Hoy seguimos con las sesiones dobles del cine japonés más cutre, porque la última vez nos quedamos a medias de uno de los últimos volúmenes de Trash-o-rama, la colección definitiva de cine trash asiático. Retomamos las reseñas de Tokyo zombies con otra sesión doble, aunque a ésta ya no la llamamos Grindhouse, ni nos ha hecho reír y disfrutar tanto como la anterior. Hoy tenemos Z. Endless hope y Zombie bride, dos películas bastante modernas y un poco alejadas de nuestro concepto de Serie B y de diversión con el cine cutre.
En Z. Endless hope no sabemos cómo, pero nos encontramos en un mundo en el que algunos humanos se han convertido en zombies; poco a poco van acechando a la población y cada vez son más y más peligrosos. En este contexto, un par de colegialas japonesas se encuentran con el peligro y huyen cómo pueden hasta dar con un hospital en el que hay un grupo de humanos refugiados en la séptima planta, que mantienen cerrada para que no entre ningún infectado. Allí se encuentran con un grupo muy dispar de gente con distintas visiones de la vida: una ama de casa cachonda, un salaryman, un aspirante a yakuza, un par de adolescentes salidos, una colegiala de instituto público, chunga y armada con una lanza, incluso con el exnovio de una de ellas; pero no estarán del todo a salvo, ya que, de alguna manera, algunos de ellos se irán convirtiendo en zombies y la gente empezará a morir. Al final, como un hao de esperanza, descubrirán la causa de la infección Z y podrán huir del hospital.
A decir verdad, no sólo cutre, sino que esta película nos ha parecido bastante aburrida también, supongo que sobre todo por los pésimos actores que la interpretan, que en vez de ser exagerados y sobreactuados como suelen ser los japoneses, aquí se ven completamente apáticos. A parte de eso, la película parece más un reality show que una película en sí, incluso sucede que muchos de sus protagonistas, por alguna extraña razón o moda que no entendemos, tienen cámaras de filmar y van grabando al estilo found footage. Con una historia casi inexistente, unos zombies con la cara pintada y nada más, sólo se salva de la película la colegiala armada con la lanza decapitando zombies (aunque en las escenas ni se vea la acción, ni las decapitaciones, todo queda fuera de plano) que es un personaje muy molón; y alguna escena muy tonta con los adolescentes salidos que nos ha hecho algo de gracia.
Em definitiva, una película pésima, casi nite puedes reír de lo cutre que es, lo único que hemos podio hacer con ella ha sido arrepentirnos de haberla visto, no tenemos claro cuál será su público objetivo, quizás adolescentes apáticos que quieren ver a su generación en pantalla.
Zombie bride también nos sitúa en un mundo poblado por zombies, pero en el que los zombies no son tan peligrosos, sino marginados de la sociedad. Aquí, una chica amante de un hombre de negocios casado, intenta amenazarle para que deje a su mujer y éste acaba asesinándola, con la mala suerte de que ella en vez de morir, se convierte en zombie. Al principio no sabe qué hacer, se va de casa y vaga por las calles, pero acaba descubriendo un mundo nuevo, en el que los zombies, aunque marginados, sobreviven entre la sociedad, incluso consigue un trabajo en un bar zombie dónde se sirve carne humana. Después de un tiempo y asimilar su situación, acaba siendo bastante feliz con su nueva vida, incluso es capaz de vengarse de su ex amante.
Ésta tampoco es una película de zombies al uso, sino que se trata más bien de un drama muy japonés, el típico telefilm de sobremesa (que en España vemos de orígenes alemanes o austriacos) con una decepción amorosa, un periodo de crisis, una recuperación gracias a alguien y un final feliz; sólo que con zombies de por medio, lo que la hace bastante original. Es una propuesta si más no curiosa, pero seguro que no gustará a los fans del cine de terror o de zombies, ni tampoco a las marujas que ven dramas románticos, sólo apta para frikis que buscan cosas distintas (sea lo que sea).
Lo más sorprendente es el alto nivel sexual de la película (y esta será una de las pocas ocasiones en las que veréis zombies teniendo sexo) y la buenísima metáfora que representa sobre el papel y el trato a la que suponemos que es la gran mayoría de las mujeres japonesas (sobre todo las que no están casadas).
En definitiva, una chica mona haciendo de zombie guapa, bastante sexo y algo de sangre, mucho style of life japonés moderno y una historia bastante original, pero mala y aburrida hasta la saciedad; perfecta para fans del cine costumbrista.