Seguimos con nuestras aventuras femeninas y con esas chicas tan poderosas que nos dejan a todos impresionados, y hoy vamos con otro de esos wuxias clásicos que tanto nos gustan, un nombre que seguro que todos conoceréis ya: Come drink with me, uno de esos peliculones que ha pasado a la historia y que, en realidad, por la época en que se hizo, se avanzó completamente a su tiempo, ofreciendo mucho más que una aventura de espadas, como lo hacían otra producciones similares. Quizás sí que ahora algunas de sus partes se pueden ver un poco anticuadas, pero también es cierto que por mucho tiempo que pase y por muchas veces que veáis esta película siempre quedaréis satisfechos con ella, además de ir comprobando que ha servido de inspiración (o de copia directa) para muchas de las películas de acción actuales.
Un grupo de bandidos secuestran a un diplomático con la esperanza de poder negociar con él y conseguir que en la capital liberen a su líder que está preso por los crímenes cometidos. Para llevar a cabo la negociación, el gobierno envía a hablar con ellos a Golden Swallow, una gran espadachina que además es la hermana del diplomático secuestrado; ella empieza las negociaciones con dureza, sin ofrecer a los bandidos nada más que un poco de compasión y enfrentándose a ellos a lo grande. Todo va según lo esperado hasta que llega a su cuartel general y se tiene que enfrentar a su líder, que es mucho más fuerte de lo esperado y no la vence, pero consigue envenenarla; ella escapa y es recogida por alguien en el bosque, un tipo con apariencia extraña, pero con más poder del que parece a simple vista, que la ayudará, pero también tendrá sus secretos y es que en realidad es un gran artista marcial con algunos temas personales que le involucrarán en la misión de Golden Swallow.
La película en un principio parece muy sencilla: un secuestro, un intercambio de rehenes y un negociador duro y capaz de acabar con los malos, nada que resaltar a parte de la calidad de sus escenas; pero en su segunda mitad nos damos cuenta de que el argumento de la película realmente no es este, sino que es una de esas películas que tratan sobre las sociedades del kung fu y las disputas que hay entre sus miembros, mostrándonos cada vez a unos personajes más carismáticos e infames y mejorando el nivel de luchas, etc. con cada uno de ellos, llegando incluso a ese nivel en que la fuerza es tan grande que la lucha se soluciona con poderes sobrenaturales derivados de la maestría en kung fu.
A parte de toda la parte argumental, que tiene su gancho, está la parte de acción, con luchas que no son lo que estamos acostumbrados hoy en día, con unas coreografías cuidadas, pero en un estilo muy de baile, con unos movimientos cuidados y con fluidez, pero sin ningún parecido con algo realista, incluso se nota desde lejos que ni siquiera se tocan al pegarse; quizás nos choque un poco ver algo así, incluso nos llegue a dar risa, pero en la época en la que se rodó era totalmente revolucionario, ya que se concretaban perfectamente unas coreografías con distintos personajes moviéndose a la vez en un escenario e interactuando entre ellos de una forma muy estilosa.
Otra de las partes más interesantes de la película son sus personajes, todos y cada uno de ellos con un carisma especial y una personalidad muy marcada, y que vamos descubriendo muy poco a poco a medida que pasa el tiempo, desde la introducción de Golden Swallow, magistralmente interpretada por Cheng Pei Pei (Tigre y dragón, Naked weapon) hasta cada uno de los malos a los que se enfrenta, con mayor carisma contra más poderoso es o el héroe borracho (precursor del Maestro borracho de Jackie Chan) que resulta encantador.
Y no sólo algunos de sus personajes se han ido copiando parta otras películas de artes marciales, sino que muchas de sus situaciones, sus escenas e incluso alguna concepción de lucha se han copiado infinitamente en el cine de Hong Kong, aunque pensemos que todo es original cuando lo vemos. Así podemos comprobar que, sin tener un alto nivel de complicación, consigue atraparte todo el rato creando momentos únicos y ya míticos.
Por supuesto, el director de esta maravilla no podría ser otro que King Hu, convirtiéndose quizás en la película que hizo ver lo grande que era y dándole la oportunidad de crear otras maravillas como Dragon Inn o A touch of Zen.
En definitiva, otra de las películas imprescindibles en la filmoteca de cualquier amante no sólo del cine de artes marciales, sino del cine en general, a pesar de sus años consigue atraparte igual que el primer día.
- Lo mejor de la película:
Una excelente actuación (de la época) de Cheng Pei Pei.
- Lo peor de la película:
No se nos puede ocurrir nada malo de ella.