Seguimos con las novedades de Trash-o-Rama, que nos quedamos a medias con la reseña del Blu-ray especial de la Cutrecon 12 – Infinity Crap, dedicado a los superhéroes asiáticos más cutres, siempre dentro de unos límites y hablando de películas más o menos actuales, porque nosotros hemos visto algunos que les dan mil patadas a estos en nivel de cutrez… pero al igual era demasiado para llevarlo a un festival de cine. Cómo el otro día empezamos con una sesión doble de películas de colegialas japonesas y superheroínas, que nos dio suficiente como para llenar un post entero, hoy veremos el resto del Blu-ray, que tampoco tiene mucho desperdicio, pero que tendrá sobre todo una película destacada: Iron man contra los vampiros (Ghost army), una película china de plataformas bastante actual con superhéroes, vampiros y chicas monas.
La historia es que un vampiro europeo de una estirpe milenaria ha sido expulsado de su clan por saltarse las reglas y ha decidido viajar a China para establecer allí su propio clan, convirtiendo a algunos personajes para que luchen por él y usando chicos y chicas guapas para atraer al ganado. El primero que se encuentra con estos malos es un aprendiz de monje taoísta, que se gana la vida solucionando casos de posesiones, fantasmas, etc. pero se encuentra con un espíritu con el que no puede combatir porque viene de Europa y la magia taoísta sólo es eficaz contra los espíritus chinos; es entonces cuando conoce a un grupo de cazavampiros con unas pintas muy molonas y un buen arsenal, que precisamente andan detrás de estos vampiros europeos. Cuando los encuentren, deberán unir fuerzas para luchar contra el pequeño ejército de vampiros (en realidad sólo 3 o 4) y su líder super poderoso, para los que les ayudará el mismísimo Iron Man (bueno, su versión china).
Para los que vayan a ver la película, quizás en un principio se puedan sentir un poco engañados, por eso avisamos ya de primeras: no es una película de superhéroes, ni siquiera la aparición de Iron Man tiene la menor relevancia en el resto de la película (de hecho sólo aparece un momento al final para derrotar al vampiro de un solo ataque, eso es todo); tampoco esperéis una película de vampiros chinos (con la gracia que hacen todas ellas) o el típico remake/versión de Mr. Vampire (de las que hay cientos), aquí los vampiros son europeos, no dan saltos ni tiene la cara blanca, es más bien una película con un estilo que intenta parecerse al de Underworld; tampoco le busquéis mucho sentido al argumento, si no lo sabéis, pensaréis que el monje taoísta no pinta nada en toda esa historia, pero en realidad es el protagonista, ya que la película es la segunda parte de Dao shi chu san, en al que el mismo personaje aprendía magia, se enfrentaba a algunos demonios y al final sí, a un gran vampiro chino, así que esto es como otra de sus aventuras, y los secundarios serían los que aquí se ven más molones y deberían llevar todo el peso de la película.
Una vez comentado esto, pues no nos queda mucho más que decir, salvo que es una película de plataformas, con todas sus limitaciones, sus efectos especiales cutres, sus actores malísimos, su sentido del humor infantil y con poca gracia, su falta de un guion con sentido, etc. con alguna escenita de acción algo cutre y, eso sí, con un estilismo bastante trabajado y unas actrices de muy buen ver, poco más.
Pero al final, aunque sea absolutamente prescindible y se pueda emplear mejor el tiempo en cualquier otra cosa, no hace daño de ver, te ríes un poco de su cutrez y pasas un rato con ella, que tampoco es muy larga.
Además de estas películas que hemos reseñado, el Blu-ray especial de la Cutrecon se complementa con la película mexicana Mágico: el enviado de los dioses, ésta sí, película de lo más cutre que hemos visto nunca.
Y también tenemos como extras un montón de tokustasu a la carta, entre ello algunos episodios aleatorios de series desconocidas (como los Google rangers) con unos subtítulos que son pura diversión y una buena maratón de los momentos más delirantes del tokusatsu japonés (como el Hitler estrella de mar) para partirse de risa.