Seguimos en el Festival Nits de Cinema Oriental, y ayer tuvimos una segunda jornada llena de cine, algunas películas nos impresionaron y otras peores, eso no se puede evitar, pero en general un día bastante completo.

 

Empezando, esta vez sí, con la sesión infantil y un cine Vigatà lleno de niños que venían a ver a los monstruos de Monster Hunt y que se comportaron mucho mejor de lo que podíamos haber pensado, se ve que les gustó mucho la película, y es que Monster Hunt, una historia fantástica en un mundo en el que conviven los humanos y los monstruos, aunque haya personajes en ambas partes a los que eso no les interese, tiene un concepto y unos personajes animados bastante infantiles, pero en realidad se trata de un wuxia en toda regla, con muchas dosis de humor, acción, aventuras, magia, etc. y con una producción excelente.

 

Inmediatamente después y sin siquiera un respiro, cambiamos de sala para ver El grandioso hombre de Pekin, la copia de King Kong hecha por la Shaw Brothers y que resultó un Asian Trash en toda regla, con un doblaje en español de los ’80 que te hacía reír más que nada en la película y un conjunto realmente bizarro, entre diálogos, personajes, efectos especiales, monstruos, situaciones incomprensibles… Muy divertido todo, el público no paró de reír.

 

Después de comer viene el plato fuerte del día, una de artes marciales con The master, que ya lo estábamos deseando desde que empezó el festival. Aunque en su argumento es la típica película de kungfu, con un maestro nuevo en la ciudad que quiere abrir un dojo y para eso tendrá que vencer al resto de maestros y probar la valía de su técnica; en su realización es bastante distinta, con un apartado artístico muy cuidado, más basada en los diálogos y en las conspiraciones que en las artes marciales y con un ritmo inusual para este tipo de películas; pero muy disfrutable de todos modos.

 

Nos trasladamos a la biblioteca para la presentación del libro del festival de este año: Kaiju cuaderno de campo, dónde su aturo Eduard Terrades y su dibujante Carles Ganyarul nos cuentan como fue la creación del libro, todo lo que les costó reprimirse para no hacer demasiado e incluso así se dobló el número de páginas previstas y alguna anécdota más.

 

Seguimos con más cine Chino (que se note que ayer era el día dedicado a este país) y Old stone, lo que podríamos llamar un thriller doméstico, sobre una persona normal que, intentando hacer lo que moralmente piensa que es bueno, todo se le acaba volviendo en contra y arruinándole la vida; no es una película demasiado extrema, pero su belleza radica en el realismo, en contar lo mal que lo puede pasar una persona por algo que nos podría ocurrir a nosotros cualquier día. Una historia sencilla, pero muy efectiva.

 

Y por la noche, además de un poquito de canción China y algo de baile flamenco, acabamos viendo Beijing Carmen en una fría Bassa Los hermanos, con una afluencia de público mucho más moderada que en la inauguración. La película no nos atrae nada, quizás sea por nuestra incomprensión del baile como arte o por no conocer la historia original de Carmen, pero nos parece demasiado repetitiva, sosa y cansina, con unos malos actores y una pretendida sensualidad que no encontramos por ningún sitio.

 

A ver mañana como se portan las películas que tenemos previsto ver.