Un año más y otro Festival de Sitges superado y, como no, este festival no sería lo mismo si no tuviéramos al menos un estreno de una de las películas del año de Takashi Miike, uno de los grandes del cine japonés extremo. Este año la elegida ha sido una secuela: The great Yokai war: Guardians, segunda parte que viene con un poco de retraso ya que hace 15 años de la primera, pero que fue una película que, aún siendo bastante infantil, nos encantó. Siguiendo un poco el mismo estilo e historia de la primera parte, pensábamos que esta secuela no nos aportaría mucho e incluso nos podría llegar a aburrir, pero no ha sido así, es más, ha sido lo suficientemente original como para que la volviéramos a disfrutar como niños. Aunque la historia sea un poco continuación de la primera parte, no es necesario para nada haberla visto para disfrutar de esta secuela.
La historia sucede unos años más tarde después de terminar la primera película, hay otro niño que resulta ser el elegido como el descendiente del cazador de demonios y el único que puede ver a los Yokais, que esta vez están por el mundo real porque quieren parar a un malvado que ha resucitado a un gran monstruo con la intención de destruir primero Tokyo y después el resto del mundo humano. Los Yokais deberán contactar con el niño y convencerlo de que los ayude, algo difícil porque el niño es bastante cobarde, así que acabarán descubriendo que el real sucesor es su hermano pequeño, un gran admirador del mundo de fantasía. Pero también hay unos Onis malvados que se están infiltrando en el mundo de los humanos para crear el caos en política, etc. Mientras se reúnen Yokais de todos los mundos para decidir qué hacer, los más valientes junto al elegido, elegirán bien sus armas para enfrentarse al villano de forma definitiva.
Para que os hagáis a la idea de lo que vais a encontrar (si no habéis visto la primera parte; si la habéis visto, pues ya sabéis más o menos lo que hay), ya sabéis que Takashi Miike es bastante prolífico y nos puede sorprender con cualquier tipo de película; en este caso se trata de una de sus películas más infantiles, aunque totalmente disfrutable por parte del público adulto. En realidad, es una película de humor con mucha fantasía y algo de acción, en un formato para todos los públicos; aquí no encontraréis ninguna bizarrada de esas tan típicas del director, aunque sí que, si no estáis muy metidos en la mitología japonesa, os sorprenderán bastante la gran cantidad de Yokais que puede haber, las diferencias entre ellos y algunos un poco descontrolados. Para los que estéis acostumbrados o hayáis leído algo del mundo de los Yokais japoneses, pues aquí podréis encontrar una buena muestra de todo ese mundo en un formato desenfadado y curioso.
Si la primera parte ya nos enamoró, esta va un poco más allá, con una historia similar, pero no igual, también algo sencillo y corriente, la típica historia del bien contra el mal y del mundo de fantasía de los niños que se pierde con el paso a la vida adulta. No obstante, lo mejor de todo es que no cae en las mismas bromas ni se repite en ningún momento, es como si el director y el guionista se hubieran olvidado de lo que hicieron en la primera película y empezarán de cero con la misma intención, pero con más años de experiencia; por supuesto que hay algunos guiños a la primera parte y los Yokais principales se repiten, porque son verdaderamente importantes en la cultura japonesa y porque triunfaron mucho en su momento.
Toda la parte visual está no solo muy bien pensada, sino también muy bien ejecutada, con una producción por todo lo alto y una gran imaginación y cuidado por la fotografía, vestuarios, decorados, monstruos en CGI, monstruos de maquillaje, etc. es quizás la parte más sorprendente de la película, quizás más de lo que lo fue la primera parte, pero también gracias a la evolución general en estos últimos años.
Y la parte de acción, no es la acción brutal o muy gamberra a las que nos tiene acostumbrados Takashi Miike sino que, como ya hemos dicho, es una película familiar; sin embargo la película está plagada de buenas escenas de acción, de personajes carismáticos y con mucho juego, y de alguna escena a lo grande, abarcando todo lo que se ha podido.
En definitiva, una gran película de humor para toda la familia, eso sí, con el toque de Miike, algo similar a la primera parte, pero mejorado, tanto en el aspecto técnico, como en la narración y toda la acción en general. Aunque hayáis visto la primera parte y penséis que no os puede aportar mucho más, estamos seguros de que en algunos momentos os sorprenderá si os gusta este rollo.
- Lo mejor de la película:
Haberla visto en una última sesión de festival, en pantalla grande y con un público bastante entregado.
- Lo peor de la película:
Poca cosa, quizás algún CGI que podría ser bastante mejor con la tecnología actual.