Ya ha terminado el esperado Festival de Cinema de Sitges 2021, más esperado de lo normal, ya que es uno de los festivales de referencia de todo el país, y el mejor dedicado al cine de género, pero también por las hordas de fans que lo han convertido en una cita obligada para cualquier amante del séptimo arte. Este año ha sido algo especial debido a que la pasada edición fue algo más floja, sin visitantes de otras partes de España y sin algunas sesiones que se tuvieron que anular por pandemia a última hora; así que la mayoría de la gente la ha cogido con más ganas que nunca y todas las localidades se han agotado en poco tiempo.
Para nosotros también fue más esperada de lo habitual, aunque últimamente vemos que el cine asiático está perdiendo algo de fuerza en este festival, o que simplemente la selección no es tan acertada como otros años, nos esperaba el reencuentro con amigos, una semana de bonitas vacaciones y quizás una de las últimas ediciones a las que podremos asistir en algún tiempo.
Y empezamos bien el primer día, sin nada de cine asiático (y así seguiremos unos cuantos días), pero con mucha ilusión. La ilusión por ver la inauguración del festival, algo que no siempre nos es posible por tema “días de vacaciones”, y que este año vemos sin ninguna expectativa; es por eso que Mona Lisa and the blood moon nos parece una película bastante acertada; no se trata de una gran película, ni siquiera tiene un guión nada complejo y el elemento fantástico está allí de pura casualidad, pero estas películas que nos actualizan en la cultura pop nos encantan, así vemos cosas que nos gustan en cuanto a música, paisajes urbanos, gente cosmopolita y moderna, esa actitud que se lleva ahora… y creemos que es lo que más define a la sociedad actual.
Seguimos con una de las más esperadas y anteriormente premiadas del festival, la francesa Titane, de la que todo el mundo hablaba, pero nadie sabía mucho. Se trata de una de esas películas algo rarunas, con un guión en principio no muy complejo, pero mejorado con detalles fantásticos y surrealistas, con una imagen muy captivadora y sobre todo con una dureza inesperada, tanto de imagen, como de concepto; cada año tenemos la oportunidad de ver una película de este estilo y ésta nos ha parecido bastante buena (aunque no de las mejores), con una protagonista femenina muy fuerte y sobre todo una escena inicial increíble.
Por la tarde y sin saber muy bien porqué, nos decidimos a ver Werewolves within (básicamente por ver una de hombres lobo y apuntarnos al leit motif del festival); sin saber que era la adaptación de un videojuego de Ubisoft; la película empieza bien, algo divertida, muy entretenida, con unos personajes curiosos y una premisa muy interesante, pero en seguida la cosa nos deja de interesar, a hacerse un poco repetitiva y a agregar unas bromas que no nos hacían nada de gracia; típica comedia hecha sin mucho acierto, lo de los hombres lobo es solo una coincidencia.
Y acabamos el día con algo que sí que pensábamos que nos iba a dejar temblando de terror: la última película de los directores de A l’interieur; lo que tenía que ser cine de terror brutal francés, y con un toque de originalidad: The Deep house, una de casas encantadas, pero que sucede completamente en una casa hundida en un lago (todo en modo buceo). Lo que podía ser algo diferente, se convierte en una más, con todos los topicazos de las películas de casas encantadas y sin nada nuevo (a parte de la dificultad que debe ser filmar eso); nos llega a aburrir bastante, en general; quizás se salva la primera parte, aunque siga siendo muy convencional.
El segundo día de festival podemos, por fin, empezar con algo asiático, ni más ni menos que la nueva de Zhang Yimou, un thriller de espías chinos llamado Cliff Walkers. En realidad no tiene nada de fantástico, es una historia bastante verosímil, y bastante típica para los que están acostumbrados a ver películas de espías chinos (que tampoco son muchos), pero con un director como éste, no podemos negar que tiene una ejecución muy buena, dejando una película de una calidad excepcional; de hecho, si fuera por nosotros, el premio a la mejor fotografía se lo habría llevado ésta sin ninguna duda (que no por ser en blanco y negro una película es mejor). La verdad es que salimos satisfechos, tanto por ver una película de esta calidad, como por haber podido disfrutarla en un cine como el Auditori.
Por la tarde, sin saber tampoco que nos esperaba, vamos a ver Caveat y de nuevo (como muchas otras veces en esta edición del festival) nos encontramos con una premisa súper interesante y original, y un inicio de película muy prometedor; la verdad es que como película de terror actual todo bastante bien, con su buena ambientación, su historia pasada, sus reglas por las que se regirán los acontecimientos, sus buenos sustos, sus fantasmas… no diremos que sea una mala película, pero tampoco que nos haya sorprendido, es una película muy correcta, como siguiendo un manual del director de cine de terror, lo único es que quizás se alarga demasiado para legar a la duración que tenía que llegar y se nos acaba haciendo un poco pesada y repetitiva.
Y ya para acabar el día, ahora sí que vamos sabiendo lo que nos vamos a encontrar con Wyrmwood: Apocalypse, una segunda parte de una película de Serie B que nos encantó, no sólo por su brutalidad, sino también por saber jugar un poco con el tema zombies y no hacer lo de siempre. Pues se ve que la primera parte triunfó, porque en esta continuación se nota un buen aumento de presupuesto, y no sólo se nota en los efectos especiales, maquillajes y tal, si no que en toda la ejecución de la película (cuando el equipo es bueno, se ve), a parte, nos dan otra vuelta al guion, se afianza esa buena protagonista femenina y las escenas de acción están más subidas, tanto en ritmo, como en sangre.