Parasite, la gran sorpresa viene de Corea

Parasite

Por fin, una vez terminadas las reseñas del Festival de Sitges de este año, ahora podemos ponernos con algunos estrenos que teníamos pendientes. Y empezamos con lo que muchos han dicho que era la película del año: Parasite, la última obra de Bong Joon-ho, uno de los directores más respetados de Corea, que después de una filmografía bastante completa, ahora nos trae una especie de thriller familiar (algo así…). Para nosotros, quizás no ha sido una de sus mejores películas, tal vez por no ser el cine extremo que más nos gusta; la verdad es que disfrutamos mucho más con Memories of murder o Snowpiercer; pero debemos reconocer que cinematográficamente es una maravilla y el guión es bastante sorprendente.

Parasite
Una familia corriente

No os contaremos mucho de la trama para no hacer spoilers; la verdad es que esta película necesita ser cogida sin saber mucho sobre ella, así que si no la habéis visto, yo lo haría antes de leer esta reseña. Los protagonistas son una familia de clase baja, viviendo en una de las peores casas de un barrio marginal, todos desempleados, etc. hasta que un amigo del hijo de la familia le comenta que se va de viaje y necesita alguien de confianza para sustituirle dando clases de inglés a un chica de clase bien; le dice justamente a él porqué es de quien se fía que no le quitará a la chica que le gusta, pero en realidad no sabe dónde se ha metido.

Os contaríamos algo más, pero preferimos no hacerlo, sólo os diremos que a partir de aquí la película empieza con los giros de guión y a mostrarnos cosas inesperadas cada vez más sorprendentes, en una historia muy original y atractiva. Aunque la comentemos en Katanas y colegialas, os avisamos que se trata de una película más bien seria, aunque se sitúe dentro del género del thriller, también la podríamos calificar como tragicomedia, muy alejada de cualquier tipo de violencia, sangre, etc. pero no por eso menos impactante. Lo que sí que está claro es que, como siempre con este director, la película no dejará a nadie indiferente; por alguna razón o por otra es una película no sólo para disfrutar, sino para recomendar a cualquiera.

Lo primero que vemos, nada más empezar y que no decae en toda la película es su nivel artístico; aunque no tenga ni un plano que podamos considerar espectacular o de una belleza admirable, es normal al intentar reflejar la realidad cotidiana de la vida de muchos ciudadanos; pero también diremos que se nota cada uno de los planos y secuencias de la película ha sido estudiado muchas veces antes de darlo por bueno (con unas simetrías de encuadre perfectas, unas luces realistas, pero a la vez oscuras, unos escenarios que asombran, pero que también reflejan una realidad incómoda, etc.); con una narración perfecta, que no nos deja indiferentes ni en el momento de la presentación, cuando en teoría sólo está mostrando a una familia corriente.

Parasite
Algunos sucesos sorprendentes

Cuando os hemos hablado de tragicomedia, no lo hacemos en el sentido habitual de la palabra, y es que la película goza de muchos momentos de humor (casi humor negro) en los que sería muy fácil reírse de esta familia y de las situaciones de pena que van pasando; pero es tanta la empatía que llegan a generar, que más que reírse de ellos, lo que da es ganas de estar allí para poder ayudarles. Y aquí es dónde la película más se podría diferenciar de otras del mismo estilo. Y es que la baza más importante de esta película ha sido saber definir bien a la familia protagonista (porque todos tienen la misma importancia en la historia) y quizás no darle una personalidad muy marcada, pero sí saber buscar unos actores que sepan expresar perfectamente sin tener ni que usar las palabras, y así hacer que el espectador se identifique claramente con algunos de ellos. Y es que, como en la mayoría de sus películas, la denuncia social es uno de los rasgos característicos de Bong Joon-ho, y más concretamente hablando del principal problema del mundo: la diferencia de clases; y aunque lo veíamos en el resto de sus películas de forma más o menos metafórica, aquí lo presenta de una forma literal y descarada, para ver si la gente se da cuenta de una vez por todas de lo que está sucediendo en el mundo. Pero lo dicho, por muy realista que sea, siempre busca la manera de presentarlo de una forma interesante, innovadora y sorprendente.

Poco más teneos que decir de su director, de quien ya hemos hablado otras veces y que creemos que en cada película va superando a las anteriores (excepto quizás Memories of murder, que la encontramos insuperable); lo que sí que destacamos por encima de todo es su nueva colaboración con Song Kang-ho (Memories of murder, Snowpiercer) que aquí no es exactamente el protagonista, pero se lleva todo el peso de la película cuando está en pantalla; para nosotros, uno de los mejores acores coreanos actuales.

En definitiva, una gran película que nos habla de la diferencia de clases, en forma de thriller y con más sorpresas y giros de guión de los que podríamos haber esperado. No sé si ha sido la película del año como dicen muchos, pero aunque no sea una extrema de esas que tanto nos gustan, nos ha fascinado.

  • Lo mejor de la película:

El paso tan natural de lo cotidiano a lo desproporcionado.

  • Lo peor de la película:

Pues esta se nos ha hecho corta.

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