Crónicas del Festival de Sitges 2012: primer día

Ya estamos un año más, ha empezado el esperado Festival de Cinema de Sitges 2012, y con él, además de las películas asiáticas más novedosas y que tantas ganas teníamos de ver, han llegado otras cosas, reencuentros con compañeros a los que solo ves una vez al año, con otros a los que vas viendo por los cines de vez en cuando, poder contemplar alguna estrella por única vez en tu vida, las largas colas y las carreras de un cine al otro, las noches sin dormir, las compras compulsivas de películas… y, todo y sacrificarnos de esta manera, nos sigue encantando poder pasar una semana en un lugar así.

 

Festival de Sitges
Preparando la inauguración

Y el primer día empezó a tope, no podía ser otra forma, porque sabes que cuando lleguen los últimos días seguro que estarás cansado para muchas cosas, así que aprovechas cuando aun tienes fuerzas; y aunque tan solo fuera el día de inauguración y faltara mucha de la gente que vendrá a partir del viernes, pudimos gozar de un día entero de películas asiáticas de distintos tipos.

 

Empezamos algo más tarde que el resto de compañeros, así pudimos dormir algo más por la mañana y aguantar hasta última hora de la noche. Igualmente, nuestra particular inauguración del festival fue por todo lo alto, con la coreana Nameless gangster, un thriller protagonizado por Choi Min-Sik (oldboy, I saw the devil), aunque no esperéis ni el suspense de Oldboy, ni la fuerza de The yellow sea, los coreanos también intentan hacer otras cosas; esta es una película sobre el ascenso y posterior caída de un funcionario que se convierte a gangster, con poca violencia y un ritmo algo lento, eso si, con un estilo muy setentero (al estilo de las películas de policías americanas de la época), una historia que se va haciendo interesante y una muy buena interpretación por parte de nuestro viejo conocido.

 

Y nos trasladamos al Retiro para ver algo completamente diferente, desde Bollywood Don 2, y aunque aun no os hayamos reseñado la primera parte, os diremos que lo único que tienen en común son los actores, mucha gente preguntaba si es posible verla sin haber visto la primera, pues si, la verdad es que no hay ningún problema, y si lo hacen lo agradecerán, mientras la otra se quedaba en una cinta de acción correcta y con el estilo inconfundible de Bollywood, esta abandona un poco ese estilo para americanizarse algo más y estalla en un espectáculo increíble, con la típica historia de un robo.

 

Festival de Sitges
Jum Bum-Shik

Seguimos sin movernos del asiento para ver que tal Horror stories, una serie de historias de terror coreano de la que nos habían asegurado que rompía con los últimos fiascos del género para volver a los clásicos, nada de eso amigos, no se si somos nosotros que no soportamos el cine de terror actual, pero esta nos sigue pareciendo más de lo mismo, incluso con alguna de las historias aburrida hasta la muerte. Eso si, con una sosa presentación por parte de Jum Bum-Shik, el director de la primera historia, que casi se limitó a saludar al público.

 

Y ya por la noche, corriendo a la maratón del Auditori porque los horarios están cuadrados milimétricamente, aunque sin mucha necesidad porque, como siempre, el Auditori va con un generoso retraso. Un maratón que respeta el leit motiv de este año: el fin del mundo; con la presentación de dos de sus directores, entre ellos Yim Pil-Sung que nos trae dos historias (otra película de historietas… creo que este año nos cansaremos de este formato) de la coreana Doomsday book, una película que ni se digna a entrelazar las historias, sino que son tres mediometrajes juntos; el primero de la típica creación de los zombies (aunque quizás no tan típica), que no está mal para abrir boca de lo que debería ser un crescendo; una segunda historia sobre un robot en un templo budista que crea su propia alma y del que se piensa que es la reencarnación del mismo Buda (muy lenta y poco interesante, a no ser que te sientas atraído por temas religiosos), y la última historia bastante más divertida y original, la que podría haber sido una película por si misma si no fuera porque su simplicidad no la deja ser más extensa.

Nos quedamos al maratón para ver una película americana: The day, sobre un mundo post apocalíptico lleno de caníbales, con una imagen y un punto de partida interesantes, pero sin un argumento que le de sentido, más adecuada para un episodio de una serie que para una película. Y Branded, una paranoia Rusa sobre el poder del marketing sobre la sociedad, eso si, con unas idas de olla que la llegan a hacer absurda y hasta cansina.

 

 

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