
Hace poco tuvo lugar en Madrid una nueva edición de la ya infame Cutrecon, un tremendo festival de cine cutre al que normalmente no podemos asistir por cuestión de fechas, pero gracias a la colección Trash-o-rama, últimamente nos podemos recrear esas sesiones en nuestra casa, ya sabemos que no es lo mismo ni por asomo, pero al menos tenemos la oportunidad de ver las películas. Este año ha habido una sesión que ha partido con todo y esa ha sido la de Espadas y bigotones, una triple sesión de caspa asiática de espada y brujería, con tres películas muy distintas todas ellas relacionadas simplemente por eso, por espadas y personajes con bigotones extraños.

La primera de ellas es The revenge of Samson, desde Indonesia; en la que un bárbaro muy cachas se dedica a ayudar a la pobre gente de su pueblo, que está siendo avasallada y torturada por los malvados colonizadores holandeses. Por casualidad nuestro héroe y la hija del gobernador holandés acaban enamorados, pero eso no impide que su padre haga todo lo posible por matar a ese bárbaro y mantener el poder sobre el pueblo colonizado. Manando primero a unos asesinos con un cíclope en cabeza, después a un mago oscuro con poderes sobrenaturales y finalmente usando a su hija para seducirle y envenenarle; al final consigue apresarlo e incluso dejarle ciego, pero él y sus colegas rebeldes se las apañarán para devolverle las fuerzas y que pueda acabar con sus enemigos.
La película empieza y acaba con música robada de la película de Conan el bárbaro, pero en realidad no tiene nada que ver con ésta, simplemente es para vender más; para los que la hayáis visto o hayáis oído hablar de ella, es una copia casi literal de The Warrior con Barry Prima, con un protagonista musculado y “en teoría” guapo, unos secundarios haciendo de gente del pueblo que son en realidad gente del pueblo: feos, sin actuar, con sus melenas y bigotones desaliñados, y unos colonizadores holandeses que son actores occidentales con grandes y falsísimos bigotones que deben ser los peores actores que habían encontrado. La mayor diferencia que hay entre estas dos películas es su protagonista, en ésta, para conseguir a un cachas de verdad se ha acudido a un campeón de culturismo australiano, más blanquito y rubito que sus coactores, pero igual de malo actuando (o peor, lo único que sabe hacer es chulear un poco y poner ojitos), pero así es bastante gracioso; acompañado por la gran diva de Indonesia Suzanna y con algunas escenas que son totalmente desternillantes (como la lucha contra el mago).

La segunda película es sin duda la más divertida de todas: Tarkan vs the vikings, una película turca sobre hunos contra vikingos. Un malvado vikingo rapta a la hija de Atila, rey de los hunos dejando tras de sí una estela de muerte y destrucción, incluyendo a Tarkan, el protector de la chica, que pierde a uno de sus perros en el asalto; el huno, muy enfadado por la muerte del perro (no por el rapo de la chica) cual John Wick, emprende un viaje de venganza, El vikingo, con toda su sed de poder, acaba matando a sus jefes y quedándose con la chica, así que a Tarkan se le unen una tribu de vikingas que también quieren vengarse por la muerte de su padre, un bárbaro mudo y algún individuo más con los que después de mil contratiempos, asaltaran la fortaleza vikinga para derrotar a su malvado líder.
Parece una gran película, no? Y la verdad es que hasta tiene algunas escenas copiadas de la mítica Los vikingos con Kirk Douglas, pero te partes de risa con lo mala que es, y no nos referimos sólo a las malas actuaciones de sus protagonistas, que también, aquí lo más sonado (además del pulpo hinchable y el perro que ladra a destiempo) es sin duda el attrezzo, con héroes en minifalda, pieles de todos los colores (y nos referimos a colores chillones y pieles suaves, como de alfombrilla de baño), armas de madera y, sobre todo, pelucones y bigotones de todos los colores; todo un festival de color! Además, aquí también tenemos música copiada de distintas películas famosas, algo de sangre y algo de destape ochentero, con un héroe ridículo de bigote canijo.

La tercera película es Ang Panday, desde Filipinas la que, al revés que las otras, no es una película cutre, casposa y divertida, sino una película de un país sin mucha historia cinéfila y con poco presupuesto, pero para su época y público debió ser una buena película de terror y acción. Aquí un pueblo está sometido por un malvado brujo inmortal, pero un herrero rebelde descubre el códice negro que le enseña como crear una espada mágica para combatir al mago; después de hacerla se enfrenta con su enemigo, pero primero tendrá que acabar con zombies, espíritus, vampiros y toda clase de enemigos, incluso un ejército de ninjas.
Como decíamos, esta película, al menos en su primera parte, es más seriota y dramática, lo mejor viene en la segunda parte, cuando el héroe se tiene que enfrentar con tantos seres sobrenaturales y al final con un mago que más bien parece un vagabundo borracho usando siempre su abrecartas recuerdo de Toledo. En realidad esta película fue un gran éxito local y ha contado con numerosas secuelas y adaptaciones.
En definitiva, una buenísima sesión triple para hacerse unas buenas risas con el cine más casposo de espadas y bigotones, esencial para los amantes del cine cutre.