Tokyo: The last megalopolis, ataques demoniacos a Japón

Tokyo: The last megalopolis

La película que os queremos reseñar hoy es algo especial, se trata de Tokyo: the last megalopolis, una película japonesa que nos cuenta una increíble historia que podríamos clasificar dentro del género de terror, aunque no en su concepto más clásico. A mucha gente le sonará debido al anime Doomed megalopolis, pero debemos deciros que no se trata de un live action, sino que en esta ocasión el anime está basado en la película, y ésta a su vez en la primera parte de un conocido libro. De todos modos, aunque sea una película de los ’80 sí que la hemos considerado suficientemente extrema como para hablar de ella en este blog, y ya veréis porqué.

Tokyo: The last megalopolis
Kato, un personaje tremendo

La historia empieza en un pasado lejano, cuando un hombre poderoso intentó crear un reino independiente en Tokyo, pero fue detenido, enterrado y sepultado detrás de hechizos para que no volviera nunca. Más tarde, dos de sus discípulos que han aprendido a utilizar sus poderes taoístas tienen dos propósitos muy distintos, uno de ellos lucha por el progreso de Tokyo, mientras que el otro sólo quiere resucitar a su maestro y sacarlo de la tumba para destruir el mundo; en este contexto y con la implicación de algunas partes políticas, los dos tienen algún enfrentamiento, acabando uno de ellos muerto cuando intentaba descubrir cuando sería el final de Tokyo, y el otro consiguiendo llegar a los descendientes del poderoso señor enterrado, para actuar sobre ellos e intentar usarlos para resucitar a su señor; al final consigue dejar una semilla en la sucesora y crear algo de caos con un terremoto inmenso que destruye media ciudad, pero los japoneses siempre se recuperan de estas cosas. Al cabo de unos años, el malvado vuelve con más poder para acabar definitivamente su faena; entonces se deberá enfrentar con un grupo de gente que ya estaban preparados para su llegada.

Así contado la trama parece un poco liada, y es que quizás nos ha costado describir bien lo que pasa en pocas líneas y sin soltar spoilers, pero creedme que viendo la película nos ha parecido todavía más complejo de lo que os hemos contado, con una gran cantidad de personajes, relaciones distintas entre ellos, saltando a distintos momentos temporales muy espaciados entre sí… a nosotros nos ha costado un poco seguirla completamente y enterarnos de todo, suponemos que habiendo visto el anime (un poco más simple y sobretodo más espectacular) o habiendo leído el libro, no habríamos tenido este problema; y es que aunque la película dure más de dos horas, creemos que se queda corta para contar todo lo que quiere.

Tokyo: The last megalopolis
No faltan demonios y otras bestias

Nos hemos quedado un poco parados porque en un principio se ve muy dedicada a la magia, con personajes muy fantásticos y bastante extrema, pero durante casi todo el transcurso de la película no vemos esto mucho más, sino que tenemos una trama algo más política, de magias escondidas, con poca fantasía y dedicada a intentar hacer comprender una gran historia más que al puro espectáculo, dejando de vez en cuando algunas pequeñas muestras de fantástico como los demonietes o el ser fálico que expulsa la chica. Sin embargo, cuando llegamos a la escena final tenemos una gran explosión, y todo lo que no había conseguido la película hasta el momento lo suelta de golpe, consiguiendo un ritmo trepidante, un nivel de fantasía increíble y una tensión muy bestia. También nos ha sorprendido que, siendo una película japonesa, en esa época (años ’80) y con el carácter de esa gente, se hayan atrevido a mezclar elementos taoístas y de feng shui tan típicos de china, algunos satánicos occidentales y de progreso e incluso elementos steampunk en la escena final.

A parte de eso, al ser una película de los ’80, todos los efectos especiales son muy tradicionales, entre maquetas, efectos de luz y stop motion, lo que nos ha encantado, mucho más impactante que la mayoría de los efectos digitales de hoy en día y ayudando a la película a conseguir esa imagen oscura que busca, así como el tener algo de fantasía, pero muy controlada, sin pasarse para que pueda parecer verosímil.

También sus personajes principales nos han encantado, como no sucumbir ante los encantos de Kato, un personaje inolvidable que se copió exactamente idéntico en la versión animada, porque no había como mejorarlo; genialmente interpretado por Kyusaku Shimada (Princesss blade, Masked rider: The next) todo un especialista en papeles en principio poco importantes, pero que son muy recordados.

En definitiva, una historia mucho más que interesante, quizás no llevada al cine con toda la espectacularidad que se merece, pero si digna de ser admirada; toda una revelación en el año en el que se hizo, tanto que inspiró a que el anime fuera casi calcado a la película, no al revés como suele suceder.

  • Lo mejor de la película:

Un final apoteósico y alguna bizarrada escondida.

  • Lo peor de la película:

Quizás alguna parte de charla algo más aburrida.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *