Hay pocas veces que os recomendemos series en Katanas y colegialas, y suelen ser realmente merecedoras de este blog; por casualidad hemos encontrado otra serie dirigida por el maestro Noboru Iguchi, se trata del live action del manga Prison School, una historia algo picante y cómica más enmarcada dentro de un género más juvenil que para satisfacer a los típicos fans del cine extremo; de todos modos nos ha parecido muy divertida, algo alejada del manga (que es mucho más fuerte) pero con muchísima similitud.
La historia se centra en el momento en el que a un instituto femenino le permiten aceptar a estudiantes masculinos, y 5 chicos se matriculan para poder tener más oportunidades con las chicas, pero ya sabéis que los cinco serán los típicos frikis japoneses, cada uno con sus cosas. La cosa se complica el día en el que deciden espiar el baño de las chicas, los acaban pillando y el comité de disciplina les encierra en la prisión del instituto. A partir de entonces estarán a la disposición del comité: tres chicas también bastante peculiares que les intentarán hacer la vida imposible para poder llegar a echarlos del instituto. Durante el encarcelamiento a los chicos les van pasando muchas cosas: se hacen íntimos, se enamoran de las chicas, hacen planes para escapar… pero siempre les acabarán pillando y castigando, hasta que lleven a cabo su plan maestro para salir de allí.
Aunque parezca un argumento muy infantil, tened en cuenta de lo que supone para la mente japonesa pensar en una situación prohibida como esta, añadid unas chicas muy sexys y propinando castigos sexuales o al menos provocativos, los típicos rollitos entre estudiantes tímidos, etc. también le añadimos a la trama principal bastantes personajes secundarios, algunas subtramas entre ellos para ir dando vida a cada episodio y así nos queda una serie muy divertida y entretenida.
Como la mayoría de las series live action japonesas (o al menos todas las que hemos visto nosotros), ésta se sitúa en una posición muy marcada, cogiendo las características que están definiendo el género en la actualidad y que parece ser que funcionan, así que intenta no salirse de ellas. Así, tenemos sobretodo una producción de bajo presupuesto, pero en la que se intenta no poner mucha fantasía, elementos que necesiten efectos especiales, grandes complicaciones, etc. para que el dinero cunda y no se vea nada muy cutre; también se basa en unos actores y actrices jóvenes y guapos, para atraer a la audiencia de esa edad, y aquí no hay ningún tipo de preocupación por si son o no bueno actores, tan sólo tiene que dar el pego en pantalla; aunque la serie original pueda ir por otros géneros, siempre prima más el humorístico, que es el que queda bien en TV, y por supuesto, aquí también podremos disfrutar de esas actuaciones tan exageradas y típicas del humor japonés a las que ya estamos acostumbrados y que nos deben hacer ya tanta gracia como a los propios japoneses, aunque entendemos que hay gente que no entienda el rollo.
Aquí, como Iguchi no ha podido igualar la serie en lo concerniente al sexo por ser algo que se tenía que ver por la TV en un horario comercial, se ha tenido que contentar con asemejarse visualmente lo máximo posible, y la ha clavado porque los personajes parecen recién salidos de un cómic, así como los escenarios, situaciones, etc.
Y aunque todas las bromas y las situaciones comprometidas que definen la serie estén estrechamente relacionadas con el sexo, en la película no tendremos ni una escena implícita; sí que se insinuarán muchas cosas y habrá alguna toma algo más intencionada, pero siempre desde la mayor inocencia.
A parte de esta parte con la que nos hemos quedado un poco con las ganas de ver algo más, la serie tiene un muy buen ritmo, con todos los episodios bien relacionados entre ellos, definiendo una historia principal además de adentrarse en subtramas y personajes secundarios y manteniendo el interés en todo momento, llegando a ser algo infantil, pero no demasiado y buscando la complicidad de un espectador que sea tan pervertido como el mismo Iguchi.
Ya sabéis lo que nos gusta Noboru Iguchi (Sukeban boy, Karate robo Zaborgar), que empezó muy cañero y divertido, pero poco apoco se está viniendo abajo; por suerte esta es la segunda serie suya que vemos después de The ancient Doogo girl, y las dos nos han fascinado, veremos a ver la nueva que está preparando ahora…
En definitiva, una serie más bien juvenil, alejada del sexo y el splatter a los que nos tiene acostumbrados Noboru Iguchi, pero la verdad es que nos ha hecho partirnos de risa, con toda su simplicidad y su espíritu 100% japonés.
- Lo mejor de la película:
El consejo de colegialas es para hacerle una serie para ellas solas.
- Lo peor de la película:
Quizás muy infantil para algunos de nuestros lectores, para nosotros, perfecta.