Hoy volvemos con algo de cine asiático extremo algo más “clásico”, esta vez se trata de School in the crosshairs, una extraña película japonesa de ciencia ficción de nuestro ya bien conocido maestro Nobuhiko Obayashi, ya hecha en los ’80 pero conservando todo ese humor tan peculiar y la forma de hacer cine tan excéntrica que lo caracteriza, con algunos elementos muy suyos y a la vez llevando algo de frescura a un género que en Japón siempre se ha tratado de forma muy oscura y catastrófica, la ciencia ficción.

La historia trata sobre un instituto japonés de lo más corriente, con todas sus clases sociales: colegialas, deportistas, nerds, salidos, góticos… y sus grandes diferencias entre ellos. La protagonista es una colegiala excepcional: guapa, sexy, lista, popular… y enamorada de la estrella del equipo de kendo; a ella todo le va bien, pero él sólo se preocupa por el deporte y tiene muy malas notas. Cierto día, ella descubre que tiene poderes y salva a un niño de ser atropellado parando el tiempo; desde entonces, intenta aprovechar esos poderes para su vida personal, sobre todo para ayudar a su novio a ganar los campeonatos. Pero llega un momento en el que empieza a abusar de ellos, y entonces hay algunos individuos que se enteran de lo que está pasando, entre ellos una nueva colegiala que también tiene poderes y que los quiere utilizar en contra de la protagonista para destruir el mundo, pero también un ser de otro planeta que afirma ser quien les ha otorgado esos poderes y que intenta que el universo esté en equilibrio. Nuestra protagonista tendrá que ver quien está con ella y quien contra ella para poder luchar por el mundo.

La película tiene un principio muy corriente, pareciendo una típica película de institutos japoneses de los ’80, todo muy ligero y divertido, con las típicas conversaciones y acciones entre estudiantes, con sus lindas colegialas y sus piques entre grupos, incluso podemos disfrutar de una bonita escena musical que la hace mucho más amena; cuando la chica se percata de sus poderes, la película sigue con su aire juvenil y distraído, pero ya empezamos a ver demasiados efectos de luz psicodélica y músicas extrañas; y ya, en el grueso de la película, tenemos algo completamente distinto al resto, muy filosófico, sin nada de acción, sólo pensamientos y situaciones extrañas y una imagen totalmente psicotrópica, como si estuviéramos viendo la película puestos de ácido hasta las cejas; todo esto para darnos una pequeña lección moral y acabar con un final de nuevo muy ligero e incluso tonto.

Sin duda hay algo que impresiona en ésta película por encima del resto, y son todos los efectos especiales y de luz; es verdad que en la época en que se rodó no existían grandes recursos para efectos especiales, más que cromas, rayos de luz, filtros, etc. pero aquí, el director coge todos los efectos existentes y los lleva hasta su máximo exponente, abusando de ellos hasta hacer explotar la mente del público, con unos colores lo más chillones posibles y con escenas concretas en las que no paramos de ver estrellas, rayos, destellos, etc. pasando por delante de nuestros ojos mientras los protagonistas discuten problemas metafísicos. Como decimos, toda una experiencia psicotrópica sin necesidad de tomar ninguna droga. Si a ello le incluimos un personaje (el ser de otro planeta, muy superior moralmente a los humanos) que parece que sea la persona peor vestida de la discoteca más estrambótica de Japón, que da risa sólo de verlo… y además lo mezclamos con pequeñas dosis de ese humor absurdo japonés que tan bien conocemos; tenemos una experiencia completa.

A parte de eso, la película tiene mucho del cyberpunk japonés más clásico: personajes extraños, comportamientos perturbadores, mutaciones… pero mezclado en todo momento por ese carácter juvenil (casi infantil) de película de institutos, con un toque sexy y un humor algo negro y sobretodo muy disparatado.

Con una estupenda, divertida y sexy Hiroko Yakushimaru (Sailor suit and machine gun) como protagonista, convirtiendo esta película en una película de colegialas en toda regla. Y con Nobuhiko Obayashi (Hausu) como director, con su peculiar estilo y en una de sus más grandes películas, en las que todo era decidido y realizado por él mismo.

En definitiva, una película que mezcla a partes iguales cine de colegialas japonesas con cyberpunk del más filosófico, todo enmarcado dentro de un estilo demasiado psicodélico para las mentes del público actual.

• Lo mejor de la película:

Una protagonista majísima.

• Lo peor de la película:

Si la tomáis con calma y la veis más de una vez, no creemos que tenga nada malo.

https://www.youtube.com/watch?v=kt3D5YlNf0Q