Crónicas del Festival de Sitges 2018: Cuarto día

Festival Sitges

Vamos avanzando en el Festival de Sitges, viendo mucho cine y pensando que esto acaba de empezar, así que nos disponemos a pasar un buen día; por las anteriores dos maratones de las últimas noches, vamos con bastante sueño ya (y eso que sólo es domingo), así que aprovechamos para levantarnos tarde y empezar a unas horas tardías.

 

Y empezamos perfectamente con la inauguración de la  sección Seven chances en el Teatro Prado, con una película que, aunque no sea asiática, teníamos muchas ganas de ver: Spirits of the air, la primera película dirigida y escrita por Alex Proyas, de quien somos fans. Un acierto total! La película es toda una obra maestra del cine fantástico, con unos personajes increíbles y tanto ambientación, como fotografía, como música excelentes, mucho más al tratarse de una producción bastante modesta.

 

Festival de Sitges
El gran Alex Proyas

Después de comernos las típicas patatas fritas en La Cantonada, un lugar ya imprescindible de Sitges, vamos a ver la película del día: Under the silver lake, una historia de conspiraciones y cultura pop muy curiosa que nos encanta desde el primer momento, con una buena dosis de surrealismo y humor para contarnos toda una aventura increíble; por desgracia, la programación en el Auditori va con media hora de retraso y nos quedamos sin ver el final para poder llegar a la siguiente sesión que teníamos prevista.

 

Por la noche, nos quedamos a una maratón que promete, con un documental sobre la CAT III de Hong Kong y una película actual como ejemplo para acompañarlo.

El documental resulta ser muy informativo y nos presenta algunas de las películas y personajes de la época que ya se han convertido en clásicos, pero no va más allá, ni intenta buscar y entrevistar a los protagonistas (excepto a unos pocos) ni le pone corazón en lo que explica, se queda como un documento informativo.

La película posterior tampoco es una gran compensación, The liquidator resulta ser un thriller muy correcto en cuanto a su realización (al contrario de lo que nos hablaban en el documental de producciones de bajo presupuesto) y sin nada que la pudiera haber convertido en Categoría III, ni por violencia, ni por sexo… o sea que no nos disgusta, pero nos quedamos con una sensación de vacío después de esta noche.

 

 

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