Este año, en el Festival de Cinema de Sitges, hemos podido ver algo distinto en cine asiático y una de estas películas fue una producción de Hong Kong, pero con un director extranjero, cosa no muy habitual a no ser que se trate de coproducciones. El título de la película es Bodies at rest y representa una película de acción con un guión y una manera de presentarse muy parecida a las películas de los ’90; al estar dirigida por un occidental, también se nota aquí su mano y un estilo algo distinto del que suele ser habitual den Hong Kong.

La trama en realidad está bastante bien buscada, empieza en una navidad en una clínica forense de la policía; todo muy tranquilo hasta que llegan unos visitantes inesperados, se trata de unos delincuentes buscando un cadáver en concreto para extraerle la bala que lo mató. En un principio, el doctor los engaña con otro cadáver, para quedarse él la bala e investigar que sucedió, pero al cabo de poco se dan cuenta del engaño y volverán a recuperar lo que estaban buscando. El doctor y su ayudante se las ingeniarán para, usando lo que tienen a mano en la clínica, poder hacer frente a los criminales.

Así de simple es la trama, que para una película de acción tampoco está nada mal, pero que vista en pantalla nos recuerda a mil otras producciones que ya habíamos visto (entre ellas La jungla de cristal), por supuesto con otra ambientación y algunos rasgos característicos de Hong Kong. La idea de películas en las que la historia suceda íntegramente en un espacio cerrado es muy buena, y si se trata de algo original y bien hecho, siempre nos ha fascinado; en esta ocasión la producción es bastante buena, pero la originalidad falla un poco, no sólo por ser básicamente la copia de otras películas, sino también porqué a medida que avanza el metraje no vemos nada nuevo, no somos sorprendidos más que en un par de escenas del principio de la película, el resto es un simple transcurrir de hechos con algo más o menos de acción.

La verdad es que debemos considerar que se trata de una producción dónde se ha invertido dinero, y es que aunque no haya grandes efectos especiales, etc. (excepto en las últimas escenas), sí que podemos ver en la música, la fotografía e incluso en la dirección de la acción que está bien cuidada, aunque de una manera tradicional, sin innovar ni arriesgar en nada.

A parte de eso, la película en general no pasa mal, es entretenida y el ritmo va en aumento (sin demasiada aceleración y sin llegar a ningún límite vertiginoso, pero bueno…); la vemos completamente sin ningún problema, hasta que llega el final, un final tan Hollywood, tan bueno, tan fantasma y tan ridículo, que nos hace desechar todo lo que pensábamos de ella hasta el momento; y es precisamente por eso por lo que os estamos escribiendo esta reseña, con otro final, nuestra opinión seguramente sería muy distinta.

En fin, como os decíamos, la película ha sido dirigida por Renny Harlin (La jungla 2, Legend of the ancient sword) que últimamente se está deicando mucho a la producción china, incluso en esta ocasión le vemos intentando imitar el estilo de las grandes producciones del HK noir, pero que en realidad en ningún momento no deja atrás nada de lo aprendido en Hollywood.

En definitiva, una película de acción entretenida, pero con un final que le hace perder todo lo que tenía de bueno; tampoco os imaginéis nada típico de Hong Kong (ni artes marciales, ni acción por todo lo alto, etc.) es simplemente una producción más o menos familiar y navideña con la acción como trasfondo.

• Lo mejor de la película:

Un planteamiento que da mucho juego.

• Lo peor de la película:

Como ya hemos dicho, ese final tan ridículo.