El otro día os recomendamos encarecidamente la película Gachi-ban, e incluso os hablábamos de que forma parte de una longeva saga que llega hasta la actualidad, hoy queremos hablaros de otra entrega de esta saga, que no es la siguiente, sino un poco más adelante; se llama Gachi-ban Max y vendría después de todas las nombradas simplemente Gachi-ban, que creo que son 6 películas. Esta entrega representa un cambio completo en la saga, desde lo que ya os comentamos, que era una saga muy centrada en el humor juvenil un poco tonta, pero añadiendo acción y peleas entre estudiantes; este giro sigue con la temática de la saga, que son los jóvenes con uniformes escolares dándose de hostias, pero, en cambio, camia completamente con el tono de la película, convirtiéndose en algo más dramático y oscuro que seguirá y se intensificará en las siguientes entregas (Maximum, Ultimatum, Supremacy,,,).
La película trata sobre un estudiante que llega a Shibuya después de haberse separado de su banda y de intentar andar en solitario, pero que regresa a Tokyo en busca de su antiguo líder para unirse a él de nuevo y poder conquistar la ciudad. Una vez allí, encuentra a su viejo camarada en una situación muy distinta a la que esperaba, repartiendo paquetes de pañuelos desechables de publicidad de una casa de masajes, lo que no le gusta nada, cuando esperaba encontrarlo dando caña y peleándose con todo el mundo; éste le hace ver que ya ha acabado la escuela y que hay que buscarse la vida en el mundo real, dónde manda el dinero y los negocios, que ahora trabaja para unos tipos algo mafiosos (que en verdad son un poco pardillos) y así controla una zona entera y a un equipo de gente, pero con sonrisas y buenas maneras en vez de con violencia. A nuestro protagonista no le gusta nada la idea, y sigue con la suya, lo que le acaba poniendo en problemas con los rivales de sus nuevos jefes e incluso implican a su senpai, con lo que acaban los dos en una pelea a lo grande.
Como os decíamos, y podéis comprobar en la sinopsis, ésta es una película con un giro radical, que busca más el espectáculo que el humor, que se decanta más hacia el estilo de los j-doramas que hacia el cine de Takashi Miike, que se vuelve un poco más oscura y dramática; pero en realidad sigue conservando un poco de ese sentido del humor estúpido y esos gags tan tontos que a veces no hacen ni gracia (en una muy pequeña proporción).
Por supuesto, aquí tenemos unas coreografías algo más trabajadas, no es una película de artes marciales, pero sí que al menos se ven violentas y espectaculares, con un muy buen estilismo, unos chicos y chicas muy guapos, con unos trajes bien estilizados (todos con gakuran, pero cada uno con un estilo distinto), e incluso la dirección o la música están mucho más trabajados que las anteriores entregas, intentando conseguir que esa saga fuera considerada como algo más respetable; pero en realidad creemos que consiguiendo sólo que la juventud actual japonesa, con sus gustos y sus estilos se sienta más atraída por esta saga, cuando antes el público era algo un poco más otaku/friki.
La película aprovecha también para mostrar/denunciar algunos de los mayores problemas de la juventud en las grandes ciudades japonesas y, aunque lo hace de manera algo superficial, es de agradecer que intente ir un poco más adelante con esto, que a la mayoría del público ni le interesará, sabiendo de qué va la película y lo que van a ver, pero que seguramente les hará sentir más identificados con estos personajes que con los anteriores, que eran simples caricaturas.
A parte de todo su contenido, tenemos una imagen algo más oscura, unos actores algo mejores de lo habitual (o unas actuaciones que no se limitan a exagerarlo todo o a chillar por todo), una trama que en realidad es muy simplona, pero que parece muy profunda (sólo lo parece) y que con poca cosa nos ocupa la película entera. Como hemos dicho ya, no es una superproducción, ni una actioner por todo lo alto, sino que se trata sólo de una película juvenil un tanto millenial, algo apática y con unos personajes en general desmotivados de todo. Personalmente, nos quedamos con el principio de la saga, que al menos nos divertía y no intentaba parecerse a otras películas más serias.
En definitiva, una película que puede parecer seria y oscura, con carga dramática, pero sin dejar la acción de lado, pero que en realidad es un reclamo a la juventud japonesa con personajes parecidos a ellos y chicos bien guapos. Incluso así, se nos ha hecho bastante entretenida, no se si lo suficiente como para ver el resto.
- Lo mejor de la película:
No deja de ser una de colegiales repartiendo leches.
- Lo peor de la película:
Algunos momentos muy simplones y tontos.