucha historia o no nos quede muy claro lo que quieren decir, es perfecta para los fans del cine de acción japonesa más extrema.

  • Lo mejor de la película:

Nos encantan las idas de olla de los personajes al volverse locos en sus trabajos normales.

  • Lo peor de la película:

Quizás incluso eliminaríamos alguna escena tonta que nos explica un poco la historia o la relación de Tak con su chica; así sería completamente brutal.

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