Este año, gracias al Festival de Sitges hemos podido ver en pantalla grande la última producción de Zhang Yimou, un director que, os guste o no, como mínimo debéis reconocer que sus películas son para ver en cine y no en casa. Pues su última película es Cliff walkers (Impasse), una historia de espías comunistas en la China ocupada por Japón; para los que conocéis las obras previas del director (espero que seáis casi todos), ya sabréis que estilo tiene y en lo que se basan sus películas (cinematográficamente hablando), aunque igualmente os lo contaremos lo mejor que sepamos.
Es la historia de cuatro espías chinos que han estado entrenando con las fuerzas comunistas rusas de élite y que ahora vuelven a China para unirse a la resistencia contra Japón (en la época de la ocupación China), su misión es encontrar a un testigo muy valioso de los campos de concentración japoneses para sacarlo del país y presentarlo a la prensa internacional. Después de llegar al país en paracaídas en medio de las montañas, se separan en dos parejas para tener más oportunidades de conseguir la misión; una de las dos enseguida encuentra sus contactos, se da cuenta de que son espías y acaba con ellos, pero la otra no lo tiene tan fácil y les siguen tranquilamente confiando en ellos; cuando se encuentran con sus compañeros, disimulan para no delatarse, pero cuando el primer grupo intenta avisarles, el segundo grupo acaba sin saber lo que pasa y siguen con su misión sin enterarse de que están en manos del enemigo. Así se acabarán encontrando atrapados entre el enemigo sin saberlo, con sus compañeros alejados y sin poder comunicarse y una misión por llevar a cabo de la que el enemigo se intentará enterar a cualquier precio.
Para resumiros rápidamente nuestra opinión sobre esta película, la historia no es nada del otro mundo, quizás ya hayáis visto algo muy parecido en otras películas chinas, pero tampoco nos ha importado mucho ya que su narración es estupenda, consigue engancharte sólo con la forma en que la cuenta; y sobre todo nos ha dejado maravillados su fotografía, como siempre el lado más espectacular en cualquier película del director; sólo por esto es imprescindible ver películas como ésta. En realidad, para nosotros, ésta es la película que tendría que haber ganado el premio a la mejor fotografía en esta edición del festival.
Dejamos claro que no es una película de acción, aunque tiene sus buenos momentos, no acción de la buena de la que nos deja temblando, pero la suficiente como para quitarnos de mucho rato de trama sin que pase mucha cosa. Por supuesto no tiene un ritmo muy rápido, pero tampoco es de esas películas de diálogos y poco más, es lo suficientemente bueno y con suficiente movimiento en cada toma cómo para no llegar a pensar que es una película lenta, si le añadimos algunos giros de guion (no muy radicales), tenemos algo que da gusto ver.
Y en cuanto al aspecto visual (al igual que en la música elegida) no tiene rival, aprovecha escenarios nevados y ciudades antiguas destrozadas por la guerra, no sólo para crear unos grandes contrastes (aquí juega mucho con pequeños puntos oscuros en medio de un escenario casi blanco), sino también para buscar algunos planos imposibles que hacen de la imagen y el movimiento toto un espectáculo.
Sin duda, ya conoceréis a su director Zhang Yimou (Hero, La casa de las dagas voladoras), un director que ha tocado muchos géneros en su carrera, pero con un estilo inconfundible, muy acorde con todo lo que os hemos contado de esta película.
En definitiva, una historia de espías bastante decente, que puede no sorprender mucho, pero no por eso deja de ser una buena historia, y por encima de todo, un apartado visual excelente.
- Lo mejor de la película:
Alguna escena visualmente insuperable, como la persecución por la ciudad en plano cenital.
- Lo peor de la película:
La falta de un villano carismático.