Este año nos estamos repasando las crónicas del festival Nits de Cinema Oriental cada dos días, sentimos no poder hacerlo diariamente, pero que sepáis que no es por falta de ganas, sino que hemos decidido tomárnoslo con más calma y, aunque no veamos todas las películas, poder disfrutar de otras cosas de la vida; eso sí, no nos estamos perdiendo ninguna de las películas que sean más extremas o afines a nuestro blog.
Entonces, vamos por lo que vimos el jueves, que aunque no fue demasiado, nos hizo levantarnos pronto ya que queríamos seguir las aventuras de Yatsurugi (aunque fuera una sesión infantil), y es que nos estamos enganchando a este héroe que podemos seguir de año en año dentro de este festival. En esta ocasión quizás es el peor episodio que hemos visto, ya que más que un tokustatsu al uso, es una promoción de las verduras y hortalizas locales para concienciar a los niños de que coman más; así no sólo todos los malos eran verduras, sino que el verdadero héroe de la película es tomataru, un tomate gigante, y la película transcurre entre escenas de batallas y otras enseñando a los niños la buena alimentación, un poco aburrido en general.
Por supuesto, la retrospectiva no falla, como ningún día, y volvemos con Jeeja Yanin y la película que nos introdujo en les Nits de Cinema Oriental hace ocho años, ya que fue nuestra primera película en este festival, que era el primero al que asistíamos como blog: Raging phoenix; no os contaremos la película, ya que tenemos la reseña hace tiempo, pero además de ser un peliculón, nos trajo mucha nostalgia de cuando empezábamos a introducirnos en el mundo del cine asiático y el público la disfruto muchísimo.
Ya por la tarde nos disponemos a ver la que creíamos que iba a ser la película de katanas y colegialas de la semana: Red blade, y vaya sí lo es, la temática es puramente esto, con un guión de Sion Sono y unas coreografías de Tak Sakaguchi, que podía fallar? Parecía la película perfecta, pero acaba siendo todo un despropósito, con unos actores pésimos, unas escenas de acción malísimas y en general un ritmo de quedarse dormido; ya os contaremos más sobre ella más adelante.
Nos saltamos la película japonesa romántica, pero la noche trae otras sorpresas, ya que el momento del año fue el karaoke organizado por el festival, con canciones asiáticas, los invitados desfasando, algún grupo de borrachos liándola y otros de profesionales dándolo todo.
Al día siguiente, tampoco tenemos mucho cine, pero resulta ser quizás el día más completo de todo el festival (a falta del final); por la mañana, como cada año, la organización y Osona Turisme nos invita a prensa e invitados a una pequeña excursión para conocer mejor la región y nos llevan al castillo de Montesquiu; una visita un poco aburrida, pero nos lo pasamos bien porque sabemos cómo liarla en cualquier sitio.
Por suerte llegamos justo a tiempo para ver Once upon a time in China: Warriors of the nation; la octava entrega de esta mítica saga sobre Wong Fei Hung que nos ofrece justo lo que estábamos esperando, una trama intrincada sobre la conquista de China por parte de Japón, un héroe local que salva la situación a base de hostias y sobretodo muchas artes marciales y de una calidad excelente, con Vincent Zhao sustituyendo a Jet Li y clavando su acción y con un ritmo trepidante tanto de historia como de acción, aunque con unas escenas cómicas que cargaban un poco.
Justo después, una de las sorpresas del festival: la india Andhadhun, una de esas película tipo thriller, pero con una trama tan curiosa como bien pensada, que te va sorprendiendo a cada momento con situaciones inesperadas que van de menos a más durante más de dos horas. Además de un buen humor, mucha música, pero muy distinta al estilo de Bollywood al que estamos acostumbrados y un final de quedarse con la boca abierta. De momento, quizás ha sido la mejor película de la semana.
Nos saltamos la sesión en la Bassa de Outlaws, no porque no sea una gran película, sino porque ya la hemos visto dos veces, pero seguro que los asistentes la disfrutaron muchísimo, y de madrugada tenemos una de las mejores sorpresas del festival, un homenaje a Ringo Lam con el pase de la ya mítica Full contact; no os hablaremos de esta película que ya todos debéis conocer, pero la sesión fue increíble, con muy pocos asistentes dado su horario, pero todos muy entregados y muy fans de este tipo de cine, así que una hora y media de risas y aplausos sin parar, elogiando el trabajo de Chow Yun Fat y Simon Yam en una película como mínimo, lo más políticamente incorrecta que puede ser hoy en día.
Y ya nos despedimos de vosotros hasta la última crónica, en la que os contaremos los dos últimos días de festival.