Hemos visto la última entrega de nuestra colección favorita de cine cutre asiático Trash-o-Rama y la verdad es que nos ha parecido una de las peores películas que hemos visto en nuestra vida. La obra en cuestión es Supermario vs Son Goku un despropósito hecho en Filipinas que intenta mezclar todo lo que se le va ocurriendo al director sin ningún tipo de sentido, sólo para ir metiendo cosas al tun tun; por eso se llegó a convertir en uno de los platos principales de la Cutrecon VII. Es tan bizarra, ilógica y escandalosa que no nos atrevemos ni a hacer una reseña como las que solemos redactaros, así que hemos pensado que será mejor que hagamos un comentario de la película escena por escena y así veréis de todo lo que es capaz la mente humana.

 

Empezando por la música infantil y el estilo de película al estilo de series mexicanas como el Chapulin colorado o el Chavo del 8, ya nos damos cuenta de que nos encontramos delante de algo que ni siquiera tiene gracia de lo  mala que es, si no vas puesto con algún tipo de sustancias. Además, a todo lo ridículo que os vamos contando, podéis añadir chistes de pedos, caídas, enanos y tontos cada 2 o 3 minutos para acrecentar ese humor tan infantil que no hace gracia ni a los niños.

 

Después de un intento de imitación de la escena principal de Cantando bajo la lluvia con un tipo que no sabe lo que hace, éste mismo se encuentra con Mario, nuestro protagonista principal, que es el dueño de un cybercafé en el que los ordenadores sólo muestran salvapantallas monocromo hagas lo que hagas en ellos. Los diálogos son la caspa, ni siquiera se les entiende hablar, pero las traducciones tienen algo de gracia, seguramente mejoradas por el equipo de Tras-o-Rama y Cutrecon.

 

Pues nuestro protagonista sueña que está con una princesa a la que raptan y sólo por eso ya va a buscarla en un portal dimensional que precisamente se encuentra en su propia tienda y que, además de transportarlo, lo convierte en un Super Mario de bazar chino. Allí encuentra a su princesa secuestrada por dos enanos con conchas en la espalda y la cabeza (suponemos que simulan los Koopa Troopa, pero es todo tan ridículo…) y un Krilin que quiere ayudarlo ¿de dónde sale y que tiene que ver con la película? Ni idea, pero no será el último que aparezca por la cara.

 

Después de alguna aparición espontánea más sin mucho sentido y de liberar a la princesa sin saber exactamente cómo, vuelven todos juntos a nuestra dimensión, seguidos por un enano que hará que se cuele también el Ogro de tres cabezas (uno de los platos fuertes de la película y la mayor inversión de todo el montaje, alternando entre tres tíos a los que solo se les ve las cabezas juntas y, cuando está lejos, un tío con dos cabezas de trola pegadas a los lados, todo muy realista).

 

Pero pasamos del ogro que ya vendrá más tarde (ya van dos apariciones sin hacer nada, el pobre) y nos centramos en como los enanos despiertan a Drácula y a un ejército de zombies formados por tipos recogidos en la calle y con la cara pintada de blanco, aullando un poco mientras levantan los brazos. Antes del ataque zombi, metemos un par de escenas aleatorias para rellenar hueco (una con tipos gordos discutiendo y otra con niños buscando basura para pagarse el botellón), todo para que haya más víctimas y la princesa se pueda transformar en karateka y luchar contra los no muertos; pero la lucha no se ve, el director prefiere meter a los zombies, los enanos y a Drácula en un bar y usar una escena musical (con la música de Pretty woman) para alegrar al público en vez de darle un poco de acción.

 

Y justo después llegamos al clímax de la película: la escena del ogro de tres cabezas, que es gigante porque lo enfocan desde abajo (además del cutre viento y cutre fuego que escupe por la boca) y cuando tiene que compartir pantalla, a Mario lo ponen bien lejos para que se vea pequeño, así que cuando Mario tiene que luchar con él, se come una seta y se hace grande acercándose al monstruo y siendo igual que él.

 

Después de vencer al ogro, a Drácula y a una bruja que pasaba por ahí, de alguna extraña manera o de otra dimensión, llegan dos Sayajins con armaduras de papel de plata, para completar el elenco de Súper villanos, y como Mario no puede con ellos, se convierte en Goku para combatirlos en una pelea de empujones y manotazos.

 

Después de la reaparición del ogro y más zombies, Mario acaba exhausto y entre todos se vuelven a llevar secuestrada a la princesa a la otra dimensión, pero Mario ya pasa de todo y no va a buscarla, en vez de eso encuentra a otra chica igual que ella en nuestra dimensión que le traerá menos problemas.

 

Y eso, amigos míos, no es la mayor barbaridad del DVD, sólo tenéis que intentar poneros los extras tan exclusivos que contiene; allí sí que creemos que habrá muchos de vosotros que no aguantarán y acabarán lanzando el DVD por el lavabo.

 

Pues eso, para el que tenga ganas de presenciar la máxima cutrez y el mayor desfile de disfraces del chino en la misma película, que no dude en verla, pero que conste que os hemos avisado.