Hoy queremos retroceder bastante en el tiempo y recuperar uno de esos clásicos (de los de verdad, no clásicos de los ’80), cosa que no solemos hacer, pero tenemos una buena excusa, que es la próxima edición del Festival Nits de Cinema Oriental. Así es como nos decidimos para reseñar Godzilla (Gojira), una de esas películas japonesas que hemos visto miles de veces, pero de la que nunca habíamos escrito. Una película que cambió la forma de hacer cine en Japón, los temas de la ciencia ficción y que creó un nuevo género cinematográfico: el Kaiju eiga (o cine de monstruos japonés), todo a partir de una nueva fórmula narrativa y también de la puesta en escena de unas nuevas técnicas de efectos especiales: el tokusatsu (o la forma de crear una película fantástica con mucho látex y maquetas). Una película que no solo dio paso a una larga serie de secuelas y lanzó a la productora Toho al estrellato creando todo un icono nipón, sino que también propicio toda una nueva ola de cineastas y de fans del género en Japón.
Seguro que todos conocéis de sobras la historia, pero no podemos empezar sin al menos refrescarla un poco. En una parte del Pacífico, muy cerca de Japón, están desapareciendo unos barcos que se hunden en una base extraña de luz y vapor; después de mucho investigar, los más ancianos acaban contando una leyenda local de un monstruo llamado Gojira que habitaba esa zona hace muchos años. Pero los científicos acaban descubriendo que en realidad se trata de un dinosaurio del periodo jurásico que ha despertado de su letargo y ha adquirido algunas capacidades “especiales” después de entrar en contacto con la radiación de las bombas atómicas lanzadas contra Japón en la Guerra Mundial. El monstruo irá destrozando cada vez una mayor parte del archipiélago, llegando hasta el mismo Tokyo, y ni todo el ejército será capaz de frenarlo; pero hay un científico que ha descubierto una arma secreta que podría derrotarlo, sin embargo estará en el dilema moral de si enseñarla a la humanidad ya que mal usada podría ser muy perjudicial.
Cuando os contamos que ésta es una película histórica, no es porqué sea única en su género, ni siquiera por ser la primera en algo, ya que claramente bebe de inspiraciones muy claras, cómo el primer King Kong, algunas de las antiguas películas sobre la prehistoria e incluso de los primeros trabajos de Ray Harryhausen. Pero sin duda sí que es una precursora dentro de su país de origen, un país que hasta entonces había estado muy cerrado a toda la cultura occidental (mucho más a la americana) y que, además, se encontraba en un momento en el que necesitaba toda la ayuda y los ánimos posibles para poder resurgir.
Godzilla funcionó tan bien por dos motivos, el primero era la metáfora que representaba sobre la guerra que acababan de vivir, los peligros de la radiación, la amenaza de un ejército superior, etc… y el segundo fue la invención de una nueva manera de hacer cine que motivaría a muchos directores a crear una cultura propia japonesa.
En cuanto a la metáfora que representa, el director puso en evidencia muchas cosas que el público sabía pero de las que nadie se atrevía a hablar:
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Por supuesto, después de haber recibido dos bombas atómicas, la población estaba preocupada, no sólo por las zonas destruidas, sino también por los peligros que podía comportar la radiación emitida, y aquí el monstruo representa el mayor peligro posible, que al verlo en pantalla de cine, resulta mucho más llevable.
- Aquí se hace una gran muestra del poder militar de Japón, que hasta hacía poco había sido el más temible de toda Asia, pero también de la impotencia de este ejército ante una amenaza superior a la cual no es capaz de vencer, haciendo que el monstruo represente a los Estados Unidos.
- Durante la película se muestran los estragos del desastre causado por Godzilla, muy parecidos a los causados por la propia guerra y con los que muchos habitantes se sintieron identificados.
- También se toca mucho y sin tapujos un tema que tuvo a los ciudadanos en vela y que después se descubrió y enojó a la población, y es la manipulación de la prensa por parte del gobierno y de los grandes lobbies, que sólo permitían que los ciudadanos se enteraran de lo que ellos querían, hasta que ya era demasiado tarde.
- Finalmente, pone en evidencia los peligros de la ciencia, cuando esta es usada como arma y se puede convertir en un ataque,, pero también en una perdición, de cómo el ser humano utiliza armas para destruir otras armas o de cómo la guerra sólo crea más guerra.
Cinematográficamente, también fue un gran avance, tanto por la nueva forma de tratar la ciencia ficción, como por las nuevas técnicas de efectos especiales:
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Aquí no sólo se trataba la historia de un monstruo que invade el país, sino que ligados a la misma historia, tenemos otras historias más sentimentales y comúnmente pertenecientes a otros géneros, mostrando el lado más humano de la historia.
- No se ve el monstruo sólo como un gran enemigo, sino que se pone a la ciencia en medio del conflicto y se adopta otro punto de vista, el de una ser o situación excepcional que se debería estudiar en vez de combatir.
- Se busca un monstruo carismático que llegue a gustar al público, muy lejos del terror que debería causar, siendo quizá la primera película en la que el espectador puede llegar a sentir pena por el monstruo cuando éste muere.
- No existe ningún héroe cómo tal en toda la película, hasta que llegamos al final y éste se desvela, pero no cómo la típica figura heroica, sino cómo un científico que hace que la mente triunfe sobre el cuerpo; incluso acaba muriendo al estilo Kamikaze, como los héroes de la guerra.
- Finalmente, lejos de copiar el stop-motion usado en USA, que tenía resultados muy buenos, pero que significaba un alto coste en material y sobretodo en tiempo, Eiji Tsuburaya inventó un nuevo sistema con el que se creó un traje de látex articulado que podía ser vestido por una persona y con el que se podía grabar la película entera sin muchos problemas; añadiendo unos planos combinados con escenarios y otros usando maquetas se consiguió tan buen resultado, que muchos han copiado hasta el día de hoy en el llamado género Tokusatsu, con el que se pueden hacer grandes series de ciencia ficción o de superhéroes con unos recursos limitados y en muy poco tiempo, pero con unos resultados espectaculares.
Por todo esto se debe hacer una nueva visión de la película honestos conceptos en mente, así entenderemos lo que en realidad significa y no sólo veremos una película antigua de monstruos.