Hoy tenemos para vosotros otra sesión doble y, aunque son dos películas que vimos en el Festival de Sitges en distintos momentos y con distinta acogida, creemos que tienen muchos puntos en común y por eso os recomendamos una buena sesión continua con las dos películas. En realidad son los dos stop motion que han tenido cierta visibilidad este año (en festivales de cine, claro está, fuera de ellos nadie los conoce). La primera es Junk head, digamos que una aventura en un entorno de ciencia ficción hecha en Japón, con bastante sátira y humor. La segunda es Mad god, con una imagen completamente distinta, pero también dentro de la ciencia ficción, algo más seria y retorcida, ésta es americana, pero nos apetecía meterla en esta sesión doble. Los dos tienen en común (a parte de usar la técnica stop motion), que reflejan una humanidad en decadencia en su propio planeta y que se intenta investigar las causas y soluciones para este apocalipsis, a parte de eso, la intención respecto a las emociones el espectador es completamente distinta.
Junk head nos traslada a un futuro lejano, en el que los humanos han perdido una gran parte de la tierra, se han acomodado y han perdido cualquier posibilidad de reproducirse, dejando las capas inferiores del planeta a unas nuevas especies que sí se reproducen y viven tranquilamente. En eso que los humanos quieren investigar a estas especies y envían a un voluntario a hacerlo (un tipo muy corriente) que hace lo que puede y se lanza a la aventura. Después de algunas desgracias acaba con su mente dentro de un robot y, en esa forma irá dando tumbos y conociendo a diferentes especies que lo toman por un Dios, por un esclavo, por un salvador… cada una con sus ideologías y sus problemas que iremos descubriendo a lo largo de la película.
Esta es una película bastante divertida y con mucho mensaje, no sólo de hacia dónde va la humanidad (y la estupidez del ser humano en general), sino de las falsas percepciones que tenemos al conectar con seres distintos a nosotros y las distintas formas de tratarlos sólo por su apriencia. Además, tiene una ambientación muy personal y para nosotros algo parecida a la de Blame (el cómic, no la película) con esa civilización estratificada por capas o pisos y esas paredes y techos interminables.
La narración es genial, el director casi sin decir ni una palabra (sólo las indispensables) nos va contando toda la historia y nos mete dentro de la piel del personaje incluso sabiendo que no tenemos nada en común con él (el representante de la humanidad); también aprovecha para introducir algunos monstruos y escenas de acción y hacerlo todo con mucho más movimiento, no son demasiado importantes, pero la última escena de acción de la película es lo más, inesperada y brutal.
Con una técnica quizás superable (todo muy de plastilina), pero perfecta para el tono que quiere dar al conjunto global, desenfadado y muy ágil.
En definitiva, una película divertida, con mucha ciencia ficción y algo de mensaje que, sin lugar a dudas será capaz de divertir a todos; eso sí, nos deja a medias y a la espera de una segunda parte.
Mad god tiene un argumento algo más confuso, es más bien una pesadilla imaginada por su director, pero en algo es muy parecida a Junk head. También se basa en la exploración de los mundos subterráneos para buscar algo que la humanidad ha perdido, pero aquí no sabemos bien cual es el motivo de la expedición, sólo que el explorador tiene que llegar a los niveles más inferiores posibles, enfrentándose cada vez que desciende a monstruos más peligrosos.
Aquí lo más importante no es la narración o el saber transmitir un mensaje al espectador, sino que todo se basa en la técnica y el querer transmitir unas emociones.
Por supuesto, la técnica es inmejorable, viniendo de un maestro del stop motion y los efectos especiales clásicos como Phil Tippett no podía ser de otra manera, con unas creaciones sensacionales y bastante realistas, mezclando ropa, metal y todo tipo de elementos para conseguir algo único; sin embargo, se nota que sólo es un director artístico, ya que casi no podríamos considerar la película como tal, sino como un experimento audiovisual, creado para demostrar de lo que es capaz sin recurrir a las nuevas tecnologías.
Pero eso sólo lo decimos en cuanto a guion, argumento o narración; sin duda la estética, música, fotografía, etc. son perfectos y por supuesto que transmite al espectador las emociones que se propone, que básicamente son de repulsión, miedo, inquietud, suspense… en una película que nos ha dejado temblando (no de terror, sino de admiración).
En definitiva, esta sería una película mucho más de género, enfocada sólo a un público ávido de terror y emociones fuertes, una auténtica pesadilla que tuvo el director en su día llevada a pantalla grande.