Para los amantes de la ciencia ficción, empezamos nuestro miniciclo de cine asiático bizarro de ciencia ficción con una nueva entrega de Tras-o-rama titulada Star Trash y compuesta de dos exploitations de Turquía, cada uno más bizarro que el anterior, el Star Trek turco y el Star wars turco, aunque el primero sí que sea una copia del original, el segundo poco más que el título tiene que ver con su homónimo, pero ha sido divertido verlo.
El Star trek turco (Turist Ömer Uzay Yolu’nda) con un nombre en turco que representa algo muy distinto al español es casi como un largo episodio de Star Trek con el siguiente argumento: la nave estelar Enterprise se dirige a un remoto planeta para analizar a un doctor y su esposa que se encuentran allí investigando, y para conocer sus avances; pero cuando llegan al planeta, el doctor no los recibe con agrado e incluso se produce la muerte de uno de los tripulantes de la nave. Resulta que la mujer es un alienígena con la capacidad de cambiar de apariencia y que mata a los humanos para poder alimentarse de la sal de su cuerpo. Así, el doctor trae a un humano de la época presente para ofrecerlo como asesino y sin querer suben tanto al humano como a la alienígena a la nave; por eso se empiezan a producir varios accidentes en la Enterprise ocasionados por los dos, hasta que se descubre la verdad y se vuelve a bajar al planeta para hacer confesar al doctor y para capturar o matar al alienígena antes de que cause más daños.
En realidad esta película contiene homenajes (o copias) de los episodios más representativos de la serie clásica: la lucha de Kirk contra el Gorn (aunque con un monstruo de lo más cutre), la lucha a muerte entre Spock y Kirk, las amazonas, el doppelganger… y no solo escenas completas, sino que cada personaje se basa sobretodo en repetir ilimitadas veces los gestos más característicos del original a quien está copiando.
Todo eso no sería tan bizarro si se limitara a ser una copia de bajo presupuesto del original, pero es que además de los escenarios baratos, los malos actores (siempre quietos y mirando a cámara y casi sin expresión) y los monstruos increíbles (de lo patéticos que son, claro), hay algo aun más bizarro que es el humano traído del pasado, sin ninguna función concreta y sin tener mucha relevancia en el guión, pero que representa un toque de humor constante, algo así como si aquí dejáramos a Chiquito de la Calzada andar a sus anchas por el rodaje haciendo lo que le apetezca; suponemos que Sadri Alisik es un gran y conocido actor ya que ha hecho 180 películas en su país.
Así que si queréis, podéis ver aquí una película muy divertida, capitaneada por el Turist Omer (como dice el título en turco) más que por la tripulación de la Enterprise, con miles de tonterías sin sentido por minuto.
La segunda de las películas es Star Wars turco (Dünyayı Kurtaran Adam) y ya no tiene tanto que ver con la original. Esta trata sobre un imperio del mal que quiere someter a la humanidad, pero que no puede porque los humanos tienen protección gracias a su cerebro y su fuerza de voluntad; entonces, el líder malvado trae a dos humanos rebeldes a un planeta desconocido para quitarles el cerebro y averiguar su secreto. Estos dos irán por el planeta librándose de seres malignos y robots. Al final el maligno consigue capturarlos, pero acaban escapando y descubriendo un templo dónde les es revelado el secreto para acabar con él, deben conseguir una espada y un cerebro mágicos y combinarlos. El amigo le roba las armas para acabar con el maligno, pero resulta al revés y muere, dejando que el malo aumente sus poderes; al final el héroe combinará los dos artefactos para crear unos puños mágicos y luchar contra el malvado.
Si queréis saber la relación entre esta película y Star Wars, la verdad es que sólo se trata de las escenas que vemos mientras se cuenta la historia que precede a la películas, todas ellas robadas de la película original y montadas sin ningún tipo de lógica; también una escena en la cantina y el hecho del lado oscuro tratando de conquistar el planeta; el resto es puro delirio, con la historia de las religiones contada porque sí (sobretodo la musulmana), con interminables luchas contra alienígenas, monstruos, robots, ninjas, esqueletos… que se van repitiendo una y otra vez, con unos trajes y efectos de lo más psicodélico y con puro machismo y chulería al estilo turco.
El protagonista Cuneyt Arkin, además de todo un guaperas es un presunto experto en artes marciales, aunque no haga mucho más que dar saltos adelante y atrás y alguna que otra patada voladora, en teoría es el máximo atractivo de la película. Y por supuesto, tenemos al malvado ataviado con una especie de rejillas de esparto y todo su séquito formado por una tropa en la que cada uno es distinto (seguramente por no encontrar trajes iguales) y que se va reponiendo por los mismos individuos; todos con disfraces y máscaras del bazar chino de la esquina y con unos movimientos casi de paralíticos.
A parte de eso, podemos destacar la banda sonora, con canciones de Star Wars, sobretodo de Indiana Jones, alguna de Flash Gordón, etc. Todo copiado a la ligera y sin mucho sentido.
Para los que os atreváis a verla os avisamos de que es un montaje duro, bastante ilógico e incoherente, muchas veces difícil de seguir y sin ninguna gracia (ni siquiera en las patéticas luchas), pero toda una demostración de los que es el cine realmente cutre, con un nivel difícil de alcanzar.
