Hoy os traemos otro de los primeros y máximos exponentes de la CATIII de Hong Kong, une película considerada prohibida por el nivel de violencia que conlleva: The eight inmortals restaurant: The untold story. Un thriller de horror de Hong Kong más basado en las aberraciones que puede llegar a hacer un criminal que en su detención, con una historia basada en parte por unos sucesos reales. Una de esas películas que descubrían las posibilidades del género en esa época e intentaba ir más allá de lo que se había llegado hasta el momento, considerando las aberraciones más depravadas.

La historia trata sobre un inmigrante de Hong Kong a Macau que, trabajando a Mahjong con su jefe y ganándolo gracias a hacer trampas, no recibe el dinero que ha ganado y decide matar a su jefe y quedarse con su restaurante; hasta aquí más o menos normal, pero más tarde va matando también a todos los ayudantes que tiene y aprovechando su carne para las empanadas que sirve en el restaurante. Por un descuido suyo, la policía va investigando el caso hasta que dan con él, pero no tienen ninguna prueba de consistencia. Acaban encerrándolo y aplicándole las más severas torturas para que confiese que él fue el que asesinó a toda esa gente.

Puede parecer un thriller normal, tampoco es tanto lo que cuenta la historia, pero el hecho de ponerlo en CATIII es por la manera en cómo lo cuenta, con escenas muy explícitas y llenas de sangre y vísceras tanto en los asesinatos, como en la preparación de la carne, como incluso en la tortura del preso. Así, como hemos dicho, el director ha intentado adentrarse en la oscura mente de un asesino psicópata en serie y pensar que es lo peor que éste podría hacer, incluso aunque no sea normal enseñarlo en una pantalla; y así, más que una película convencional de terror, tenemos algo sobretodo muy desagradable a la vista.

En contrapartida, lo que de la más valor a la historia que cuenta no es el nivel de gore (todo el mundo puede hacer algo desagradable), sino las historia que hay detrás de la historia principal, con todo lo que ha vivido y a dónde le lleva al criminal, pasando por intentar contar lo que siente cada vez que mata; y sobretodo con las distintas personalidades y historias que hay entre el equipo de policía que sigue el caso, precisamente aquí es dónde puede darle un toque de humor a la película sin llegar a ser humor negro ni mezclarlo con la actividad criminal y hacer una película bastante completa, con momentos para todo.

A parte de eso, que podemos esperar? Pues una película con una imagen y forma de rodar muy típicas de los ’80, con un presupuesto bastante bajo y un no intentar hacer más de lo que se puede con él, sino hacer un nivel de película acorde a lo que hay. Y con un toque de calidad aportado por su protagonista Anthony Wong (Ebola síndrome, The four), que lo hace perfecto en este papel, metiéndose en el personaje y pareciendo un auténtico enfermo, en una época en la que rodaba muchas películas cada año y empezaba a ser una cara conocida en Hong Kong, pero antes de ser una estrella y aparecer en los taquillazos. Y un director como Herman Yau, que sabía bien cómo escandalizar al público y que trabajaba muy bien con Anthony Wong, con quien más tarde harían también la famosa Ebola síndrome, que viene a ser un nivel aún más radical de lo que es Untold story.

En definitiva, como CATIII, aquí tenemos la que pudo ser la película más radical, violenta y desagradable de su época, un poco superada ahora por muchos directores extremos, pero inconcebible para los ’80. Las películas de terror pueden parecer más extremas ahora que entonces, pero todas las películas de asesinos psicópatas se quedan atrás sabiendo que ésta las precedía.

• Lo mejor de la película:

La mezcla de humor y violencia máxima en la misma película.

• Lo peor de la película:

Habrá muchos que lo considerarán demasiado.

https://www.youtube.com/watch?v=mqs5IeyID-s