Hoy os queremos comentar la última obra de nuestro amado Sion Sono, que tantas alegrías nos ha dado (y algún que otro disgusto también); The forest of love es en realidad una serie que ha creado para Netflix, pero que nosotros vimos en formato de película larga en el Festival de Cinema de Sitges, no sabemos si completa o recortando algunas partes para hacerlo un poco más ameno; lo que está claro es que, no sabemos si por la duración, por el horario de emisión o por su calidad, pero se nos hizo mucho más soportable verlo todo seguido que lo que nos pasó por ejemplo con Tokyo Vampire Hotel. Además nos ha sorprendido que fuera una película basada en hechos reales (suponemos que el concepto, no toda la historia, ya que seria demasiado).
La historia esta vez no es nada simple, sino que va avanzando y se va convirtiendo a medida que pasa el tiempo, de manera que no tiene nada que ver lo que vemos en su inicio con cómo evoluciona y menos como termina. Todo empieza con un recién llegado a Tokyo, que se junta con unos artistas ambulantes y deciden que podrían rodar una película, también con la excusa de hacer que el recién llegado tenga sexo por primera vez (ya que es un poco panoli). Los tres van a parar a una chica algo promiscua, que lo es por unos traumas de su juventud (en el instituto), y por ella también se acaban relacionando con un ligón profesional, que va de mujer en mujer aprovechándose de todas y sacando todo lo que puede. Al final, la relación entre todos ellos acaba convirtiéndose en algo enfermizo y deciden hacer la película que tenían pensada entre todos, pasando por ello por unas experiencias muy exageradas e implicando a mucha gente inocente que acaba bastante mal. No os queremos desvelar mucho más, pero sí que os diremos que esto es sólo la base más superficial de la película, todo llega a unos límites bastante bestias.
Cuando os decíamos que es una película que evoluciona mucho, no lo hacemos porque sí, sino porque hemos empezado viendo una película bastante simple y simpática, muy de colegialas, de motivados amantes del cine, de gente con ganas de hacer cosas nuevas… todo muy optimista! Pero a medida que va avanzando, la cosa se va complicando mucho más de lo que pensáis o de lo que os hayamos podido contar en el resumen, convirtiéndose en una historia de psicópatas y de cómo se puede influir en la gente para que hagan lo que uno quiere; al final llega a ser algo bastante cruel y duro. Y como no, para redondear el asunto, tenemos un final inesperado y que nos ha dejado con la boca abierta, con el que lo poco que nos haya podido quedar un poco cojo de la película se ha arreglado completamente.
Creemos que esta es una película conclusiva de Sion Sono, si no de su carrera, seguro que de su etapa más importante, con una producción de Netflix con la que se aseguraba que todo el mundo pudiera disfrutarla y con una imposición nula, se nota que aquí el director ha tenido completa libertad en hacer lo que realmente le pasaba por la cabeza; también hemos podido ver que la mayoría de escenas o de conceptos trabajados en la película hacen referencia, copian o se inspiran en otras películas del director, pudiendo encontrar similitudes muy grandes con Suicide club, Love exposure, Coldfish, Why don’t you play in hell? Y seguro que algunas más; con lo que todo el que la vea, si ya era fan del director, podrá apreciar que éste intenta cerrar algo en su interior, y los que no lo conocieran anteriormente, sin duda podrán ver perfectamente su estilo y sus temáticas para engancharse a él, aunque esto será difícil porque no es un director ni una película nada fácil de digerir, no sólo por su violencia inherente, sino también por su narración y la complicación en tratar de entender las motivaciones de sus personajes.
Lo que está claro es que, aparte del argumento o de las posibles complicaciones morales, y olvidando una estructura no caótica, pero sí que nos lleva de un sitio a otro de golpe y sin avisar, pudiendo desorientar un poco; la película tiene una planificación y una realización excelentes, cuando en sus dos horas y media y con muchos momentos en que no pasa nada nuevo, sino que seguimos con las mismas paranoias de todo el rato y sin avanzar (con un ritmo muy desigual), pero de todos modos se nos ha hecho muy interesante todo el rato, con ganas de pasar a la siguiente fase para ver qué pasaba con la historia.
Por supuesto, tenemos dos grande nombres que han hecho que la película sea todo lo grande que ha llegado a ser; por un lado Sion Sono (Why don’t you play in hell?, Love exposure) dirigiendo de nuevo de una manera excelente, y por el otro la actuación de Kippei Shiina (Outrage, Assassination classroom) con lo que seguro que habrá sido el papel de su vida.
En definitiva, otra lección de cine de Sion Sono que puede gustar más o menos (sobretodo dependiendo del estado anímico en el que nos encontremos), pero que seguro que hará las delicias de los fans del director y que podrá ser un gran descubrimiento para los que no lo conocieran todavía. De todos modos, no dejamos de estar en una paranoia dentro de la retorcida mente de un loco japonés.
- Lo mejor de la película:
Las constantes referencias a trabajos anteriores.
- Lo peor de la película:
A algunos les parecerá demasiado larga, pero la mayoría lo verán como serie.