Una gran noticias para todos nosotros: Takashi Miike ha vuelto al cine más gamberro y desenfrenado! Al menos por una película, Yakuza apocalypse, la última de sus locuras que mezcla a partes iguales acción y humor (sin nada más en toda la cinta), en un argumento que junta las típicas películas de yakuzas, con las de vampiros o zombies (da lo mismo) o con los grandes kaijus y en la que este director japonés tan extremo deja por un momento las últimas obras de arte o cine más comercial que estaba haciendo últimamente, para volver a sus orígenes y al estilo de alguna películas como Full metal yakuza, Gozu, Dead or alive o incluso con algo de La felicidad de los Katakuri.

No nos podemos extender mucho contando la historia que sucede en la película, ya que en su mayoría no tiene mucha lógica y se salta la parte de la trama para ofrecer un gran espectáculo de acción. Todo empieza con un yakuza muy querido por el pueblo y muy odiado por sus enemigos, que cuida de todo el mundo, por insignificante que sea, pero que elimina sin piedad a quien se le enfrente. Este jefe yakuza tiene un secreto, en realidad es un vampiro, y el día en el que muere, le pasa su condición a su discípulo más fiel y querido. Éste busca la venganza de los que traicionaron a su maestro por encima de todo, pero no lleva muy bien lo de ser un no muerto, por lo que acaba infectando a todo el pueblo y convirtiéndolo en su ejército particular de vampiros, mientras que, por otro lado, se está formando otra alianza entre tipos muy duros y muy raros que intentarán acabar con ellos. El yakuza deberá vengarse de sus antiguos compañeros primero y después, acabar con la nueva amenaza de seres con poderes.

A decir verdad, la película empieza bastante normal, bien ejecutada y siguiendo una historia (al estilo Miike, claro está), con una trama de yakuzas diferente de lo visto hasta ahora, radical y un poco pasada de rosca, pero siguiendo un guión y haciendo las cosas con cierta lógica; no nos cuesta nada entender la parte del vampiro, y hasta podemos dejar pasar el tema de los esclavos que se convertirán en comida encerrados y haciendo ganchillo; pero todo se empieza a torcer con la aparición del asesino victoriano y su compinche indonesio vestido de friki (Yayan Ruhian de The raid); pero incluso aquí tiene un pase y nos lo seguimos creyendo todo sin pensar demasiado hasta la muerte del jefe y el traspase de poderes. Pero en cuanto aparece el Kappa vagabundo anunciando la venida de un ser superior ya se nos va la olla completamente, viendo que ya no podemos esperar nada más de la película y que a partir de aquí será tan solo un gran espectáculo de acción y humor a raudales, olvidándose de la trama por completo; es más, en cuanto vemos al hombre rana, la película se convierte primero en una de kungfu y más tarde en todo un kaiju (con sus maquetas a lo cutre y todo), lo único que podemos hacer ya es dejarnos llevar y reír como locos.

Parece como si se hubiera empezado haciendo una película, pero a la mitad del metraje, se hubiera abandonado esa idea y se hubiera aprovechado la trama sólo para meter escenas a lo grande (en todos los sentidos) de las que más le gustan al director, improvisando y usando todos los medios y personajes que le salían de la mente en ese momento.

Muchos dirán que es una película ilógica, sin sentido y sin ninguna razón de ser, que Miike ha querido hacer algo extremo porque sí, sólo para recuperar a su antiguo público; pues desde aquí decimos que quizás tienen razón, y que sin duda lo ha conseguido. Con sus escenas de lucha entre distintos personajes típicos (el yakuza chuleta, el furry, el pequeñín que pega como nadie, la yakuza super dura, incluso un niño con un hacha…), sus escenarios inconfundibles japoneses (esos callejones, los bares de sushi, las sedes de la yakuza y nuestro favorito: el cine de barrio con posters de películas yakuza clásicas) y todas las bizarradas varias que va metiendo en medio de las escenas; ésta vuelve a ser, quizás no la película más extrema del año, pero sí la más bizarra.

Como sabréis ya todos, Takashi Miike empezó muy fuerte con el cine de yakuzas, primero algo más convencional y poco a poco dándole un sello propio y transformándolo en películas muy extremas con trasfondo yakuza; después fue derivando a otros géneros, pero la yakuza siempre ha estado a su lado (incluso en películas recientes como Crows o The mole song); pues creemos que aquí se ha querido reencontrar con su orígenes más salvajes, aunque como hemos dicho, la primera parte de la película va siguiendo un guión muy típico y despierta un gran interés a todo el que la ve, aunque muchos después no sean capaces de resistir este desenfreno.

En definitiva, una película sin ningún tipo de lógica ni sentido; aunque tenga un trasfondo de yakuza, es tan sólo la excusa perfecta para dar rienda suelta a una imaginación reprimida desde hace un tiempo. No apta para todos los públicos.

• Lo mejor de la película:

El desfile de personajes extravagantes.

Nos ha gustado mucho el protagonista.

• Lo peor de la película:

Ese final que queda abierto, pero que tenemos claro que no tendrá continuación, lo más WTF de la película.

https://www.youtube.com/watch?v=ZRgmTg6nbA0