Otra de las pequeñas sorpresas que nos hemos encontrado este año en el Festival de Cinema de Sitges y que para nada pensábamos ni siquiera que nos iba a gustar, fue A samurai in time, una comedia japonesa sobre viajes en el tiempo que tiene mucha más relevancia que la que pueda parecer a simple vista, en la que la película parece una comedia simple y con situaciones más bien tontas. Sabemos que esta no es una película típica de Katanas y Colegialas (bueno, de katanas sí, me refiero a este blog), así que no queremos extendernos mucho con esta reseña, sólo para comentaros lo que nos ha gustado y lo que podéis encontrar.
La película empieza en el periodo Edo, con un par de samuráis que luchan por el cambio en el sogunato y la restauración del país que quieren emboscar y matar a uno de los mejores guerreros del Shinsengumi; en medio de una equilibrada batalla, cae un rayo en el bosque y uno de ellos pierde el conocimiento, despertando más tarde en un lugar completamente distinto. Más concretamente ha viajado en el tiempo y se ha despertado en la edad actual, en medio de un rodaje de un Jidaigeki (película de samuráis) en Kyoto dónde todo el mundo piensa que es un figurante, con su ropa de época y todo, por lo que, al principio se siente raro, pero como en casa; más tarde va notando cosas extrañas y descubre que ese no es su lugar, sino algo falso. Después de un accidente con la ayudante de producción, ésta se siente culpable y piensa que es la que ha ocasionado su pérdida de memoria, así que lo deja viviendo en un templo e incluso llega a darle trabajo en alguna película, ya como secundario. Cómo es muy bueno con la espada, va triunfando en el mundo del cine y las series y se va haciendo cada vez más importante y actuando cada vez mejor, pero todo cambiará con la propuesta de participar en una gran producción.
La película es en realidad toda una comedia, no una de esas con humor absurdo y exagerado que tanto hacen los japoneses, para hacer reír a las mentes más simples e infantiles, sino que usa un humor más bien ligero y amigable, de esos que te hacen sonreír durante toda la película en vez de arrancarte carcajadas en los momentos de chiste. Con un personaje principal que llega a caer muy bien, incluso la protagonista femenina (que no tiene mucho, pero acaba gustando mucho), además de humor y viajes en el tiempo, es una película que transmite muy buen rollo.
Lo más importante no es su humor, ni sus chistes ni el hecho de que tenga un concepto muy relacionado con la ciencia ficción, sino que aquí, lo que el director quiere transmitir más que nada es su amor por el cine y todos y cada uno de los que lo hacen posible (sobre todo a aquellos que pasan más desapercibidos a ojos del espectador), y mucho más allá, su amor por el jidaigeki, un género que fue en una época lo más importante de Japón y que seguro que conmovía a mucha gente y despertaba tanto entusiasmo como el western en USA, por ejemplo, y que ahora ya está muy en decadencia, con alguna serie puntual y alguna película que tiene que contar con algún punto muy original para que la gente la vea, pero que toda la gente mayor de Japón lo recuerda como una época dorada.
A todo esto, acaba siendo una película muy correcta, de pequeño presupuesto y sin ninguna exageración, ni escenas de acción importantes (que podría haberlas) ni nada que la haga destacar, pero que te deja muy contento al acabar de verla, mucho más con ese final (que no os vamos a contar), con unas buenas actuaciones y una dirección muy correcta.
En definitiva, aunque no sea una película extrema, la recomendamos encarecidamente para todos los que piensan que el cine es una parte importante de nuestras vidas, y mucho más para los amantes del cine japonés y de samuráis más clásico; una película que os dejará muy contentos.
- Lo mejor de la película:
Un final algo inesperado.
- Lo peor de la película:
No esperéis nada de acción, ni un ritmo rápido, ni nada de esto, es una película muy familiar.