Como ya os habíamos comentado, este año hemos estado en el Far East Film, el festival de cine asiático en Udine, uno de los más importantes de Europa dedicado a este tipo de cine, o al menos, con mayores presupuestos y invitados más populares. La última vez que estuvimos pudimos disfrutar del festival al completo, una semana con las películas más extremas del año (y también algunas otras); este año, al no poder pasar allí toda la semana, pues nos hemos perdido algunas cosas, pero también hemos tenido suerte en algunos de los días en los que no hemos salido del Nuovo Teatro.
En esta crónica queremos hablaros generalmente de lo que vivimos en el festival, para que veáis que no son solo películas; más adelante os iremos reseñando todo el cine asiático extremo en el blog.
Queremos empezar la crónica del festival agradeciendo el buen trato por parte de la organización, con toda una legión de voluntarios que han hecho que todo fuera sin problemas, ningún retraso en las proyecciones, todo muy bien controlado, etc. y un soporte para la prensa perfecto, que nos han ayudado en todo lo que hemos necesitado al momento. No podríamos haber encontrado nada mejor.
Llegamos el primer día de festival sin ocasión de ver los primeros pases de la retrospectiva de ciencia ficción japonesa, ya que entre el avión, el bus y el tren que necesitas para llegar al pueblo, se te hace una hora algo tardía. Pero sí que llegamos al Teatro al punto para la inauguración oficial del Festival, una vez recogidas las acreditaciones, con un buen tentempié en el parque y todo el mundo abusando de las tostadas con prosciuto, las minipizzas y los sándwiches y, como no, llenándose de vino i prossecco para después ir a ver la película que abría el festival ya con un buen tono en el cuerpo.
Y todo empieza con Sabrina (la directora del festival) presentando a todos los invitados de este año, que van saludando desde sus butacas, y con un Johnnie To hablando un poco del festival ya que, además de presentar una película que producía, dirige el trailer animado del festival y se presenta como uno de los inauguradores e invitados más asiduos a este festival.
La primera película es la mayor producción que han podido conseguir del más reciente cine coreano: The tiger, una gran epopeya espectacular con el protagonismo de Chow Min-Sik, algo que hace que cualquier trabajo se convierta en un taquillaza, sea o no sea bueno. Ésta en concreto es todo un drama de compenetración entre hombre y naturaleza ambientado en la ocupación japonesa de Corea.
Y acabamos la noche con la película producida por Johnnie To, Trivisa un intento de parecerse al cine más genuino de Hong Kong, pero con algunos fallos dignos de un director principiante.
Seguimos el segundo día saltándonos algunas de las películas, ya que no todo era de nuestro interés, y también queríamos disfrutar un poco del pueblo, la comida, el buen tiempo… Como no, todo lo que no vemos, son dramas románticos.
Así, este día podemos ver algunos thrillers (unos más interesantes y otros menos) cada uno con su personalidad:
The exclusive: Beat the devil’s tattoo, un retrato con algo de humor sobre la manipulación de la información por parte de los medios y cómo el público se puede engañar sin ningún tipo de problemas ni remordimientos.
The dead end: una historia china sobre el arrepentimiento después de cometer un delito, el intentar enmendarse e integrarse en la sociedad y como la justicia triunfa siempre al final.
Fatal intuition: una película corerana muy típica, con todos y cada uno de los tópicos del thriller psicológico, pero con algo de elegancia y un añadido en forma de fantasmas.
Para acabar la noche, lo mejor del día, Maniac hero, una absurda comedia nipona de superhéroes fracasados, pervertidos, viejos cascarrabias, vagabundos… todo en una ciudad llena de corrupción y con un grupo de justicieros que intentan que todo quede limpio. Risas aseguradas para todos los públicos.