Sesión doble Japan Madness: Signal 100 y Ghostmaster

Japan madness

Hoy queremos recordar la pasada Japan Madness, uno de los eventos que más nos suelen gustar del Festival de Cinema de Sitges, ya sabéis la presentación anual de lo que tiene que ser la representación del cine japonés más extremo y bizarro posible; como las películas de este año no fueron ninguna de esas célebres y esperadísimas, lo haremos con una sesión doble incluyendo las dos únicas películas que nos convencieron: Ghostmaster y Signal 100. Que son perfectas para ver conjuntamente, aunque quizás nosotros lo habríamos hecho al revés de lo que vimos: primero Signal 100 (algo más contenida) y acabar con Ghostmaster (mucho más bizarra y sangrienta).

Signal 100

Signal 100 es una película sobre institutos, en dónde un profesor cansado de las maldades y el poco caso que le hacen sus alumnos, un día los llega a hipnotizar de alguna extraña manera y esa hipnosis consiste en que les aplica 100 normas a sus cerebros y cuando se salten una de esas normas, automáticamente se suicidarán de la primera forma que encuentren. Las normas van desde levantar la voz, insultar al profesor, usar el móvil, etc. hasta algunas tonterías, pero ellos no saben cuáles son, así que deberán portarse muy bien e intentar averiguar qué les hace suicidarse para no hacerlo. Con esta situación la cosa se va poniendo muy tensa, saldrán a flote las personalidades más extremas de cada uno y empezarán las discusiones y las peleas.

Signal 100
Una de colegialas

La verdad es que la idea es muy original y da mucho juego, se podrían haber hecho con ella cosas increíbles, pero se ha optado por una película sencilla y corta, sin demasiados sobresaltos, simplemente para salir del paso.

Encontramos a faltar mucho más gore, o al menos algo de violencia (aunque sea de forma implícita); la película es bastante light en verdad, sí que tenemos suicidios de todo tipo, incluso de lo más bestia posible, pero a nivel de enseñar en pantalla todo se queda a medias, como si se hubiera querido acceder a un público mayor y sacrificar el reducido sector de fans del gore (en el que nos encontramos nosotros), que quizás no puede aportar tanta taquilla, pero que muestran una mayor pasión por el cine.

Para nosotros ha sido una pequeña decepción, pero entendemos que quizás para el público japonés ya es algo bastante brutal. Bien hecha, podría haber sido como As the God’s will de Takashi miike o incluso casi como Battle royale, pero se ha quedado en un subproducto más.

Ghostmaster

Ghostmaster es otra película sobre institutos, en esta ocasión son los alumnos que están preparando una película romántica; con un guionista/director llamado Akira Kurosawa que tiene poco talento pero mucho empuje. Después de experimentar la realidad de trabajar con aficionados, Akira pierde su esperanza en que salga bien, pero se dedica a reescribir el guión usando toda su fuerza mística y algo de sangre y eso hace que el libro cobre vida como si fuera el Necronomicón. El nuevo guión ya no será romántico, sino que se pasará al terror y la maldad del libro hará que sus protagonistas vivan la historia realmente como sus personajes y se vayan matando entre sí.

Esta película no tiene nada que ver con la anterior, aquí tenemos un guión muy simple, pero una ejecución muy gamberra y muy gore, de esas que sí que nos suelen gustar. La película en general es de bajo presupuesto y hecha con cuatro amigos y poco tiempo, se nota una dirección que se preocupa más por enseñar grandes chorros de sangre que por contar bien la historia o por las bases del cine. Además, los efectos especiales y maquillajes no es que sean nada del otro mundo a nivel técnico, pero sí que han salido muy resultones.

Ghostmaster
Cine dentro del cine

Además, para acabarnos de conquistar, en todo momento tenemos referencias frikis a películas de terror o a cine gamberro en general, muy básicas y más para soltar una risa que para pensar en homenajes, pero en una Japan Madness son las cosas que vas a ver en realidad.

Al final ha resultado una película muy divertida, con un alto componente gore y un ritmo brutal, perfecta para unas risas con amigos y para una sesión de Japan Madness (lo más acertado de este año).

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