Hoy necesitábamos un poco de caña, después de ver ese drama intenso que ha sido Godzilla Minus One, queríamos ver algo de tokustasu auténtico y hemos recuperado una película que nos parece, como mínimo, la caña. Se trata de Godzilla: Final wars, la última película de la saga Millenium y la que iba a ser el cierre de la franquicia en Japón para su 50 aniversario, hasta que volvió 12 años más tarde, con Shin Godzilla y unos planteamientos completamente distintos. No diremos que sea una buena película, porque no lo es, pero sí que es una gran representación de lo que tendría que ser el tokusatsu en la actualidad, puro entretenimiento y un colofón para la serie con una película que nos deja ver a casi todos los kaijus de la franquicia. Así que quizás esta sea la película más opuesta que encontraréis a Godzilla Minus One.
La historia nos sitúa en un futuro no muy lejano, cuando los kaijus que han estado arrasando la Tierra y los problemas medioambientales provocados por los humanos han creado un mundo bastante post apocalíptico en el que no sólo hay kaijus paseando por el Mundo, sino que algunos humanos han evolucionado a mutantes con una fuerza y unas habilidades superiores. En este contexto y después de un gran esfuerzo para encerrar a Godzilla (el rey de los kaijus) y que no vuelva a salir más, la Tierra se encuentra con una visita extraterrestre, son los Xilians, una raza muy parecida a la nuestra que dicen que vienen a ayudar al planeta; pero nada más lejos de la realidad, en verdad son una especie de criaturas con trajes de humanos que han venido a invadirnos. Estos Xilians poseen la Base-M, un compuesto en sus cuerpos que comparten con los kaijus y con los mutantes, y con eso pueden controlarlos a ambos, lo que utilizan para empezar unos ataques al planeta y poder amenazar con la destrucción total; pero hay un kaiju diferente, Godzilla no posee este compuesto, con lo que los humanos aprovechan para despertarlo y que luche, junto con Mothra, contra el resto de kaijus, incluidos un nuevo Monster X (que es algo más de lo que parece a simple vista) y a un Gigan evolucionado tecnológicamente; mientras que los humanos junto con uno de los mutante son afectado por el control de los Xilians, luchan contra estos en su nave nodriza.
¿A que parece que tenga una gran trama futurista, llena de giros y muy trabajada? Pues nada, aunque aquí os lo hemos contado todo, la mayoría de la trama se explica en los 5 primeros minutos de la película, y las partes de historia son muy cortas, por lo que se tiene que explicar todo con prisas. Aquí lo que prima es la pura acción y no solo de kaijus de latex destruyendo maquetas, sino de kaijus luchando entre ellos a lo bestia y de humanos luchando con artes marciales, lasers, katanas, naves espaciales, etc.
Además de ser un auténtico kaiju con todo el latex y maquetas que sea necesario, la película bebe bastante del éxito de Matrix unos años antes (aunque con un presupuesto muchísimo más limitado), con muchísima acción llena de efectos especiales y cables, unas estéticas muy a lo Matrix (sobre todo de los Xilians) y un intento de trama sobre cosas desconocidas por los humanos. Y aquí además con unas cromas imposibles, unos lasers a lo cutre y sobre todo unos personajes exagerados al máximo (tanto en definición como en actuaciones), llevándose la palma el líder de los Xilians (un gótico ultra emocional) y el Capitán americano (un total badass, el tío más duro y chulo del mundo).
Incluso en la parte de las luchas de kaijus se desmarca de otras películas de la saga ya que, al haber tantos monstruos con los que luchar, las luchas son más bien cortas y directas al grano, incluso la invasión de las ciudades la vemos en pocos segundos; tan sólo se recrean bien en la lucha final de Godzilla contra su enemigo más temible.
Además de todo esto, tendremos unas referencias muy importantes a toda la saga, primeramente, recuperando kaijus de todos los años, incluso a Zilla (el Godzilla americano) que, para burla, es el único kaiju digital hecho con unos efectos cutrísimos; pero también recuperamos a la raza de los Xilians (de Invasion of the astromonster) e incluso el Gotengo o Atragon como nave principal de los humanos. Recuperamos algo del humor e infantilismo con el regreso del hijo de Godzilla. Y, por supuesto, la banda sonora y el rugido originales (aunque el resto de la música sea mucho más rockera, con temas de SUM41).
El director de esta excentricidad es nada más y nada menos que Ryuhei Kitamura (Versus, Aragami), en su única película tokusatsu, pero su enésima película de acción, y se nota mucho su estilo obre todo en las escenas de acción de los humanos (incluso hay un pequeño cameo de Tak Sakaguchi y de algún otro clásico del tokusatsu).
En definitiva, Godzilla final wars no es una gran película a nivel artístico, pero sí cumple de sobras con los objetivos del cine tokustasu, que son básicamente de entretenimiento y acción a lo bestia; la última película de una era y quizás los últimos kaijus de latex de la saga Godzilla. Un gran homenaje a la saga recordando mil cosas no solo de Godzilla, sino de toda la ciencia ficción japonesa clásica.
- Lo mejor de la película:
Acción sin descanso y no sólo de kaijus.
- Lo peor de la película:
Pues es cutre y algo bizarra, pero eso nos encanta.